Proyecto municipal para rehabilitar y señalizar una cadena de trincheras y fortificaciones bien conservadas. La empresa viverense BCM. Patrimonio y Arqueología será la encargada de ponerla en valor.
La última línea defensiva de la II República en Aragón durante la Guerra Civil, una extensa sucesión de trincheras y fortificaciones que pretendía frenar en Albentosa el avance franquista hacia Valencia, se convertirá en un recurso turístico. Además, el Ayuntamiento prevé incorporar estos restos históricos a una ruta temática con las posiciones fortificadas de Sarrión y Viver (Castellón), ya rehabilitadas. Un grupo de expertos ultima el proyecto encargado por el Consistorio para excavar, restaurar y señalizar nidos de ametralladoras, puestos de tirador, túneles y parapetos en un estado de conservación relativamente bueno.
La cadena de fortificaciones, investigada por el historiador local Ángel Salvador, se prolonga durante 2 kilómetros en torno al núcleo de Los Mases. Sin embargo, el proyecto turístico solo prevé rehabilitar y acondicionar unos 300 metros -los más accesibles- para la visita turística. Según los testimonios orales y los partes de guerra de la época, la línea fortificada de Albentosa fue duramente atacada por el ejército franquista el 16 de julio de 1938. «Un soldado que participó en la defensa me contó que su compañía sufrió doscientas bajas y solo salieron por su propio pie cuatro hombres», señala Salvador. Tras un primer intento fallido de apagar este foco de resistencia mediante un ataque frontal, las tropas sublevadas optaron por sortear el obstáculo y los defensores evacuaron la posición ante el temor de verse rodeados. Había caído la última línea defensiva republicana en territorio aragonés.
Los abundantes restos de aquel episodio bélico se pueden convertir en un recurso turístico, según la teniente de alcalde de Albentosa, Yolanda Salvador, que resalta el buen estado de conservación de los vestigios y su gran extensión. Añade que la localización de las fortificaciones fue comunicada a la Dirección General de Patrimonio de la DGA, que tras una primera inspección, las consideró «muy interesantes». La edil añade que el Ayuntamiento solicitará en los próximos meses financiación del programa Amarga Memoria para acometer la restauración y señalización.
El historiador Blas Vicente, que forma parte del grupo multidisciplinar BCN.Patrimonioyarqueología que redacta el proyecto, explica que la restauración y señalización se complementarán con una exposición de fotografías tomadas por las tropas italianas de la zona. En concreto, las imágenes fueron captadas por el fotógrafo legionario Michele Francone, cuyos herederos han manifestado su disposición a ceder las fotos.
Entre las fotografías que se expondrán destacan imágenes inéditas tomadas en el campo de concentración de Albentosa, situado a 700 metros de la línea de trincheras y en el que fueron internados en condiciones penosas 4.000 soldados republicanos vigilados por tropas marroquíes desde finales de 1938 hasta 1940. Un vecino de Los Mases explica que las condiciones de vida eran calamitosas, con tiendas de campaña y lonas como única protección con heladas de hasta 20 grados bajo cero, hambre y hacinamiento.
Blas Vicente, autor del libro 'La batalla de Javalambre', explica que la línea de trincheras es «muy relevante históricamente» porque formaba parte del dispositivo defensivo de la capital republicana en el tramo final de la guerra, Valencia. Se trataba de un obstáculo previo al último cinturón protector de la capital levantina, la línea X-Y-Z, que discurre, en parte, por la sierra de Javalambre.
Vicente señala que Albentosa fue, además, un punto estratégico en el avance franquista hacia Levante por su condición de nudo de comunicaciones. La zona quedó «machacada» por los bombardeos. Sin embargo, subsisten importantes vestigios y el Ayuntamiento quiere aprovecharlos como palanca de futuro.
El campo de concentración. A pocos pasos de la pedanía de Los Mases de Albentosa se creó en 1938 el campo de concentración de presos republicanos que aparece en la imagen -inédita-, que no se cerró hasta 1940.
La cadena de fortificaciones, investigada por el historiador local Ángel Salvador, se prolonga durante 2 kilómetros en torno al núcleo de Los Mases. Sin embargo, el proyecto turístico solo prevé rehabilitar y acondicionar unos 300 metros -los más accesibles- para la visita turística. Según los testimonios orales y los partes de guerra de la época, la línea fortificada de Albentosa fue duramente atacada por el ejército franquista el 16 de julio de 1938. «Un soldado que participó en la defensa me contó que su compañía sufrió doscientas bajas y solo salieron por su propio pie cuatro hombres», señala Salvador. Tras un primer intento fallido de apagar este foco de resistencia mediante un ataque frontal, las tropas sublevadas optaron por sortear el obstáculo y los defensores evacuaron la posición ante el temor de verse rodeados. Había caído la última línea defensiva republicana en territorio aragonés.
Los abundantes restos de aquel episodio bélico se pueden convertir en un recurso turístico, según la teniente de alcalde de Albentosa, Yolanda Salvador, que resalta el buen estado de conservación de los vestigios y su gran extensión. Añade que la localización de las fortificaciones fue comunicada a la Dirección General de Patrimonio de la DGA, que tras una primera inspección, las consideró «muy interesantes». La edil añade que el Ayuntamiento solicitará en los próximos meses financiación del programa Amarga Memoria para acometer la restauración y señalización.
El historiador Blas Vicente, que forma parte del grupo multidisciplinar BCN.Patrimonioyarqueología que redacta el proyecto, explica que la restauración y señalización se complementarán con una exposición de fotografías tomadas por las tropas italianas de la zona. En concreto, las imágenes fueron captadas por el fotógrafo legionario Michele Francone, cuyos herederos han manifestado su disposición a ceder las fotos.
Entre las fotografías que se expondrán destacan imágenes inéditas tomadas en el campo de concentración de Albentosa, situado a 700 metros de la línea de trincheras y en el que fueron internados en condiciones penosas 4.000 soldados republicanos vigilados por tropas marroquíes desde finales de 1938 hasta 1940. Un vecino de Los Mases explica que las condiciones de vida eran calamitosas, con tiendas de campaña y lonas como única protección con heladas de hasta 20 grados bajo cero, hambre y hacinamiento.
Blas Vicente, autor del libro 'La batalla de Javalambre', explica que la línea de trincheras es «muy relevante históricamente» porque formaba parte del dispositivo defensivo de la capital republicana en el tramo final de la guerra, Valencia. Se trataba de un obstáculo previo al último cinturón protector de la capital levantina, la línea X-Y-Z, que discurre, en parte, por la sierra de Javalambre.
Vicente señala que Albentosa fue, además, un punto estratégico en el avance franquista hacia Levante por su condición de nudo de comunicaciones. La zona quedó «machacada» por los bombardeos. Sin embargo, subsisten importantes vestigios y el Ayuntamiento quiere aprovecharlos como palanca de futuro.
El campo de concentración. A pocos pasos de la pedanía de Los Mases de Albentosa se creó en 1938 el campo de concentración de presos republicanos que aparece en la imagen -inédita-, que no se cerró hasta 1940.
Fuente: Heraldo.es
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