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sábado, 12 de septiembre de 2020

LA AGONÍA DEL ACUEDUCTO DE ELS ARCS DE ESTIVELLA

La mala conservación del monumento, pese a su continuo uso, debido a la  poca atención que sus propietarios hacen del mismo, hacen que pueda venirse abajo cuando menos se espere

Por: Lluis Mesa (Diario Levante EMV, 10/09/2020)

El patrimonio general, en los pueblos y las ciudades, es parte del orgullo colectivo por haber conservado un maravilloso pasado diseñado por generaciones anteriores. La sociedad, a veces, se llena la boca de buenas palabras por las grandezas de los monumentos. Pero a veces este también cae en el olvido de los colectivos y de las instituciones. 

Se piensa que, como no se ha asolado, se encuentra en buen estado. Solo, cuando se desintegra, se comprueba que no era así. Ese quizás, con el tiempo, sea el caso de un excepcional monumento arquitectónico del Camp de Morvedre: el acueducto de la Acequia Mayor de Sagunto al paso por Estivella. Su misión es la de transportar las aguas desde el término al de Albalat dels Tarongers y permitir que continúe por los municipios hasta llegar a Sagunto.

 El monumento, popularmente conocido como els Arcs de Estivella, es mirado por los vecinos y por las vecinas con orgullo, cada vez que desde las partidas de la huerta levantan la vista y se encuentran tan grandiosa estructura en medio del río Palancia o de Sagunto. Aun así poco pueden hacer para conservarlo con dignidad porque no es una propiedad municipal.

La actual construcción es posterior al 1581, cuando una inundación provocó la destrucción de la primitiva fábrica. Los encargados del trabajo fueron el obrero de villa Joan Salvador y el picapedrero Joan Asó, ambos habitantes de la ciudad de Valencia. Su estilo recuerda los realizados por esos años en el lecho del río de la capital del Reino. 

El acueducto está formado por doce arcos de diferentes estilos: de medio punto, rebajado y apuntado. Los primeros cuatro arcos, situados a la banda izquierda del Palancia son rebajados, sin tajamares y se ubican fuera de la cama. Se encuentran perdidos entre la vegetación. Seguidamente se encuentra uno de medio punto. La parte central la constituyen 6 arcos apuntados que se caracterizan por el uso de sillares unidos con argamasa.

La realidad del monumento es triste. La Confederación Hidrográfica del Júcar y la Acequia Mayor de Sagunto son los responsables de su salvaguardia pero nada hacen porque no se degrade. Ante esa situación, el Ayuntamiento de Estivella, consciente de la valía del elemento arquitectónico bien poco puede hacer.

Los grandes árboles crecidos entre los sillares, la caída de algunos elementos, la vegetación que ciega parte de los arcos y la poca consideración como monumento son los elementos más visibles de una agonía que, si no tratan pronto las administraciones, acabará por asolar el monumento.

Hay pocos elementos hidráulicos del siglo XVI en el Camp de Morvedre. La dignidad del monumento ha sido reivindicada por muchas fuentes históricas. Pero de poco ha servido a las administraciones. Tienen que pensar que, además de un valor utilitario, tiene uno histórico y artístico. Queda poco tiempo pero todavía el suficiente para dignificarlo. Después solo podremos apenarnos por su destrucción producida por la desidia de los organismos que lo podrían haber evitado. 

Confiemos que els Arcs de Estivella vuelvan a recuperar la belleza del pasado y puedan ser admirados como se merecen por la ciudadanía. No dejemos que la agonía los desintegre finalmente. Está en manos de todos y todas. Y no sabemos por cuánto de tiempo.

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