Pincha ESTE ENLACE para ver mi Curriculum Vitae

viernes, 31 de diciembre de 2021

TERUEL COMIENZA LO QUE SE PRETENDE SER EL PRINCIPAL MUSEO DE ESPAÑA SOBRE LA GUERRA CIVIL

El Gobierno de Aragón asume un proyecto que pretende ser «referente en Europa». Con un coste de 6 millones de euros, está prevista una apertura completa para 2025

Durante el invierno de 1937-1938 se combatió en Teruel a temperaturas inferiores a -20 ºC. Los brigadistas internacionales lo llamaron «el Polo Norte». La magnitud de aquellos fríos fue destacada por los corresponsales llegados a la ciudad, como Herbert L. Matthews, reportero de «The New York Times», al que nada impresionó tanto como «el increíble mal tiempo en que se libró la batalla». Y va a ser precisamente en Teruel donde va a crearse un museo que recuerde no solo aquel asedio, sino la Guerra Civil en su conjunto. Un complejo oficial, con vocación nacional, que será pionero en España.

El museólogo Joan Santacana concibe el proyecto por encargo del Gobierno de Aragón, que está al habla con el Ejecutivo central para imprimir ese carácter de referente nacional. El lugar elegido es un solar al lado del hospital provincial, propiedad del Ejecutivo aragonés, donde ya se trabaja en una primera fase con un presupuesto de 2,1 millones de euros, aunque el coste final rondará los 6 millones. A principios de 2023 podría abrirse una parte de las instalaciones, que no estarán a punto hasta comienzos de 2025. 

Aunque Santacana asume el plan, la idea original partió del militar e historiador Gabriel Cardona, que echaba en faltaba un museo de la Guerra Civil en España, pues es el único país que ha tenido un conflicto de esas características y no cuenta con ningún elemento que permita al ciudadano conocer a fondo qué fue. Así, mientras en Francia tienen el memorial de Verdún; en Alemania el de Berchtesgaden; en Reino Unido, el Museo Imperial de la Guerra. en España no se ha hecho nada. Y finalmente, Gabriel Cardona propuso que se hiciera en Teruel, por ser la ciudad decisiva para el avance de Franco, ya que su toma facilitó al ejército sublvado la llegada al mar y partir el frente republicano en dos, y con el tiempo ganar el conflicto..

Su doble condición de arqueólogo y pedagogo permite a Joan Santacana plantear en 2005 las bases de la museografía didáctica en España. En 2006, la Diputación Provincial de Teruel le encomienda el proyecto, que entrega en 2008 sin saber en qué espacio se iba a ubicar, por lo que hizo algo innovador: empezar por la museografía y adaptar el edificio a las necesidades. Por desgracia Cardona, el coordinador de todo ello muere en ese intervalo en un accidente de tráfico, y todo parecía que iba a quedarse en nada. Pero en 2018 la Consejería de Educación comunica que quiere resucitar el proyecto y se propone para el trazado arquitectónico a Toni Casamor, del estudio BCQ Arquitectura. 

Según su diseño, la visita se iniciará en una planta subterránea para exposiciones y un auditorio. El interior, con una textura pardo-grisácea, pretende evocar los cerros que rodean Teruel, con acceso a través de una rampa que revive las trincheras. Dentro habrá dos módulos, uno dedicado a la contienda, con audiovisuales y simuladores, y otro enfocado a la batalla de Teruel. En la planta baja está previsto un jardín –con material pesado– y en la superior un centro de documentación.

No fue el protagonismo de Teruel en el desenlace del conflicto el elemento definitivo para que fuera elegida como sede del museo sobre la Guerra Civil, pues hay muchas batallas decisivas, como la del Ebro. Pero Teruel fue el lugar elegido porque fue la única ciudad masacrada por ambos ejércitos, una capital de provincia que cambió de manos, y en cada uno de los ataques hubo destrucciones masivas, con evacuación de la población civil. Fue también la única ciudad donde se ensayaron técnicas de guerra que luego se aplicarán en la Segunda Guerra Mundial, como Stalingrado, que se convertirá en un  Teruel a gran escala, donde la aviación será decisiva.  

El proyecto se llamará Memorial para la Paz, pues no se pretende en ningún caso que fuese un museo de la guerra, sino que lo importante es que el visitante comprenda lo que es el horror de la guerra, lo que traducido a las palabras de Santacana, viene a significar "que no sea una colección de chatarra y llegue al corazón". Por ello se potenciará la parte emotiva, que pueda identificarse con el sufrimiento de la población civil, que en aquel conflicto fue quien peor lo pasó. Pero también ha de contar con elementos que no sean discutibles, y eso debe ser avalado por una comisión de los más prestigiosos historiadores nacionales e internacionales, que será coordinada por Javier Paniagua, profesor de Pensamiento Político y Social, que tendrá libertad para crear un museo de ideas, de emociones, no de batallas, aunque obviamente, las habrá..

Con todo ellos se busca que sea un museo moderno, un referente en España y en Europa, que sea capaz de emocionar y de ilusionar al visitante, como lo fue en su día el museo del Holocausto de Jerusalén, copiado infinidad de veces, o el Museo de Historia de Berlín, y pueda resultar atractivo tanto para que lo puedan visitar desde estudiantes a cualquier interesado o experto en el tema.

Sobre el material a mostrar se apuesta por fotos inéditas de Robert Capa procedentes del maletín hallado en México, y se está en contacto con el Museo del Ejército para contar con aviones de la época con los que crear ambiente, junto con uniformes de milicianos y de los ejércitos republicano y franquista.

Paniagua, histórico socialista valenciano –militante del PSOE desde 1978, diputado en cuatro legislaturas–, y autor de un volumen de la Guerra Civil publicado por Planeta,  y varias obras para alumnos de Bachillerato, aceptó el reto y ha propuesto a varios especialistas para que le ayuden, como  Stanley G. Paine y Paul Preston, pero de momento no hay nada decidido.

Su experiencia museística está basada en el paso por un congreso en Estella sobre el carlismo, la visita al museo que hizo Mitterrand sobre la Revolución Francesa en Lille y el Memorial del desembarco de Normandía. Además conoce el Museo de Obama en Gettysburg (Pensilvania) sobre la Guerra Civil Norteamericana. 

 Javier Paniagua y Joan Santacana

El problema al que se enfrenta Paniagua es que es muy difícil hacer museos de guerras civiles, porque una cosa es el cambio tecnológico y social y otra la mentalidad, como se observa en Estados Unidos, donde aún hay manifestaciones y protestas, cuando han pasado más de 170 años. Y en este sentido, España no es diferente, pues los resortes de la Guerra Civil están absurdamente presentes. Las guerras civiles cicatrizan siempre mal, y la española no ha cicatrizado. «Los alemanes saben que fueron derrotados. Aquí eso no existe. Se ha utilizado la Segunda República como un mito de la izquierda, sin contar con elementos dentro de ella que fueron muy duros», lamenta Paniagua. 

Pero en Teruel lo que se pretende es recomponer de nuevo una visión histórica donde se reconozcan las virtudes de unos y los defectos de otros, y viceversa. Ese será su desafío, y convertir el Museo de Teruel en un ejemplo de museo turístico de primer orden como lo son museos de este tipo en la zona de la Línea Maginot o en Normandía, aprovechando el gran interés que en la actualidad existe por la Guerra Civil, y que no puede desaprovecharse.

De hecho, hay por toda España museos o centros de interpretación dedicados a episodios de la Guerra Civil, centros que suelen estar en las mismas localidades protagonistas hace más de 80 años. Es el caso de las poblaciones madrileñas de Morata de Tajuña, Brunete, Arganda y Rivas Vaciamadrid; Abánades (Guadalajara); Cartagena (Murcia); Lugones (Asturias); Santa Margarida i els Monjos (Cataluña); Almenara, Viver, Alicante y Alcoy (Comunidad Valenciana); Almería (Andalucía), y Gandesa, Robres y Fayón (Aragón), qued dedicado a la Batalla del Ebro, es en este momento uno de los más importantes de Aragón. Y en breve en Villarquemado (Teruel), donde Joan Santacana ha sido asesor del pequeño centro de interpretación» que recordará la batalla de Alfambra, también en Teruel.

  

Fuente: Andrés Bartolomé - La Razón

No hay comentarios:

Publicar un comentario