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sábado, 20 de julio de 2019

EL 28 DE AGOSTO, LA VUELTA A ESPAÑA ATRAVIESA LA COMARCA DE CAMINO A LAS ESTRELLAS

La Vuelta asciende hasta el Observatorio Astrofísico de Javalambre, novedad en el trazado de este año, que será el primer puerto de entidad que afrontará el pelotón: 11,9 km al 7,5%.

El primer gran examen de montaña de la Vuelta Ciclista a España 2019 (del 24 de agosto al 15 de septiembre) llegará en la quinta etapa (28 de agosto), y promete espectáculo. Una jornada cuyo perfil, con sólo dos puertos puntuables, no debe esconder que se trata de casi 166 kilómetros quebrados, muy exigentes, con continuas subidas y bajadas hasta los pies del primer gran puerto de entidad de la carrera.
La etapa arrancará desde L´Eliana, y pronto comenzará a ascender hacia Alcublas, Sacañet y Bejís, para llegar a Barracas y adentrarse en tierras turolenses por la Venta el Aire, Olba, Rubielos de Mora, Manzanera y Torrijas.

En el municipio de Arcos de las Salinas (sur de Teruel), frente a su ermita de San Roque y paralelo al río Arcos que da nombre al pueblo, arrancará la ascensión al Observatorio Astrofísico de Javalambre, situado en lo alto del Pico del Buitre, una joya a la que la organización le había echado el ojo y esperaba el momento propicio para darle la alternativa. Y la edición de este año, que arranca en Torrevieja, encajaba perfectamente. 

Su inclusión se debe en cierto modo a uno de los ciclistas aragoneses por excelencia, Fernando Escartín, que tras su retirada del ciclismo profesional es uno de los encargados de elaborar el recorrido de la gran ronda española como director técnico de la Vuelta, carrera que en esta edición ha incluido perfiles montañosos muy variados. El de Biescas ha comentado que le propusieron la subida, y tras inspeccionarla lo tuvo claro: Será un gran puerto para la primera jornada de montaña, duro pero con descansillos, aunque si algún favorito llega justo lo puede pagar. Los datos lo confirman: son 11.900 metros de ascensión y la media alcanza el 7,5%.



El puerto tiene dos partes diferenciadas, aunque de similar dureza. La primera arranca en el pueblo y pronto ofrece rampas que se agarran, con picos del 16% que pueden hacer mucho daño. Hay que tener en cuenta que la carrera llega de hacer 150 km por un terreno muy sinuoso y sería de extrañar que aquí ya se comezase a formar una selección de los más fuertes con 15 o 20 corredores. 

Esa primera parte transcurre entre bosque y su final, donde nace el río Arcos y aún se mantienen en pie antiguas casetas de pastores, se aprecia claramente porque el decorado cambia. Lo que no varía es la exigencia, ya que tras otro falso llano se vuelven a encarar rampas que pasan ampliamente del 10%.

Escartín posa frente al Observario Astrofísico.
A partir de ahí la única vegetación que se ve es lo que por la zona llaman chaparras (sabinas rastreras), una planta leñosa que desde lejos parece decorar de lunares a la montaña y que los pastores usan como camas improvisadas para recostarse, cuentan los lugareños. Lo cierto es que esa falta de vegetación le da a los kilómetros finales un aspecto similar al Mont Ventoux, pues aquí también pega bien el viento.
También cabe añadir otro factor, como es la altitud en las últimas rampas, que se acercan a los 2.000 metros (a 1.950 se encuentra la cima), y tras varios kilómetros soportando tramos al 11%, 12%... dificultará más la respición de los ciclistas. 

La cúpula del Observatorio Astrofísico que corona la cima anuncia la recta que lleva al final de la ascensión. La instalación, junto a Galáctica, Centro de Difusión y Práctica de la Astronomía, es una de las grandes atracciones turísticas de la zona, que ahora también está en la agenda de los cicloturistas. 

Desde que salió que iba a formar parte del recorrido de la Vuelta, todas las semanas llegan hasta Arcos de las Salinas clubes ciclistas o grupos de amigos, según confirma José Luis Alvir, alcalde del municipio, que todo y no tener claro lo que conlleva ser final de etapa en la Vuelta, espera que entre la afición que hay en la zona, y la cercanía a Valencia, calcula que pueden acumularse unas 20.000 personas durante la subida ese día.

Una jornada donde lo novedoso de la ascensión y el interés por ver cómo afrontan los favoritos a la general el primer examen de la carrera, y en la que seguro los escaladores puros pueden marcar las primeras diferencias, hará que este  camino hacia las estrellas que realizará la primera criba de la Vuelta levante gran expectación.
Al día siguiente, la sexta etapa partirá desde Rubielos de Mora hacia tierras del maestrazgo turolense y castellonense, en una etapa también con muchos desniveles aunque no tan duros.



Fuente: Juanma Leiva - Diario As

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