Los ladrones también robaron la totalidad de cañerías del convento anexo al templo dedicado a San Martín. Las piezas formaban parte de la plataforma sobre la que se asienta el retablo de Santa Úrsula del altar mayor
La iglesia barroca de San Martín de Segorbe, que fue una de las sedes de la exposición de la Luz de las Imágenes en los años 2001 y 2002, ha sido el objetivo de los ladrones, que se han llevado siete lienzos del templo y todas las cañerías del convento anexo.
Seis de las citadas pinturas pertenecen a la predela del altar mayor, que está dedicado a San Martín, y en ellas están representados San Vicente Ferrer, San Vicente Mártir, San Esteban, San Lorenzo, San Gregorio y San Ambrosio. La séptima de ellas se encontraba en el lateral derecho de la mencionada plataforma sobre la que se asenta el retablo de Santa Úrsula y representa a Santa Inés.
Todas las pinturas datan de la segunda década del siglo XVII y se realizaron en el taller de Juan Ribalta y con destino a la iglesia de San Martín que, por aquellos años, terminaba de construirse.
Según explicó el delegado de Patrimonio de la diócesis y deán de la catedral de Segorbe, Pedro Saborit, los ladrones entraron por la reja que desde la plazuela de la Judería limita el acceso al paso de ronda que discurre paralelo a las murallas de la calle Argén. Desde allí pasaron al patio existente a espaldas del convento para, después, ascender a un altillo al que recae una reja que forzaron ensanchándola y, por allí, penetraron en el interior del edificio conventual. Ya dentro, intentaron acceder a la iglesia por varias puertas y al final lo lograron forzando la que da a la sacristía y que conecta con el templo.
Saborit señaló que las obras sustraídas eran las que resultaban más fáciles de extraer. “Todas ellas fueron restauradas con motivo de la Luz de las Imágenes y algunas estaban pegadas a la madera desde siempre. Esas, intentaron sacarlas, pero no pudieron, aunque con las que estaban claveteadas no tuvieron problemas para soltarlas”, afirma.
No se trata de piezas grandes, ya que de altura no sobrepasan los 50 centímetros, pero las pinturas son importantes por la procedencia, si bien artísticamente y dentro de la misma colección barroca que atesora esta iglesia las hay de mayor calidad, lo que parece indicar que los cacos no eran especialistas en arte.
Por lo que se refiere a la instalación de fontanería, Saborit dio a entender que el robo también era importante, ya que, además de la red general, las celdas del convento disponían de una toma de agua y “toda la instalación ha desaparecido”. El trabajo que representa arrancar la totalidad de tuberías hace entrever que se emplearon bastantes horas en consumar la sustracción.
Lo más llamativo de este caso es que los ladrones, según Saborit, salieron con su carga por la puerta principal de la iglesia, recayente a la plaza de las Monjas, y metieron lo robado en un vehículo.
El hecho ha sido denunciado a la Guardia Civil, que abrió una investigación tomando huellas y fotografías del lugar. Al parecer, hay buenas expectativas de que se pueda identificar a los autores.
Por lo que respeta a las obras expoliadas, la Benemérita dispone de las fichas con las imágenes de los lienzos y ya se ha iniciado la búsqueda. También se ha dado cuenta de lo ocurrido a la Conselleria de Cultura.
Se trata de una iglesia ubicada en pleno casco antiguo de Segorbe y que no tiene culto habitualmente aunque, de forma ocasional, se celebra alguna misa e incluso algún acto cultural, ya que reúne buenas condiciones acústicas. También el convento se encuentra abandonado desde hace unos años.
No es la primera vez que extraños acceden al interior del inmueble, “pero, hasta ahora, se trataba de críos” que buscan la aventura sin hacer daño, aseguró el delegado de Patrimonio. Aun así, los responsables del patrimonio pasan una vez a la semana para comprobar el estado en que se encuentran las instalaciones, indica Saborit.
Con la exposición de la Luz de las Imágenes, todas las piezas que estaban sueltas en la iglesia se habían recogido y colocado en lugar seguro, y solo habían quedado las obras fijas, como son los retablos que estaban en los altares.
Fuente: Rafael Martín - Diario Mediterráneo / Fotos: Turismo de Castellón / Diario Mediterráneo
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