Tendrá lugar el sábado 9 de marzo, a partir de las 12 horas, en la Casa de la Cultura, y contará con la participación de su autora, Isabel Romero.
El próximo sábado 9 de marzo, dentro de las actividades organizadas con motivo del Día de la Mujer Trabajadora por el Ayuntamiento de Alcublas, en colaboración con la Asociación de Mujeres de Alcublas "Atenea", tendrá lugar la presentación del libro "Teresa Gil de Vidaurre, la Señora de las Alcublas", escrito por Isabel Romero, y que pasará a formar parte de la ya amplia colección de monografías locales, "Alcublas Escribre".
El acto tendrá lugar a partir de las 12 horas en la Casa de la Cultura de Alcublas, junto a la Cooperativa, y aunque con un año de retraso, servirá para conmemorar el 750 aniversario de la donación de la villa por D. Jaime I a Doña Teresa Gil de Vidaurre.
Era Teresa hija del noble navarro Juan de Vidaure y hermana de Pedro Gil de Vidaure, y según algunas fuentes, entre sus características destacaban la Belleza, la Prudencia, la Piedad, aunque poseía un Gran Carácter. Siendo joven todavía conoció al rey don Jaime I de Aragón y este quedó prendado de la belleza de Teresa Gil. Para conseguir sus favores le hizo promesa de matrimonio ante un testigo, parece ser que este fue el obispo de Gerona. La promesa no se materializó pues el rey casó con Violante de Hungría en septiembre de 1235. A pesar de este matrimonio, Teresa Gil siguió manteniendo relaciones esporádicas con el rey, con el que tuvo dos hijos, Jaime de Jérica (h.1238-1285) y Pedro de Ayerbe (h.1240-1318), reconocidos por Jaime I en su último testamento fechado en Montpellier el 26 de agosto de 1272..
La reina Violante fallecería en 1251 y para entonces el rey Jaime y Teresa Gil rehacen la relación hasta convertirla en un autentico matrimonio social no legitimado por la iglesia (morganático). En 1255 el rey le hace entrega del castillo de Jérica, en 1257 de las villa Alcublas, tal y como se puede leer en una copia autoritzada del siglo XVIII conservada en el Archivo del Reino de Valencia, en el Libro 24 del Real Justicia, folios 235v-269v, con fecha 2 de abril del citado año de 1257 (aunque en el documento original figura la fecha del 10 de abril).
Gracias a la transcripción que ha facilitado Paco Miras Alcaide, podemos leerla tal y como está redactada, sin caer en los errores comunes de que la donación incluía también las villas de Liria, Bejís Andilla y Altura, que son las que la rodean.
"Sea patente para todos que NOS, Jaime, por la gracia de Dios rey de Aragón. de Valencia, de Mallorca y Conde de Barcelona y de Urgel, Señor de Montpelier, por Nos y por los nuestros damos, concedemos y asignamos, como heredad propia, libre y exenta, a vos, Teresa Gil de Vidaure, y a los vuestros para siempre, la villa que se llama Las Alcublas en el reino de Valencia con todos sus términos y pertenencias, tal y como sus términos están divididos y delimitados con los términos de Liria, de Andilla, y de Begis, y de Jérica y con el término de Altura. Y así, dicha villa entregamos a vos y a los vuestros para siempre para poblarla y mejorarla, con los hornos, molinos, tierras cultivadas e incultas, aguas, hierbas, prados y pastos, caza, bosques, praderas, leñas y árboles de diversos géneros, cañadas y montes con (sus) entradas y salidas, y con sus lindes, derechos y pertenencias desde el cielo hasta el abismo y con todos sus hombres y mujeres, que allí habiten, sean de cualquier condición; con las mejoras que allí haya que hacer para ser consideradas, tenidas, poseídas, completadas, dadas, vendidas, alienadas a todas vuestras voluntades y de los vuestros, tal y como libremente quisiereis siembre hacer sin ningún obstáculo ni impedimento nuestro ni de los nuestros. Dada en Lérida, 2 de abril, del año del Señor 1257 Firma de Jaime, por la gracia de Dios, rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca y Conde de Barcelona y de Urgel, Señor de Montpelier. Son testigos: Guillermo de Montecateno, Arnaldo de Luna, Raimundo, vizconde de Casdona, Jiménez de Focis, Guillermo de Angularia. Signo de Miguel de Alcoario, que por mandato del señor rey a través del Hermano Andrés, su cancelario y obispo de Valencia, estas cosas escribió en el lugar, día y año predichos."
Años más tarde, en 1260, también entregará a Teresa el Palacio o Almunia de recreo que había sido del rey musulmán Abu-Zayd, y que se encontraba extramuros de Valencia en el paraje denominado de la Zaidia.
Hacia 1265 el rey conoce a Berenguela Alfonso, hija del infante Alfonso de Castilla y la hace su amante. Teresa Gil es relegada a un segundo plano y acude al Papa para legitimarse como esposa legal del rey aunque no hubiese habido matrimonio formal. El rey aduce que Teresa Gil ha contraído la lepra, cosa que es falsa y el papa Clemente IV sentencia que aunque no haya habido matrimonio por no mediar sacramento, éste se había legitimado y consumado por la unión carnal y por los hijos que el rey tenía con Teresa y que él personalmente los había legitimado.
El rey relegó definitivamente de su lado a Teresa, aunque no pudo contraer matrimonio con su nueva amante. Teresa se retiró a la casa-palacio de la Zaidia y lo convirtió en monasterio, al que llamó Monasterio de la Zaidia o de Gratia Rei, y en él vivió el resto de sus años sin volver a ver al rey.
Teresa Gil de Vidaure fallecería el 15 de julio de 1285 en el Monasterio de la Zaidia, y en el sería enterrado bajo una lápida donde rezaba: "La V.SªRª doña Teresa Gil de Vidaure, fundadora de este Real Monasterio para señoras nobles que quisieran ser religiosas cistercienses, cuyo monasterio consagró a María Santísima de Gracia, y en él jamás quiso ser abadesa, pero admitió gustosa el empleo de portera, en que murió a 15 de julio de 1285". La sepultura se encontraba en el Altar Mayor de la Iglesia, en 1655 y 1782 en que fue exhumado el cadáver, el mismo permanecía incorrupto.
Durante la guerra de la Independencia el monasterio tuvo que ser abandonado y demolido, y al finalizar la guerra los restos de Teresa Gil fueron recuperados y expuestos en la capilla del nuevo monasterio junto con los restos de su hijo Jaime y su esposa Elfa Álvarez de Azagra que también habían querido ser enterrados en la Zaidia. Durante el tiempo que reposaron en el monasterio, sus restos se encontraban en una urna parcialmente acristalada que permitía ver los restos de Teresa Gil.
Durante la Guerra Civil los restos de Teresa Gil fueron escondidos en Alboraya, retornando a su lugar de descanso al finalizar esta, donde permanecieron hasta 1962, cuando fue definitivamente abandonado el convento y sus restos se trasladaron junto con las monjas a su nuevo convento de Benaguacil, donde permanecen hasta el día de hoy, en una de las capillas laterales del templo, esta vez ya fuera del alcance de miradas de indiscretas.
Era Teresa hija del noble navarro Juan de Vidaure y hermana de Pedro Gil de Vidaure, y según algunas fuentes, entre sus características destacaban la Belleza, la Prudencia, la Piedad, aunque poseía un Gran Carácter. Siendo joven todavía conoció al rey don Jaime I de Aragón y este quedó prendado de la belleza de Teresa Gil. Para conseguir sus favores le hizo promesa de matrimonio ante un testigo, parece ser que este fue el obispo de Gerona. La promesa no se materializó pues el rey casó con Violante de Hungría en septiembre de 1235. A pesar de este matrimonio, Teresa Gil siguió manteniendo relaciones esporádicas con el rey, con el que tuvo dos hijos, Jaime de Jérica (h.1238-1285) y Pedro de Ayerbe (h.1240-1318), reconocidos por Jaime I en su último testamento fechado en Montpellier el 26 de agosto de 1272..
La reina Violante fallecería en 1251 y para entonces el rey Jaime y Teresa Gil rehacen la relación hasta convertirla en un autentico matrimonio social no legitimado por la iglesia (morganático). En 1255 el rey le hace entrega del castillo de Jérica, en 1257 de las villa Alcublas, tal y como se puede leer en una copia autoritzada del siglo XVIII conservada en el Archivo del Reino de Valencia, en el Libro 24 del Real Justicia, folios 235v-269v, con fecha 2 de abril del citado año de 1257 (aunque en el documento original figura la fecha del 10 de abril).
Gracias a la transcripción que ha facilitado Paco Miras Alcaide, podemos leerla tal y como está redactada, sin caer en los errores comunes de que la donación incluía también las villas de Liria, Bejís Andilla y Altura, que son las que la rodean.
"Sea patente para todos que NOS, Jaime, por la gracia de Dios rey de Aragón. de Valencia, de Mallorca y Conde de Barcelona y de Urgel, Señor de Montpelier, por Nos y por los nuestros damos, concedemos y asignamos, como heredad propia, libre y exenta, a vos, Teresa Gil de Vidaure, y a los vuestros para siempre, la villa que se llama Las Alcublas en el reino de Valencia con todos sus términos y pertenencias, tal y como sus términos están divididos y delimitados con los términos de Liria, de Andilla, y de Begis, y de Jérica y con el término de Altura. Y así, dicha villa entregamos a vos y a los vuestros para siempre para poblarla y mejorarla, con los hornos, molinos, tierras cultivadas e incultas, aguas, hierbas, prados y pastos, caza, bosques, praderas, leñas y árboles de diversos géneros, cañadas y montes con (sus) entradas y salidas, y con sus lindes, derechos y pertenencias desde el cielo hasta el abismo y con todos sus hombres y mujeres, que allí habiten, sean de cualquier condición; con las mejoras que allí haya que hacer para ser consideradas, tenidas, poseídas, completadas, dadas, vendidas, alienadas a todas vuestras voluntades y de los vuestros, tal y como libremente quisiereis siembre hacer sin ningún obstáculo ni impedimento nuestro ni de los nuestros. Dada en Lérida, 2 de abril, del año del Señor 1257 Firma de Jaime, por la gracia de Dios, rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca y Conde de Barcelona y de Urgel, Señor de Montpelier. Son testigos: Guillermo de Montecateno, Arnaldo de Luna, Raimundo, vizconde de Casdona, Jiménez de Focis, Guillermo de Angularia. Signo de Miguel de Alcoario, que por mandato del señor rey a través del Hermano Andrés, su cancelario y obispo de Valencia, estas cosas escribió en el lugar, día y año predichos."
Años más tarde, en 1260, también entregará a Teresa el Palacio o Almunia de recreo que había sido del rey musulmán Abu-Zayd, y que se encontraba extramuros de Valencia en el paraje denominado de la Zaidia.
Hacia 1265 el rey conoce a Berenguela Alfonso, hija del infante Alfonso de Castilla y la hace su amante. Teresa Gil es relegada a un segundo plano y acude al Papa para legitimarse como esposa legal del rey aunque no hubiese habido matrimonio formal. El rey aduce que Teresa Gil ha contraído la lepra, cosa que es falsa y el papa Clemente IV sentencia que aunque no haya habido matrimonio por no mediar sacramento, éste se había legitimado y consumado por la unión carnal y por los hijos que el rey tenía con Teresa y que él personalmente los había legitimado.
El rey relegó definitivamente de su lado a Teresa, aunque no pudo contraer matrimonio con su nueva amante. Teresa se retiró a la casa-palacio de la Zaidia y lo convirtió en monasterio, al que llamó Monasterio de la Zaidia o de Gratia Rei, y en él vivió el resto de sus años sin volver a ver al rey.
Teresa Gil de Vidaure fallecería el 15 de julio de 1285 en el Monasterio de la Zaidia, y en el sería enterrado bajo una lápida donde rezaba: "La V.SªRª doña Teresa Gil de Vidaure, fundadora de este Real Monasterio para señoras nobles que quisieran ser religiosas cistercienses, cuyo monasterio consagró a María Santísima de Gracia, y en él jamás quiso ser abadesa, pero admitió gustosa el empleo de portera, en que murió a 15 de julio de 1285". La sepultura se encontraba en el Altar Mayor de la Iglesia, en 1655 y 1782 en que fue exhumado el cadáver, el mismo permanecía incorrupto.
Durante la guerra de la Independencia el monasterio tuvo que ser abandonado y demolido, y al finalizar la guerra los restos de Teresa Gil fueron recuperados y expuestos en la capilla del nuevo monasterio junto con los restos de su hijo Jaime y su esposa Elfa Álvarez de Azagra que también habían querido ser enterrados en la Zaidia. Durante el tiempo que reposaron en el monasterio, sus restos se encontraban en una urna parcialmente acristalada que permitía ver los restos de Teresa Gil.
Durante la Guerra Civil los restos de Teresa Gil fueron escondidos en Alboraya, retornando a su lugar de descanso al finalizar esta, donde permanecieron hasta 1962, cuando fue definitivamente abandonado el convento y sus restos se trasladaron junto con las monjas a su nuevo convento de Benaguacil, donde permanecen hasta el día de hoy, en una de las capillas laterales del templo, esta vez ya fuera del alcance de miradas de indiscretas.
No ha sido el único libro presentado durante esta semana reivindicativa en Alcublas.
El pasado domingo 3 de marzo, en la Cambra del Ayuntamiento se presentaba el poemario "Infancia y juventud en Alcoy" de Mª Luisa Pérez.
En estas memorias la autora pretende captar la atmósfera particular de un tiempo y un entorno, el de su niñez y juventud. Hacer memoria de lo cotidiano de entonces, tanto lo positivo como lo negativo, desde sus recuerdos personales. Buscar, a través de ellos, lo que fue esencial para su formación y desarrollo. Lo aprendido a través del ambiente, las amistades, lo leído, lo habitado entonces y, sobre todo, esa casa, su casa de Alcoy, la casa de su familia...
Tras el acto de presentación, se sirivió una mistela a los asistentes.
El pasado domingo 3 de marzo, en la Cambra del Ayuntamiento se presentaba el poemario "Infancia y juventud en Alcoy" de Mª Luisa Pérez.
En estas memorias la autora pretende captar la atmósfera particular de un tiempo y un entorno, el de su niñez y juventud. Hacer memoria de lo cotidiano de entonces, tanto lo positivo como lo negativo, desde sus recuerdos personales. Buscar, a través de ellos, lo que fue esencial para su formación y desarrollo. Lo aprendido a través del ambiente, las amistades, lo leído, lo habitado entonces y, sobre todo, esa casa, su casa de Alcoy, la casa de su familia...
Tras el acto de presentación, se sirivió una mistela a los asistentes.
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