Se trata de una novela juvenil ilustrada, autoconclusiva, que busca que nos despeguemos de los formatos audiovisuales y estar pegados a pantallas todo el día, y despertemos la imaginación creadora a través de la palabra
escrita.
El joven escritor y ávido lector del Puerto de Sagunto pero afincado en Gilet, Antonio Giménez, ‘Tony Rham’, acaba de publicar su primera novela a sus 36 años, que lleva por título "El buscador de historias", y cuenta con ilustraciones de otra artista del Camp de Morvedre, Teresa Cebrián. Se trata de una novela ilustrada destinada al público juvenil e infantil, desde los 3 a 8 años en adelante.
Este hecho propició que la novela se haya visto acompañado de un cuaderno de colorear que permite a los más pequeños de la casa el poder conocer la historia y, además, poder colorear las situaciones y a los personajes de la novela. Y ello se debe a que Teresa hizo más ilustraciones de las que se podían incorporar ena la novela, y como debido a su calidad era una pena dejarlas fuera, buscaron la manera de hacer partícipes a los más pequeños, contando la misma historia pero con dibujos y frases breves, haciéndlo más atractivo.
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Este proyecto hecho a cuatro manos nació hace cuatro o cinco años y terminó de escribirse hace tres, pero hasta que se ha convertido en papel impreso ha tenido que hacer un largo recorrido. La unión de Teresa y Antonio se produjo cuando idea se estaba
concibiendo y ese tandem le aportó cierta interactividad más plástica y
artística, más abstracta y del lenguaje, a la hora de crear esta
historia.
"El buscador de historias" cuenta la historia de Mateo, el buscador de historias de Cidonia,
un país remoto subterráneo donde sus habitantes tienen el estómago y el cerebro conectados, y se alimentan de historias, cuentos, leyendas,
fábulas y otras historias. Pero algo está pasando, cada
vez hay menos relatos disponibles y se está perdiendo la capacidad
de imaginar, por lo que el alimento escasea.
Mateo, que tiene una apariencia como la de un niño pese a sus 90 años, busca
respuestas, y para ello tendrá que emprender un viaje hacia el
mundo exterior con su mejor amigo, Serpentín, la serpiente piloto de la “Ouróboros-54”, la nave con la que surcan las profundidades terrestres.
Juntos recolectarán historias para alimentar a los suyos y
tratarán de averiguar dónde reside el secreto de la
imaginación.
Para esta tarea tan complicada, contarán con
la ayuda de Cele, un niño terrestre al que le gusta más leer cuentos en la biblioteca de su casa,
que jugar a los videojuegos con los chicos de su edad. Juntos,
comenzarán una destartalada aventura. En ella, tropezarán con el padre
de Cele, y con Trolo, su antipático ayudante. Pero también se
encontrarán con el campechano espíritu ambulante de su abuelo, con la
maestra Rosalinda o las cobayas del colegio “Galletón, Benito y
Agapito”.
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Además, El buscador de historias cuenta con el prólogo de la escritora valenciana y finalista del premio Planeta Carmen Amoraga, un prólogo donde se explica muy bien el objetivo que Tony Rham busca con esta novela: el respeto a las personas mayores, y el fomento de la imaginación.
Y es que un mundo solo de pantallas donde los niños no imaginan es un mundo que va a ser peor; y por eso en este libro se pretende recordar, a niños y padres, que debemos de tomar medidas para no permitir que las pantallas de la casa absorban toda nuestra actividad, y menos la de los niños. Así pues, El buscador de historias se sitúa entre la curiosidad infantil
y la reflexión interna. Enfocado, siempre, desde una perspectiva
inocente y desenfadada. Descubriendo, que el mundo no es solo como lo
pintan algunos, sino que puede llegar a ser como imaginemos todos y cada
uno de nosotros.
Este curioso formato está recibiendo además muy buenas críticas, pues su lenguaje original recuerda a una mezcla de entre lo que era El Pirata Garrapata o Fray Perico y su borrico y El Principito, es decir, un lenguaje muy asequible y divertido pero, al mismo tiempo, con profundidad.
Por este motivo, aunque El buscador de historias es una novela conclusiva, con su principio y su final, el autor no descarta continuar con la historia si alguna editorial se interesa por la novela, porque ideas no le faltan.
No obstante, mientras eso llega, Tony Rham lleva ya tres años trabajando en otra novela juvenil que va a ser una tetralogía que versa sobre una niña alquimista, al tiempo que está también con un documento de guión para productoras en Madrid, que altrna con poesía y cuentos de forma puntual. Además de escribir, es también profesor de yoga, meditación
y pilates.
Fuentes: El Económico / Amazon
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