La Calderona se pone de moda y obliga a regular sus accesos por parte de conselleria, que llama a una reunión a los ayuntamientos afectados para buscar soluciones
El Parque Natural de la Sierra Calderona se ha puesto tan de moda los fines de semana y festivos que los coches aparcados por cualquier lado se han convertido en una constante. Por ello, la Conselleria d’Agricultura, Desenvolupament Rural, Emergència Climàtica i Transició Ecològica se ha visto obligada a buscar una solución conjunta con los ayuntamientos.
El presidente de la Junta Rectora del parque natural, Guillem Domingo, ha instado a los alcaldes de los municipios afectados a una reunión con el objetivo de que expongan los problemas y aporten posibles soluciones. De esta manera, se tratará de escuchar los diferentes puntos de vista y también las posibles ideas o alternativas que baraja cada uno para dar respuesta a esta situación. De momento, se desconoce la fecha del encuentro ya que hay ciertas reticencias entre algunos mandatarios a realizar la reunión de manera presencial, dado el estado d e la pandemia.
Desde luego la tarea no va a ser fácil, pues este problema ya lo denunciaba recientemente el alcalde de Gilet, Salva Costa, al poner sobre la mesa la imposibilidad de habilitar nuevas zonas de aparcamiento dadas las limitación de uso y la protección del parque. Esta coyuntura obligará a buscar alternativas entre todas las partes afectadas, aunque no se descarta la limitación de aforo a este espacio natural.
Esta saturación en este municipio ya se ha saldado ya con la imposición de multas a los vehículos mal aparcados. Y es que esta situación provocada por el colapso de vehículos en áreas como la zona recreativa de Sant Esperit y las inmediaciones al Dragón de la Calderona genera muchos problemas tanto de accesos como circulatorios, además de obstaculizar las salidas en caso de evacuación por incendios. Por este motivo, se ha intensificado la presencia policial en la zona y se ha vuelto a poner de pago el aparcamiento de Sant Esperit.
El problema se evidenció especialmente el pasado puente de octubre cuando las inmediaciones al parque desde algunos municipios se saturaron de coches, impidiendo la circulación en algunas calles. Los vecinos también se quejaron ante la imposibilidad de entrar en sus casas al tener vehículos estacionados en su puerta de turistas ávidos por subir al Garbí y a otros parajes. Sin embargo el mayor de los temores para algunos alcaldes son los problemas de evacuación que pudieran producirse en caso de incendio, al estar colapsados algunos accesos.
Fuente: Marián Romero - Levante EMV / Valencia Bonita.es
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