La revista Economía 3 publica esta semana un interesante articulo sobre Alcublas referido a su futuro aeródromo.
Tras cinco años de tramitaciones administrativas, y después de haber reunido el consenso y apoyo de todas las instancias de la Comunidad Valenciana relacionadas con la aviación deportiva y de recreo, así como de las Universidades de Valencia, Politécnica y de Castellón, el municipio de Alcublas, con su alcalde, Manuel Civera, a la cabeza, están preparados para ser el referente de la aviación deportiva en la Comunidad Valenciana, y foco de atracción turística para los afi cionados a los deportes aéreos de Alemania, Francia y norte de Europa. La única pieza que falta para poner el proyecto en marcha son 3 millones de euros de inversión, “que entiendo debe realizar la Generalitat en la obra urbanizadora”.
Todo comenzó en el año 2008, cuando se puso en marcha un programa de la Unión Europea para recuperar
escenarios de guerra, que en España canalizó la Federación de Municipios y Provincias, “que tenía un doble objetivo: realizar pedagogía ciudadana de lo que nunca debe volver a suceder y recuperar lugares históricos para desarrollar rutas de interés turístico”, explica el alcalde de Alcublas, Manuel Civera. En el municipio hubo un aeródromo republicano hasta junio del 38, y de esas instalaciones quedaban restos. “Hemos recuperado y rehabilitado, y forma parte hoy de las rutas turísticas que ofrecemos a nuestros visitantes, un refugio y polvorín de guerra, a 14 metros bajo tierra”.
En los trabajos de documentación del proyecto a realizar, la corporación de Alcublas entró en contacto con la Fundación Aérea de la Comunidad Valenciana y con la Federación de Deportes Aéreos, y por parte de ambas instituciones se señaló la situación de carencia de instalaciones para la práctica de los deportes aéreos y para el desarrollo de sus actividades por parte de la Fundación. A esto se sumó la precaria situación del aeroclub, obligado a dejar sus instalaciones en Manises, y la no menos difícil del aeroclub y escuela de paracaidismo de Castellón. Se daban, pues, las condiciones para el aeródromo de Alcublas.
En la primavera de 2009, tras conocer la inexistencia de instalaciones adecuadas en toda la Comunidad Valenciana para la práctica de deportes aéreos, la precaria situación de los aeroclubes de Valencia y Castellón, así como de la escuela de paracaidismo en La Plana, el pleno municipal de Alcublas decidió por unanimidad aprobar una suspensión de licencias en una superfi cie de casi dos millones de metros cuadrados, para propiciar en ella la construcción de un aeródromo. En los meses siguientes conocieron el interés por parte de las universidades de Valencia (UV), Politécnica y Jaume I, por disponer de instalaciones donde desarrollar determinadas actividades relacionadas con la navegación aérea.
Se iniciaba así formalmente el proceso que ha culminado en la práctica aprobación de un Plan Especial dentro del Plan General de Ordenación Urbana de Alcublas, para desarrollar en él un aeródromo “único en España, que resuelve la demanda potencial de la aviación general y deportiva, vuelo sin motor, acrobacia aérea, ultraligeros, paracaidismo, estacionamiento temporal de aeronaves, etc., además de poder servir para los aparatos de vigilancia y extinción de incendios forestales y de atención sanitaria de emergencia”, explica el alcalde de Alcublas, Manuel Civera.
Además de dos pistas de aterrizaje y despegue, de 1.800 y 300 metros respectivamente, en el proyecto se contemplan espacios específicos para institutos y centros universitarios, empresas directamente relacionadas con estos y la práctica de la aviación, escuela de pilotos, aulas de formación, talleres de mantenimiento y restauración de aeronaves, museo de la aviación, instalaciones de servicios generales y espacios para ocio.
Antes que Alcublas habían habido otros intentos en Valencia por disponer de unas instalaciones similares, “pero por unas u otras razones, todos acabaron desistiendo”, explica Francisco José Carmona, que desempeña las funciones de arquitecto municipal en Alcublas y ha colaborado activamente en la tramitación del proyecto, “aunque el redactor del mismo es mi compañero Julio Lacomba”.
Potencial turístico
Lo cierto es que en la provincia hay seis instalaciones donde se practica el vuelo de ultraligeros (Requena, La Llosa, Benicolet, Albalat de la Ribera, Olocau y Fuenterrobles), “y nada más. Por ejemplo, no hay ninguna instalación para practicar el vuelo sin motor, mientras que en Alemania hay más 750 clubes de vuelo sin motor y más de 500 aeródromos autorizados para dicha práctica”, explica Carmona. Es evidente el potencial turístico que estas cifras ponen de manifi esto. Lo que Alcublas tiene a su favor y quiere poner en valor es haber conseguido superar en cinco años las 37 autorizaciones administrativas, tanto de la Generalitat Valenciana, como del Ministerio de Fomento y de la Comisión Interministerial Defensa-Fomento, que han sido necesarias para poner en marcha un aeródromo con capacidad técnica y legal para poder practicar en él todas las especialidades aeronaúticas, con excepción, obviamente, de la aviación comercial y militar, “pues el problema no ha sido solo sacar adelante el Plan Urbanístico Especial, sino conseguir, también, la reserva de espacio aéreo para la práctica deportiva de, por ejemplo, el paracaidismo. En este sentido tenemos aprobada una reserva de un millón de metros cúbicos por encima de las instalaciones del aeródromo”.
- Durante la fase de tramitación administrativa fuimos consultando con todas las instancias que pensábamos pudieran tener algo que aportar, y nos acercamos a las universidades, encontrando una respuesta muy positiva. En la Universitat de València, por ejemplo, la Facultad de Físicas ya nos ha dicho que estarían dispuestos a instalar aquí un observatorio astronómico y que necesitarían aulas para desarrollos y prácticas de los proyectos de colaboración que mantienen con la Agencia Espacial Europea. También de la UV depende la Facultad de Educación Física, y esta sería la base natural de la Federación de Deportes Aéreos. De hecho, fue la Universitat de València quien hace un año organizó aquí en Alcublas la presentación de este proyecto, a la que vino Isabel Bonig, consellera de Infraestructuras. Y de la Universidad Politécnica depende la titulación de ingeniero aeronáutico, y también nos han indicado que necesitarían instalaciones para prácticas de motores y fuselajes, además de desarrollos fruto de su colaboración con Airbus. Precisamente fueron representantes de la Politécnica quienes nos dijeron que Boing estuvo varios años considerando la opción de instalarse en la Comunidad Valenciana antes de optar por Andalucía, pero ante las dificultades de infraestructuras disponibles, al final se fueron.
- ¿Qué falta para que podamos ver maquinaria trabajando en la construcción de la pista?
- El único trámite que falta es la aprobación definitiva de la Comisión de Urbanismo de la Generalitat, que nos pide que presentemos el proyecto de construcción de las pistas y hangares, pero si hacemos eso, estamos condicionando la construcción propiamentedicha, que entendemos que es lo que debe asumir la Generalitat. Hasta ahora, todo el esfuerzo y todos los gastos los ha realizado el Ayuntamiento de Alcublas, pero pensamos que este es un proyecto de interés más allá del municipio y, por tanto, pensamos que la Generalitat debe implicarse, asumiendo, al menos, las obras de urbanización: las pistas, que deben ser de zaborra compactada y no de asfalto; el vallado del perímetro; las acometidas de agua y luz; y una pequeña depuradora.
- ¿De qué inversión podemos estar hablando?
- Nuestras estimaciones son que con tres millones de euros, en nueve meses puede estar resuelto para empezar a volar. El resto de instalaciones del proyecto pueden hacerse mediante concesiones a aquellos inversores que estén interesados en el proyecto. El objetivo del Ayuntamiento, desde luego, no es ganar dinero con esto, pero entendemos perfectamente que si alguien invierte un capital, es para obtener un retorno.
Las diferentes piezas del proyecto
Las instalaciones del aeródromo de Alcublas, tal como están previstas en el proyecto, ocuparían una superfi cie de casi dos millones de metros cuadrados, situados a una altitud de 860 metros sobre nivel del mar. Las pistas tendrían una orientación noroeste-sureste, “para aprovechar los vientos y térmicas de la zona”.
De la superficie total del Plan Urbanístico Especial, casi 962.000 metros son para acrobacia aérea y práctica de paracaidismo, y lo que es el perímetro cerrado del aeródromo ocuparía algo más de 600.000 metros cuadrados. De esos 600.000 metros, las dos pistas de aterrizaje y despegue (de 1.800 y 300 metros lineales, respectivamente), y los espacios libres vinculados a ellas, consumirán más de 310.000 metros; los hangares y talleres, más de 210.000; el edificio central de servicios comunes (donde en su caso se alojaría el museo y taller de restauración de aeronaves históricas y la escuela de pilotos), ocuparía más de 24.500 metros, quedando reservados los casi 46.500 metros restantes para zonas verdes.
Descendiendo ya al detalle, el edificio central de servicios tiene prevista una capacidad constructiva para 18.000 metros cuadrados (bien en planta o repartidos entre planta baja y dos alturas); se prevén 116 plazas de aparcamiento para aeronaves, un aparcamiento cerrado para 170 plazas de automóviles, y otras 480 plazas de parking para coches y 24 para camiones en espacio no cerrado. El proyecto contempla 36 hangares para aparatos de aviación general y 16 hangares para ultraligeros.
Anexo a lo que son las instalaciones aeroportuarias propiamente dichas, y fruto del interés mostrado por las universidades, el proyecto contempla una superficie de 18.000 metros cuadrados para alojar talleres, laboratorios de ensayo e, incluso, instalaciones de empresas que estén desarrollando proyectos conjuntos con las universidades. Hay 60 parcelas en total, de 300 metros cada una, “que pueden unirse o utilizarse individualmente”.
Además, hay reservado suelo para una instalación específica de 14.400 metros, para albergar un proyecto empresarial especialmente relevante.
Las diferentes piezas del proyecto
Las instalaciones del aeródromo de Alcublas, tal como están previstas en el proyecto, ocuparían una superfi cie de casi dos millones de metros cuadrados, situados a una altitud de 860 metros sobre nivel del mar. Las pistas tendrían una orientación noroeste-sureste, “para aprovechar los vientos y térmicas de la zona”.
De la superficie total del Plan Urbanístico Especial, casi 962.000 metros son para acrobacia aérea y práctica de paracaidismo, y lo que es el perímetro cerrado del aeródromo ocuparía algo más de 600.000 metros cuadrados. De esos 600.000 metros, las dos pistas de aterrizaje y despegue (de 1.800 y 300 metros lineales, respectivamente), y los espacios libres vinculados a ellas, consumirán más de 310.000 metros; los hangares y talleres, más de 210.000; el edificio central de servicios comunes (donde en su caso se alojaría el museo y taller de restauración de aeronaves históricas y la escuela de pilotos), ocuparía más de 24.500 metros, quedando reservados los casi 46.500 metros restantes para zonas verdes.
Descendiendo ya al detalle, el edificio central de servicios tiene prevista una capacidad constructiva para 18.000 metros cuadrados (bien en planta o repartidos entre planta baja y dos alturas); se prevén 116 plazas de aparcamiento para aeronaves, un aparcamiento cerrado para 170 plazas de automóviles, y otras 480 plazas de parking para coches y 24 para camiones en espacio no cerrado. El proyecto contempla 36 hangares para aparatos de aviación general y 16 hangares para ultraligeros.
Anexo a lo que son las instalaciones aeroportuarias propiamente dichas, y fruto del interés mostrado por las universidades, el proyecto contempla una superficie de 18.000 metros cuadrados para alojar talleres, laboratorios de ensayo e, incluso, instalaciones de empresas que estén desarrollando proyectos conjuntos con las universidades. Hay 60 parcelas en total, de 300 metros cada una, “que pueden unirse o utilizarse individualmente”.
Además, hay reservado suelo para una instalación específica de 14.400 metros, para albergar un proyecto empresarial especialmente relevante.
ResponderEliminarEspero que no toquen ni una sola piedra de los restos del antiguo Aerodromo militar!