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miércoles, 2 de enero de 2019

UN GUÍA MUESTRA LAS PLAGAS QUE AFECTAN A LAS CARRASCAS TRUFERAS

El objetivo de esta “Guía de identificación de agentes nocivos” es ofrecer información de una forma práctica y visual sobre las plagas y enfermedades detectadas en las plantaciones truferas. Es de las pocas publicaciones que hay de este tipo en el sector, implantado en España desde hace apenas 30 años.

Edita: Gobierno de Aragón
Coordinadores: Victor Pérez y Pedro Zuriaga
ISBN: 978-84-8380-365-3
PVP: 25 €
El cultivo de la trufa es incipiente, se inició a finales de los 80 y, por tanto, apenas hay estudios o bibliografía al respecto que sirvan de ayuda a los truficultores para manejar sus plantaciones. Para solventar esta carencia, hace unos meses el Gobierno de Aragón editó una publicación, titulada La sanidad en truficultura. Guía de identificación de agentes nocivos en truficultura, que ha sido coordinada por Víctor Pérez Fortea y María Martín Santafé. Pretende convertirse en manual al que recurran todos los usuarios para conocer la importancia que tienen las anomalías que pueden encontrar en sus plantaciones. Está realizada a partir de las consultas realizadas por los truficultores en el Servicio Provincial de Agricultura en Teruel. Se trata, por tanto, de un libro eminentemente práctico y muy visual, que incluye numerosas fotografías para facilitar la identificación del daño causado por la plaga así como de los insectos o larvas. 

De todas formas, como apunta Pedro Zuriaga, que es uno de los autores de la publicación, de las varias decenas de plagas que se incluyen, los truficultores turolenses van a ver media docena, si llega en sus plantaciones, pero es importante que sepan detectarlas.  

La mayor parte de las plagas a las que se hace referencia en el libro ya existían cuando la trufa solo se cazaba en truferas naturales, pero su incidencia se ha incrementado porque entonces, según comentan algunos de los truficultores veteranos, eran los propios ciclos biológicos, como las sequías, los que ejercían el control sobre las mismas. Ahora el riego ha posibilitado que haya centenares de hectáreas produciendo un año tras otro, lo que dificulta el control.

Eso sí, la guía incluye todas las plagas que se pueden encontrar, pero apenas habla de soluciones. Para la mayoría de estas plagas no existe tratamiento puesto que en la trufa se cría por simbiosis del hongo con la raíz del árbol y cualquier agente químico resulta perjudicial. Por eso, los expertos aconsejan un control integrado de las plantaciones.

Una de los agentes más dañinos para la producción del diamante negro turolense es el Leiodes cinnamomeus, también denominado escarabajo de la trufa. Sus larvas se alimentan de Tuber melanosporum y las pérdidas que han ocasionado en los últimos años son millonarias ya que, por un lado, pudre numerosas trufas y, por otro, deja galerías en muchas otras, depreciando su valor en el mercado. 

Víctor Pérez (izda.) y Pedro Zuriaga, con la publicación que han coordinado
En la publicación colaboran una quincena de especialistas en biología, ingeniería forestal y agrícola, ingeniería de montes y microbiología, como Julio Perales, Manuel Villarroya, Ana Oliván, Araceli Ortiz, Juan María Estrada, Marcos Morcillo, Gerardo Sánchez o Herminia de la Varga, entre otros.

La idea principal a la hora de plantear la guía era incluir todas aquellas consultas sobre plagas e insectos recibidas. Sin embargo, luego la ampliaron con una breve introducción sobre historia de la truficultura en la provincia de Teruel y también un apartado acerca de la biología de la trufa. 

Aunque está elaborada a partir de los problemas a los que han tenido que enfrentarse los truficultores de Teruel, la publicación ha suscitado un gran interés en el sector y algunas agrupaciones de profesionales ya han solicitado su traducción al francés, que es el idioma en el que más bibliografía sobre trufa se ha publicado.

Además de insectos y plagas, en la publicación se incluyen otros aspectos que, sin duda, influyen en la producción trufera como las heladas, la colonización con otros hongos o el estrés que puede suponer la utilización de plantas que no sean autóctonas en las plantaciones. 

En este sentido, Víctor Pérez concreta que la realización de las plantas micorrizadas en el vivero debe llevarse a cabo con semillas del terreno. Es la mejor forma para que se adapten ya que, si no se emplean plantas autóctonas, aunque pueden llegar a producir, su rendimiento suele ser escaso. Otro aspecto a tener en cuenta es el tipo de suelo porque, si no es el adecuado, es posible que den trufa durante algunos años pero luego sufren estrés y son más susceptibles al ataque de las plagas.

Otros aspectos que no tienen que ver con las plagas pero también hay que tener en cuenta son los hongos contaminantes, que pueden ser incluso otras variedades de Tuber, como la brumale, con mucho menos valor en el mercado. Es sin duda la micorriza más temida por los truficultores puesto que está presente en las masas forestales naturales y llega a desplazar la micorriza de trufa negra. Para prevenirla se aconseja evitar los lindes con masas forestales en las fincas de carrascas truferas y controlar al máximo el tipo de espora utilizada en los nidos. 

También la fauna silvestre es capaz de causar graves daños en las plantaciones. Los topillos afectan principalmente a las plantaciones de hasta tres años porque se comen las cortezas tiernas de las plantas jóvenes y acaban secando las carrascas. También los jabalís causan graves daños en las plantaciones que no están valladas puesto que la trufa supone un preciado alimento.


El libro se encuentra disponible en la web de la Asociación de Truficultores de Teruel para envío por correo. Los precios son los siguientes:
 – Precio especial asociados: 20€
– Precio de venta al público en general: 25€
 – Gastos de envío de 1 ejemplar: 3€


Fuente: Cruz Aguilar - Diario de Teruel

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