Consigue pues reconstruir todo el retablo, pese a que parte de los retablos pertenecen a particulares y al MNAC de Barcelona
El Museo de Bellas Artes de Valencia compra por 60.000 euros dos pequeñas tablas de Joan de Joanes pertenecientes a la predela del antiguo retablo de San Sebastián de la Cartuja de Valldecrist (Altura), que representan a María Magdalena y San Roque, y que fue pintado por el pintor valenciano hacia 1540.
De este conjunto, el museo ya poseía el retablo central del titular y la
Piedad del referido banco, que adquirió en 2009 en una subasta, despues de que durante muchísimos años nada se supiese de su pareadero, y apareciera en el mercado artístico madrileño como pieza del círculo de este maestro del renacimiento valenciano. Las mesas laterales que completan el retalbo
-San Bruno y San Vicente Ferrer- son propiedad del Museo Nacional de
Arte de Cataluña (Barcelona) y el ático con la Virgen, el Niño y Santa
Ana, pertenece a una colección privada madrileña.
Todas ellas se expusieron en su día juntas en la muestra titulada "Las Pinturas de Juan de Juanes para el Retablo de San Sebastián de la Cartuja de Valldecrist", en el propio Museo de Bellas Artes de Valencia con motivo de la compra de La Piedad.
Este retablo presidía la capilla que este mártir tenía junto al Patio de la Hospedería Antigua. Así lo relataba Fray Joaquín Lorenzo Villanueva, en su Viaje Literario por las Iglesias de España, Tomo IV, pp 22-23: "En la entrada del claustro, frente a la celda prioral, hay un pequeño oratorio con altar precioso por sus pinturas, que son de Joanes: el cuerpo principal tiene pintado en el centro a San Sebastián asateado; los colaterales son San Vicente Ferrer y San Bruno; en el pedestal está Nuestro Señor Jesucristo difunto en brazos de su Madre antes de ser sepuntado; los colaterales son San Roque y la Magdalena. Excede a estas pinturas la del remate del altar, composición digna de Rafael, en que Santa Ana y María Santísima sosteniendo al Niño Jesús en brazos, están leyendo las palabras que él les señala con el dedo escritas en un libro, y son estas: "quodcumque petieritis Patrem in nomine meo...""
El panel titular que representa a San Sebastían fue adquirido por el Estado en 1994. El Santo, atado a un árbol, aparece con las saetas sobre su cuerpo desnudo dirigiendo su mirada a un ángel que porta la corona y palma del martirio. La disposición de la fiugra se inspira en el San Sebastián de Yáñez (Dallas, Meadows Museum). Conviene subrayar en este San Sebastián de Joanes el paisaje, con un tratamiento pamorámico al modo flamenco, que tuvo que aprender el pintor a partir de la presencia en Valencia de obras flamencas, especialmente las pertenecientes a la colección de doña Mencia de Mendoza.
Flanqueando a la tabla del santo titular, en el cuerpo principal del retablo se ofrecen las figuras de cuerpo entero de San Bruno y San Vicente Ferrer (propiedad del Museo Nacional de
Arte de Cataluña de Barcelona). Ambos santos se recortan sobre un paisaje de horizonte alto con un celaje cubierto de nubes. San Bruno, a la izquierda y con hábito de cartujo, sostiene un crucifijo y el libro de la Orden; y a sus pies el báculo y la mitra que aluden a su renuncia a la dignidad de obispo. San Vicente Ferrer, a la derecha, aparece con el dedo índice señalando al cielo, y con la filactería que suele acompañar su imagen.
En el ático, por encima de San Sebastián, se presenta la tabla de Santa Ana, la Virgen y el Niño (Madrid, colección particular), que responde puntualmente a la descripción de Fray Lorenzo Villanueva. La pose y actitud concentrada de Santa Ana en esta pintura se inspira en la Ana Selbdrit de Yáñez de la parroquia de San Nicolás de Valencia.
Finalmente, el banco o predela está compuesto por tres pinturas: La Piedad en el centro, flanqueada -a la izquierda- por La Magdalena Penitente y -a la derecha- por San Roque, las tres ahora propiedad del Museo de Bellas Artes de Valencia. Los santos portan una doble aureola dorada sobre sus cabezas, al igual que sucede con las figuras de Cristo y la Virgen en la Piedad. La Magdalena Penitente -en el interior de una cueva- ora arrodillada ante un altar, y San Roque, con el perro que le traía alimento al bosque, eleva su mirada ante la aparición del ángel con una filactería: "Peste laborantes ad patrocinium rochi confugientes contagiome illam truculentissima evasuros signiffico". Esta leyenda latina responde a un fragmento del Compendium Vitae Sancti Rochi publicado en 1493.
La Piedad presenta en primer término el cuerpo de Cristo muerto sostenido por su madre y en el interior del sepulcro rocoso dos figuras, probablemente San Juan Evangelista y José de Arimatea. Al fondo, se describe sumariamente el Calvario con las tres cruces, los cuerpos de los dos ladrones, soldados y una figuración de la ciudad amurallada de Jerusalén. Para la figura de Cristo, Joanes, como en otros casos en que representa La Piedad, se inspiró en la pintura de la Lamentación ante el Cuerpo de Cristo, de Sebastiano del Piombo, custodiada por la familia Vich en Valencia.
La tabla de «María Magdalena» del retablo de «San Sebastián» es la segunda pieza de Joan de Joanes que ha adquirido el Museo de Bellas Artes en 2018, ya que anteriormente la conselleria había aprobado una modificación de crédito para adquirir por 110.000 euros una «Virgen de la Esperanza» que el artista valenciano pintó en su época de plenitud.
Hay que felicitar al museo por esta nueva politica de adquisiciones, buscando con ella convertirse en el centro de referencia de una serie de artistas, e indudablemente al
hablar del renacimiento pleno la figura es Joan de Joanes. De hecho, este año el museo también ha comprado por 189.000 euros cuatro tablas
del retablo de San Eloy de Francisco Ribalta.
No obstante, debe mejorar la difusión de estas compras, pues ni siquiera se informa del hecho en la propia web del museo y esto puede ser contraproducente para lograr un mayor número de visitas.
Fuentes: Levante EMC / La Hornacina.com
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