La adquisición de la Casa Grande por parte del consistorio, las obras de mejora en la Hospedería del Santuario de la Cueva Santa, y las demandas para potenciar y mejorar la cartuja de Valldecrist y su patrimonio, son algunas de las noticias que se han leído estos días en distintos medios de comunicación
La villa de Altura parece que quiera despertar del olvido a buena parte de su patrimonio, tanto tiempo olvidado y desatendido por unos y otros.
La pasada semana, era la adquisición de la conocida como la Casa Grande la que pasaba a formar parte de todos los alturanos al ser adquirida por el Ayuntamiento el miércoles, 27 de noviembre, a la SAREB por un valor de 205.000 euros, procedentes de la venta de una parcela del polígono industrial, y cuyos beneficios debían ir obligatoriamente, destinados de nuevo al patrimonio municipal del suelo.
La Casa Grande es el edificio civil más importante a nivel histórico de la Villa de Altura, puesto que se trata de un palacete de estilo aragonés construido en el siglo XV, el cual fue declarado Bien de Relevancia Local en el último pleno ordinario que se celebró, a expensas de ser declarado BIC por la Consellería de Cultura durante los próximos meses.
A partir de ahora el futuro de este inmueble lo marcará el Ayuntamiento de Altura, y no las diversas inmobiliarias asociadas a varias entidades bancarias. Para ello, se procederá a someter a participación ciudadana su destino final.
Pocos días después, desde la Diputación de Castellón se hacía público que el viernes, 29 de noviembre, el Presidente de la misma, José Martí y el Cura Párroco de la Iglesia San Miguel Arcángel de Altura, Juan Manuel Gallent firmaban un convenio de colaboración que dará luz verde a la rehabilitación de la Casa del Latonero en el Santuario de la Cueva Santa, como parte de su impulso al patrimonio sacro como dinamizador turístico de los pueblos de la provincia.
Dicha actuación da continuidad a una anterior donde se invirtió 160.000 euros para la restauración del edificio ‘Casa del Latonero’ como centro de recepción y acogida de visitantes en el marco de las acciones del protección del patrimonio y entorno al Plan Director de Ordenación del Santuario de la Cueva Santa.
Cabe recordar que este edificio está actualmente cerrado a los usuarios y sin actividad porque la estructura, el forjado, la cubierta y las fachadas están en un estado inestable y ruinoso que pueden causar peligro para los visitantes.
Y es que el año 2018 se contabilizó el paso de 620.000 personas en este espacio, los cuales, una vez rehabilitada, podrá acoger a visitantes y peregrinos dotando al conjunto del santuario de servicios básicos especialmente cumpliendo con la normativa de accesibilidad a la cueva del santuario. Actualmente son cerca de una veintena de romerías las que se realizan al santuario.
El Santuario de la Cueva Santa hace de él un lugar único en la provincia, no sólo por suponer un emblema patrimonial a preservar, sino también en por tratarse de un importante recurso para la dinamización turística de la comarca del Alto Palancia.
Los primeros datos escritos sobre la cueva aparecen datados en el siglo XVII, momento en el que la cueva y su entorno inmediato están plenamente constituidos como santuario de culto mariano, incluida la Sala de la Capilla, situada en el interior de la cavidad y acondicionada mediante distintas obras para acceder a ella y realizar actividades de culto.
Además de la capilla, queda documentado que ya en el año 1645 existía una hospedería destinada a albergar peregrinos. La evolución constructiva del santuario revela la progresiva importancia que la Cueva Santa adquiere a lo largo de la historia.
Y si todo estos son excelentes noticias, de cumplirse parte de lo hablado hoy entre el presidente provincial, José Martí, y la alcaldesa de la villa de Altura, Rocio Ibáñez, en breve estas mejoras pueden llegar hasta la Cartuja de Valldecrist.
Entre estas medidas está la constitución de un patronato o una fundación de la que formen parte la institución provincial y la Generalitat, que debe encargarse de la restauración y gestión de la Cartuja de Valldecrist, para su uso como contenedor cultural. La Diputación y la Generalitat Valenciana son los actuales propietarios, y a ellos ha sido trasladada esta petición de forma oficiosa por parte de la Asociación Cultural Cartuja Valldecrist, que lleva años buscando crear esta figura, en la que también formaría parte el propio ayuntamiento.
Las actuaciones correrían a cargo de la orquesta de cámara Carpe Diem de San Petersburgo, muy vinculada con la localidad de Altura. Y es que la cultura y la música también son eficaces elementos de dinamización del territorio y ayudan generar cierta actividad económica en el entorno rural, y más en el Alto Palancia, donde la música resulta un gran reclamo. Prueba de ello son las excelentes caras que llevan sus padres.
De realizarse estas reformas, la cartuja podría ser el escenario del Festival de Música Clásica del Alto Palancia, que consistiría en una gira de conciertos en verano por distintos municipios de la comarca. A Valldecrist se buscará le toque en suerte la llegada un año más de la orquesta de cámara Carpe Diem de San Petersburgo, muy vinculada con la localidad de Altura. Y es que la cultura y la música también son eficaces elementos de dinamización del territorio y ayudan generar cierta actividad económica en el entorno rural, y más en el Alto Palancia, donde la música resulta un gran reclamo.
Siguiendo en clave cultural y turística, la recuperación de este edificio no solo beneficiaría a Altura, ya que cuando se programan actividades culturales, se produce una gran afluencia de público de la que se acaban beneficiando todos los pueblos de la zona. Asisten un gran número de personas a pesar que falta mucho para su recuperación y de que no cuenta con unos buenos accesos. Eso sí, las jornadas suelen ser patrocinadas por la Asociación Cultural Cartuja de Valldecrist, que ya llevan superándose edición tras edición gracias a la calidad y variedad de sus propuestas.
Finalmente, también se ha solicitado que la Diputación adecúe el antiguo Camino de Pescadores de 46 kilómetros que conecta la localidad de Moncofa con la Cartuja de Valldecrist, un proyecto elaborado por Jose Ángel Planillo desde la Asociación Cultural Cartuja de Valldecrist, que en su conjunto alberga intereses turísticos, paisajísticos y deportivos.
La Casa Grande es el edificio civil más importante a nivel histórico de la Villa de Altura, puesto que se trata de un palacete de estilo aragonés construido en el siglo XV, el cual fue declarado Bien de Relevancia Local en el último pleno ordinario que se celebró, a expensas de ser declarado BIC por la Consellería de Cultura durante los próximos meses.
A partir de ahora el futuro de este inmueble lo marcará el Ayuntamiento de Altura, y no las diversas inmobiliarias asociadas a varias entidades bancarias. Para ello, se procederá a someter a participación ciudadana su destino final.
Pocos días después, desde la Diputación de Castellón se hacía público que el viernes, 29 de noviembre, el Presidente de la misma, José Martí y el Cura Párroco de la Iglesia San Miguel Arcángel de Altura, Juan Manuel Gallent firmaban un convenio de colaboración que dará luz verde a la rehabilitación de la Casa del Latonero en el Santuario de la Cueva Santa, como parte de su impulso al patrimonio sacro como dinamizador turístico de los pueblos de la provincia.
Dicha actuación da continuidad a una anterior donde se invirtió 160.000 euros para la restauración del edificio ‘Casa del Latonero’ como centro de recepción y acogida de visitantes en el marco de las acciones del protección del patrimonio y entorno al Plan Director de Ordenación del Santuario de la Cueva Santa.
Cabe recordar que este edificio está actualmente cerrado a los usuarios y sin actividad porque la estructura, el forjado, la cubierta y las fachadas están en un estado inestable y ruinoso que pueden causar peligro para los visitantes.
Y es que el año 2018 se contabilizó el paso de 620.000 personas en este espacio, los cuales, una vez rehabilitada, podrá acoger a visitantes y peregrinos dotando al conjunto del santuario de servicios básicos especialmente cumpliendo con la normativa de accesibilidad a la cueva del santuario. Actualmente son cerca de una veintena de romerías las que se realizan al santuario.
El Santuario de la Cueva Santa hace de él un lugar único en la provincia, no sólo por suponer un emblema patrimonial a preservar, sino también en por tratarse de un importante recurso para la dinamización turística de la comarca del Alto Palancia.
Los primeros datos escritos sobre la cueva aparecen datados en el siglo XVII, momento en el que la cueva y su entorno inmediato están plenamente constituidos como santuario de culto mariano, incluida la Sala de la Capilla, situada en el interior de la cavidad y acondicionada mediante distintas obras para acceder a ella y realizar actividades de culto.
Además de la capilla, queda documentado que ya en el año 1645 existía una hospedería destinada a albergar peregrinos. La evolución constructiva del santuario revela la progresiva importancia que la Cueva Santa adquiere a lo largo de la historia.
Y si todo estos son excelentes noticias, de cumplirse parte de lo hablado hoy entre el presidente provincial, José Martí, y la alcaldesa de la villa de Altura, Rocio Ibáñez, en breve estas mejoras pueden llegar hasta la Cartuja de Valldecrist.
Entre estas medidas está la constitución de un patronato o una fundación de la que formen parte la institución provincial y la Generalitat, que debe encargarse de la restauración y gestión de la Cartuja de Valldecrist, para su uso como contenedor cultural. La Diputación y la Generalitat Valenciana son los actuales propietarios, y a ellos ha sido trasladada esta petición de forma oficiosa por parte de la Asociación Cultural Cartuja Valldecrist, que lleva años buscando crear esta figura, en la que también formaría parte el propio ayuntamiento.
Las actuaciones correrían a cargo de la orquesta de cámara Carpe Diem de San Petersburgo, muy vinculada con la localidad de Altura. Y es que la cultura y la música también son eficaces elementos de dinamización del territorio y ayudan generar cierta actividad económica en el entorno rural, y más en el Alto Palancia, donde la música resulta un gran reclamo. Prueba de ello son las excelentes caras que llevan sus padres.
De realizarse estas reformas, la cartuja podría ser el escenario del Festival de Música Clásica del Alto Palancia, que consistiría en una gira de conciertos en verano por distintos municipios de la comarca. A Valldecrist se buscará le toque en suerte la llegada un año más de la orquesta de cámara Carpe Diem de San Petersburgo, muy vinculada con la localidad de Altura. Y es que la cultura y la música también son eficaces elementos de dinamización del territorio y ayudan generar cierta actividad económica en el entorno rural, y más en el Alto Palancia, donde la música resulta un gran reclamo.
Siguiendo en clave cultural y turística, la recuperación de este edificio no solo beneficiaría a Altura, ya que cuando se programan actividades culturales, se produce una gran afluencia de público de la que se acaban beneficiando todos los pueblos de la zona. Asisten un gran número de personas a pesar que falta mucho para su recuperación y de que no cuenta con unos buenos accesos. Eso sí, las jornadas suelen ser patrocinadas por la Asociación Cultural Cartuja de Valldecrist, que ya llevan superándose edición tras edición gracias a la calidad y variedad de sus propuestas.
Finalmente, también se ha solicitado que la Diputación adecúe el antiguo Camino de Pescadores de 46 kilómetros que conecta la localidad de Moncofa con la Cartuja de Valldecrist, un proyecto elaborado por Jose Ángel Planillo desde la Asociación Cultural Cartuja de Valldecrist, que en su conjunto alberga intereses turísticos, paisajísticos y deportivos.
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