La obra de Manuel Santolaya Blay, aunque firmada bajo pseudónimo de Isidro Balmes, transcurre a finales del siglo XIX en Palanzos, topónimo bajo el que se esconde Segorbe.
Escribir ficción literaria sobre nuestro entorno está de moda, como lo prueban las numerosas obras que poco a poco están saliendo al mercado escritas por autores más o menos conocidos, ya sean locales o foraneos.
Hace ya años que algunos renombrados escritores se fijaron en nuestro entorno para dar cobijo a las aventuras que relataban en sus obras, como Vicente Blasco Ibáñez y sus libros "Sonnica la Cortesana" o "¡Viva la patria!", José Soler Carnicer con "La Cruz de Malta" o Natividad Nebot Calpe, que llegó a ser finalista en un importante premio literario nacional con una novela ambientada en Torralba del Pinar titulada "La marea del tiempo".
Pero ahora a estos escritores más veteranos, les han tomado el relevo, y con ganas, un buen número de autores ya consagrados como Julio Cesar Cano y sus novelas negras ambientadas en la ciudad y provincia de Castellón, Rosario Raro, que en su última novela ya hace mención de su ciudad natal en la trama, Gabriel Castelló en algunas de sus obras sobre la época romana en la zona edetana o Juan Francisco Ferrandiz y Sebastian Roa que en algunos de sus libros acercan mucho sus tramas a nuestro entorno más inmediato.
Sin embargo, son nuestros escritores más locales los que están despuntando en esta materia, y ya hay una buena lista entre los que han querido que las comarcas próximas al Palancia sean los escenarios de sus novelas. Entre ellos, cabe citar a escritores como Luis Gispert, Rafael Martín Artíguez, Jesús Miguel Ibáñez Pérez, Jesús Ibañez Belarte, Dolores Martínez Simón, Nacho Gonzalez Ors, Fina Marín, Fernando Edo o Jesús León Peiró y Francisco Bellver Pavía por citar algunos que se han centrado en la comarca del Alto Palancia, o Jose Luis Álvarez con "Una historia real", Rosana Corral-Márquez con la desgarradora historia de María "La Jabalina" en "Si me llegas a olvidar", Paula Ferrer Martínez y Ernique Ferri Caruana con "Punniicia" o el mismísimo Ferran Torrent con su "Només socis" ambientada en Gilet, entre otro largo etcétera que han escogido la comarca del Camp de Morvedre, sin olvidar a Amadeo Laborda, Alfons Cervera o Carmen Santamaría entre otros muchos, que han elegido las tierras serranas o de la sierra de Gúdar para ambientar sus obras.
De todos ellos, poco a poco vamos conociendo su contenido y crítica a través de la columna mensual Pallantia Literatum que ofrece El Periódico de Aquí en su edición Palancia / Mijares firmada por Jose Ángel Planillo.
De todos ellos, poco a poco vamos conociendo su contenido y crítica a través de la columna mensual Pallantia Literatum que ofrece El Periódico de Aquí en su edición Palancia / Mijares firmada por Jose Ángel Planillo.
Pero de momento, solo uno entre ellos se ha atrevido hasta ahora a crear una trilogía con esta tierra como protagonista. Aunque eso sí, hay que saber leer entre líneas, pues tanto su autor como el nombre de la ciudad aparecen bajo pseudónimo. Se trata de Manuel Santolaya Blay, que bajo el sobrenombre de Isidro Balmes, nos narra varias historias que tienen lugar en Palanzos, ciudad que evoca a su Segorbe natal, de la que nos ofrece
muchas reseñas a lugares y hechos históricos de la ciudad, aunque la
trama y los personajes sean completamente inventados.
Manuel Santolaya Blay (Segorbe, junio 1966) es Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Valencia (Promoción 1984-89), y ya lleva escritos sobre esta materia profesional, solo o con algún compañero, casi una decena libros y unos 30 artículos publicados en diversas revistas y publicaciones. Pero si el dominio por los números no queda así bastante justificado, su creatividad va más allá, y también busca demostrar su manejo de las letras. Eso sí, para diferenciar los libros de temática profesional de los literarios, estos los firma bajo el pseudónimo de Isidro Balmes. De momento, ya tiene escrito el primero de lo que será una trilogía inversa: Es decir, el que la cierra, dejando para más tarde las dos precuelas, ambientadas todas ellas en los finales del siglo XIX, con todo el proceso de documentación que este reto conlleva.
Bajo el título El hijo de la viuda, el autor nos traslada a 1896, momento en que dos amigos de 19 años, Armando y Julián, sostienen, por mera diveresión una carrera de caballos en Palanzos, pueblo de la provincia de Castellón. Armando, hijo de la viuda Placidia, participa en ella sentenciado ya por la mala suerte que conlleva la pobreza. Aunque todavía no es consciente de la situación.
En aquella época España estaba librando la guerra de Cuba (1895-1898) que necesitaba continuamente soldados. Los intereses creados en su municipio llevan a que Armando, el protagonista, se vea obligado a servir en la isla pese a que podía haberse librado pagando la cantidad para redimirse por ello (2000 ptas), hacia donde marcha con el dolor de la injusticia en el corazón y la esperanza del desquite en su brazo. Por eso, para poder vengarse debe regresar. ¿Lo conseguirá?
Esa es la duda que corroe al cacique que tomará cartas en el asunto. para que una vez obligado a ir a la guerra privándole de toda ayuda posible, no regrese de ella. Y es que, a veces, hasta el más salvaje conflicto bélico es insuficiente para quitarse de en medio a alguien molesto. Una novela llena de las intrigas, acción, pasiones y rencores que, desde siempre, han dado forma al corazón humano.
Por si esto no fuera bastante aliciente, la trama se extiende también a Barcelona, La Habana, Santiago de Cuba, Madrid y de nuevo a Palanzos, con textos muy amenos y una narrativa muy visual, que transmite lo que sienten la veintena de personajes veraces, entrañables y dignos de recordar que por sus páginas despliegan su personalidad e historias bien definidas, muchas de ellas girando en torno a una casa señorial evocada en esa espectacular foto de portada, que sirve para afianzar la distancia entre el lector y el tiempo en que transcurre la trama, que te invita a seguir leyendo capítulo tras capítulo.
No te lo pierdas. En b reve estará distribuida por las librerías de la comarca, región y país.
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En aquella época España estaba librando la guerra de Cuba (1895-1898) que necesitaba continuamente soldados. Los intereses creados en su municipio llevan a que Armando, el protagonista, se vea obligado a servir en la isla pese a que podía haberse librado pagando la cantidad para redimirse por ello (2000 ptas), hacia donde marcha con el dolor de la injusticia en el corazón y la esperanza del desquite en su brazo. Por eso, para poder vengarse debe regresar. ¿Lo conseguirá?
Esa es la duda que corroe al cacique que tomará cartas en el asunto. para que una vez obligado a ir a la guerra privándole de toda ayuda posible, no regrese de ella. Y es que, a veces, hasta el más salvaje conflicto bélico es insuficiente para quitarse de en medio a alguien molesto. Una novela llena de las intrigas, acción, pasiones y rencores que, desde siempre, han dado forma al corazón humano.
Por si esto no fuera bastante aliciente, la trama se extiende también a Barcelona, La Habana, Santiago de Cuba, Madrid y de nuevo a Palanzos, con textos muy amenos y una narrativa muy visual, que transmite lo que sienten la veintena de personajes veraces, entrañables y dignos de recordar que por sus páginas despliegan su personalidad e historias bien definidas, muchas de ellas girando en torno a una casa señorial evocada en esa espectacular foto de portada, que sirve para afianzar la distancia entre el lector y el tiempo en que transcurre la trama, que te invita a seguir leyendo capítulo tras capítulo.
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