Pincha ESTE ENLACE para ver mi Curriculum Vitae

sábado, 26 de julio de 2025

LA ERMITA DEL GARBÍ, EN EL PUNTO DE MIRA

La supuesta compra por un empresario del entorno de la Ermita del Garbí se está convirtiendo en el culebrón patrimonial de las comarcas del Palancia, que desea montar un chiringuito, cobrar por acceder al entorno y colocar una gran cruz que se vea desde kilómetros a la redonda.

La polémica está servida en Estivella desde hace unos días tras un inesperado episodio ocurrido el pasado fin de semana en el paraje natural del Puntal del Garbí, uno de los espacios más emblemáticos de la comarcadel Camp de Morvedre y el Parque Natural de la Sierra Calderona. 

El municipio se encontró con la ermita de la Santa Cruz cerrada con cintas y utilizada como almacén de hostelería, lo que ha desencadenado una tormenta política, vecinal y legal que pone en el foco la propiedad del recinto y los usos permitidos en un espacio natural protegido.


El Ayuntamiento de Estivella ha explicado en un comunicado los hechos detectados durante el sábado 19 y domingo 20 de julio. Según relata el consistorio, coincidiendo con un acto público en el Garbí, "se detectó la ocupación de la ermita como almacén y punto de distribución de materiales de hostelería". En el entorno había tres personas informando y repartiendo dípticos sobre un proyecto personal impulsado por un empresario local, "que además había precintado parte de la montaña con el objetivo de instalar un chiringuito y cobrar entrada por visitar la zona".

El alcalde de Estivella, Francesc Mateu, asegura que el Ayuntamiento tiene registrada la propiedad de la ermita —parcela 71B— y que consta en la nota simple del registro, que poseen en el consistorio. Ante esta circunstacia, el empresario no tiene ningún permiso para montar un chiringuito. De hecho, no ha presentado ningún documento de compra, solo ha dicho que lo ha comprado. Si su actitud no cambio y continúa sin entregar el control de la ermita, se emprendán acciones legales.

Dado que el Puntal del Garbí forma parte del Parque Natural de la Sierra Calderona y es una zona protegida, el Ayuntamiento ha informado de los hechos a la Guardia Civil, el Seprona, el Parque Natural y la Conselleria de Medio Ambiente. Además, ha firmado una resolución administrativa en la que reclama al empresario que devuelva de forma inmediata el control del recinto y deje de utilizarlo como almacén de hostelería o para otros fines privados.

En el otro lado del conflicto, se sitúa José Ramón Mateu, concejal de Vox en el propio Ayuntamiento de Estivella y empresario local, pues es el propietario del camping Sierra Calderona y del restaurante Els Pins, negocios situados también en el entorno natural. Él defiende su derecho a usar la ermita alegando que la ha comprado por 60.000 euros a los antiguos propietarios, ante la negativa del Ayuntamiento a adquirirla.


Su idea es dar un servicio a toda la gente que quiera subir, no que haya un reducido grupo de personas que tengan acceso a la ermita. Ahora, afirma, como es suya, podrá entrar todo el pueblo, pues la ermita estará abierta al público, con un ermitaño que la cuide, y que servirá agua y refrescos que se pagarán con donativos, con los cuales levantará una cruz visible desde todo el litoral valenciano, al modo de la que hay en Rio de Janeiro o la del Valle de los Caídos, ahora que el actual gobierno de España la quiere derribar. Otras medidas que desea crear es un Museo Ciclista, y lograr que la Vuelta Ciclista a España concluya allí una etapa. 

La controversia adquiere así tintes políticos e ideológicos, más aún al estar protagonizada por un miembro del propio pleno municipal, que se niega a devolver el control de la ermita al ayuntamiento, reiterando que seguirá haciendo uso del recinto, pese a la resolución del consistorio y a las advertencias de posible ilegalidad. Que personalmente cree que tiene más derecho el párroco, por ser un lugar católico, que el alcalde o la corporación. Pero el propietario de momento es él, pues es quien ha adquirido mediante escritura pública ese lugar, pues se ha gastado 50.000 euros en comprar el terreno a los herederos de la familia que gestionaba la fonda que había allí, a los que hay que sumar 4.000 euros en impuestos y en el notario.

Lo que sí ha hecho es retirar del interior de la ermita todo el mobiliario del chiringuito que había montado sin licencia, pero porque daba mala imagen, y que el hecho ha sentado muy mal a muchos vecinos por verlo irreverente.

Fuentes: Levante EMV - EPDA 

No hay comentarios:

Publicar un comentario