El grupo de caminantes, atendiendo a las explicaciones |
El molino de Navajas, hundido a causa del abandono sufrido |
Siguiendo río abajo descubrimos el vestigio sobre las rocas de lo que fue la cascada conocida como Chorrador del Bicho, seca desde que la acequia que la surtía fue destruida por la urbanización que se construyó encima. Un poco más adelante nos detenemos en la Fuente de la Peña, que funciona desde 1912 y es una de las numerosas fuentes del lugar a las que se atribuye propiedades medicinales.
La expedición hizo un alto a los pies del imponente Salto de la Novia para reconstruir la leyenda que dio nombre al lugar. Tradicionalmente, las novias de Navajas invocaban fertilidad y abundancia saltando entre dos rocas que aún existen donde se estrecha el cauce del río. Un día, una joven no alcanzó la otra orilla y se la tragó un remolino. El novio saltó al agua para ayudarle, pero corrió la misma suerte. Los cuerpos aparecieron abrazados donde hoy es la zona de baño del río. Actualmente el paraje mantiene su belleza aunque los participantes en la ruta lamentaron que en muchas ocasiones se acumule la basura sin que nadie la recoja.
En la ruta |
Entre la hermosa vegetación del río se vislumbra una barrera construida por el ser humano: el azud de la Barsella, la presa que desvía agua hacia Navajas gracias a la concesión real de María de Luna. La reina otorgó este derecho a los lugareños frenando las aspiraciones de Sagunto, que exigía que todo el caudal del Palancia llegara hasta sus tierras. María de Luna compensó a los saguntinos con una barsella llena de oro. Sin embargo, las luchas históricas por el agua no acabaron con la mediación real.
Poco después de que a finales de la década de los 50 del siglo XX se construyera el pantano del Regajo, se habilitó un canal con el objeto de conducir el agua directamente hasta Sagunto evitando el azud de la Barsella. Actualmente, el canal no se emplea, pero aún permanece en pie.
La ruta continuó hasta Segorbe para visitar los Cincuenta Caños (uno por cada provincia española), la Fuente del Argén (de donde tomaban el agua los plateros y donde, según la leyenda, beber de su caño en luna llena protege de ciertas enfermedades) y el Acueducto levantado por los árabes en el siglo XI para traer el agua del manantial de la Esperanza.
Adentrándonos en el término municipal de Altura llegamos hasta los restos del antiguo
molino de los frailes de la Cartuja de Vall de Crist, habilitado a finales del siglo XIV.
Tras la desamortización de los bienes de la Iglesia se convirtió en una fábrica, pero
conservó buena parte de la estructura del viejo molino. Ahora permanece abandonado.
Molino de los Frailes, abandonado |
Batán |
Similar suerte ha corrido el batán, la instalación hidráulica donde los cartujos transformaban la lana de su abundante ganado en paño. Los restos de esta histórica construcción se consolidaron, pero actualmente nadie se encarga de conservarlos –ha desaparecido hasta la puerta de entrada que los protegía- ni de ponerlos en valor para que puedan ser apreciados.
Acequia |
Por eso, Comprometeos con Navajas va a ofrecer la posibilidad de realizar esta misma ruta u otras similares a los colectivos o grupos de personas que estén interesadas en disfrutar de estas riquezas naturales porque, como dijo una de las excursionistas, “si no conoces las cosas, no las puedes amar”
Fuente: Comprometeos con Navajas
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