Aunque sus escasos restos ya presentaban un acusado mal estado, las fuertes lluvias han derribado esta milenaria torre ubicada junto a la Via Verde de Ojos Negros.
Las lluvias que están cayendo durante el fin de semana y que tan beneficiosa está resultando para los campos y acuíferos d ela comarca, apuntan a ser las responsables de la caída de los restos de la jericana Torre de Ordaces.
Se trata de una torre vígía que se ubicaba al lado del Camino Real, y que en la actualidad se apreciaba perféctamente desde la Vía Verde de Ojos Negros. Bajo ella, queda próxima la Fuente de la Garabaya, que ahora ha perdido a su milenaria compañera de entorno.
Hasta hace unas horas, de ella apenas quedaba una parte, la cual se levantaba erguida hacia el cielo como desafiando las leyes de la gravedad. Tanto en su base como en sus alrededores se habían encontrado algunas lápidas romanas.
La torre de Ordaces formaba parte del sistema defensivo de la villa y castillo de Jérica, junto a otra red de torres vigía como las de Novales, situada en lo alto de un cerro al norte de Novaliches, que se derribó durante la Guerra Civil y de la que sólo quedan rastros de sus cimientos, también muy próxima a la Vía Verde. La torre también se utilizaba como refugio rápido cuando los agricultores de su entorno detectaban algún peligro y no les daba tiempo de llegar a la seguridad de la villa.
Ahora, de esta torre solo han quedado un puñado de escombros. Ojalá la caída de este elemento patrimonial jericano despierte la conciencia de nuestros gobernantes, y reaccionen para tratar de evitar la caída y consecuente pérdida de otros elementos de gran relevancia como la Cruz Cubierta, amenazada desde hace varios años y sobre la que existe en un cajón un proyecto de consolidación y restauración, con una buena parte de los fondos ya a mano.
Ahora, de esta torre solo han quedado un puñado de escombros. Ojalá la caída de este elemento patrimonial jericano despierte la conciencia de nuestros gobernantes, y reaccionen para tratar de evitar la caída y consecuente pérdida de otros elementos de gran relevancia como la Cruz Cubierta, amenazada desde hace varios años y sobre la que existe en un cajón un proyecto de consolidación y restauración, con una buena parte de los fondos ya a mano.
No estaría de más que, ante la ya irreparable pérdida, se estudiara si entre sus escombros aparece algún vestigio de lápidas romanas o de cerámica de estilo musulman que enriquezcan la colección museística local, y no la de algún expoliador sin escrúpulos.
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