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jueves, 19 de junio de 2014

SE ENCUENTRA EN SAGUNTO UNA INSCRIPCIÓN DEDICADA A UN DIOS DESCONOCIDO

Sagunto descubre un singular altar con una extraña inscripción dedicada a un dios desconocido. La pieza de época romana se empleaba para realizar ofrendas y fue reutilizada durante siglos como material de obra

El dios 'Draconibus' ha vuelto a Sagunto. Una extraña pieza, similar a un pequeño altar, descubierta en las proximidades del conocido Muro de Diana (Bien de Interés Cultural) y detrás de la Iglesia de Santa María, en pleno corazón de la capital del Camp de Morvedre, ha dejado desconcertados a los arqueólogos, tanto a los técnicos del Museo de Arqueología de Sagunto, como al profesor Pere Pau Ripollés de la Universitat de València, que está colaborando en esta investigación.

Foto: Las Provincias
Este curioso vestigio de origen romano, está realizado en caliza travertínica, material del que existen pocas inscripciones, y que podría ser procedente, posiblemente, de las canteras de Viver, en el Alto Palancia. Tras reutilizarse durante siglos como material de obra, algo bastante frecuente en Sagunto hasta épocas relativamente recientes, ha aparecido insertada en un muro en un estado bastante bueno.

En la piedra se pueden leer unas inscripciones. La más curiosa es la relativa a una deidad, desconocida hasta la fecha y de la que no se tenía constancia alguna. 'Draconibus' es el nombre del dios al que presumiblemente se le realizaban las ofrendas. Los expertos tendrán que extraer ahora más información sobre la escueta inscripción que se puede leer en latín y que recoge dos líneas más: «P-Baeb-Herma' y 'vsla'. 

La primera parte es la dedicatoria: 'para Draconibus'. Los expertos creen que pudo tratarse de un dios local, a falta de realizar estudios más profundos. Si bien, todavía es un misterio pues no existe ninguna bibliografía sobre este nombre. La segunda indica el nombre de quién lo ofrece, que fue el liberto Publio Baebio Herma y completan la inscripción unas iniciales que significan «ha cumplido su voto de buen ánimo». 

La directora del Museo Histórico de Sagunto, Emilia Hernández, ha explicado que se trata de un «ara votiva», un pequeño altar con inscripciones que se utilizaba como ofrenda y que ha llamado mucho la atención por la inscripción y por los restos de pintura de óxido de hierro, además del propio material de la pieza. Los restos de pintura roja original que todavía se pueden ver en algunas letras, realizados con óxido de hierro con aglutinante, es algo que se conserva en muy pocas ocasiones. 

La riqueza arqueológica de Sagunto en época romana se ha visto confirmada con este particular hallazgo. «Estamos hablando de una pieza excepcional y singular que ya se ha incorporado al patrimonio del museo. El reto ahora es muy interesante, investigar el origen de esta pieza», según apunta la directora general de Cultura de la Generalitat, Marta Alonso

La piedra tallada tiene unas dimensiones de 25 por 25 centímetros. A partir de ahora formará parte de los fondos permanentes del museo saguntino, en concreto, de la Colección Epigráfica Romana, una de las más importantes de la Comunitat Valenciana que está formada por 220 inscripciones.
Fuente: Las Provincias

1 comentario:

  1. Interesantísimo el hallazgo.

    No soy un profesional de la arqueología, ni me considero experto, ni muchísimo menos, en Roma antigua, pero es un tema que siempre me ha interesado mucho.

    Por eso me permito hacer algunas consideraciones al respecto, siempre como hipótesis de trabajo en absoluto contrastadas.

    Un “ara votiva”, como se explica en el artículo, era un pequeño altar, a modo de ofrenda, que los ciudadanos mandaban esculpir y cincelar en honor y agradecimiento a los dioses. Hacia el final de Imperio dicha costumbre bien pudo extenderse a agradecer no sólo a los dioses, sino también a otras personalidades y/o instituciones.

    Atendamos ahora a la palabra “Draconibus”: ésta es la forma del dativo y ablativo plural de “draco” (dragón), y se traduce literalmente como “para los dragones”.

    Pues bien, con el nombre de “Draco” se conocía a un Estandarte del ejército imperial romano, de origen dacio (de la Dacia, en los Cárpatos), adoptado en época tardía.

    ¿Qué eran los “Estandartes”? Para el ejército romano, la infantería era la “reina” de las batallas. Para Roma, la legión contaba con una doble ventaja sobre la caballería y la artillería: por un lado, permitía poner en juego un elevado número de soldados, y por otro la legión estaba entrenada para maniobrar con facilidad. Los legionarios estaban perfectamente entrenados para maniobrar en el campo de batalla. Pero para ello, era vital que la transmisión de órdenes entre oficialidad y tropa fuera rápida y segura. Los oficiales disponían de varios métodos para transmitir sus órdenes, tanto a través del oído (mediante el uso de “cuernos” que hacían sonar con diferentes “toques” –a semejanza de las cornetas militares actuales-) como mediante la vista, pues los legionarios nunca debían perder de vista sus estandartes. Cada legión contaba con un estandarte, siendo el más famoso de ellos el del “Aquila” (águila), aunque también se utilizaban otros estandartes como minotauros, lobos o caballos, posiblemente mostrando los diferentes orígenes tribales de donde se reclutaban los legionarios.

    Como he señalado, a finales de la época imperial, las legiones comenzaron a llevar estandartes con un dragón, tras la derrota y asimilación por parte del ejército romano de las tribus sármatas a partir del siglo II en adelante, usándose indistintamente para caballería e infantería. Portado por un “draconarius”, el “draco” estaba hueco, para permitir que el paso del aire por el interior moviera unas telas de color.

    A los legionarios del estandarte del “draco” comenzó a denominárseles “dracones”. Todavía después y durante muchos siglos -desde mediados del siglo XVI hasta principios del XIX-, en muchos ejércitos existieron regimientos de “dragones” que combatían como caballería (generalmente al ataque) e infantería (a la defensiva normalmente). Existían Regimientos de Dragones en Inglaterra, Francia, España, México, Perú…

    Volvamos al hallazgo encontrado en Sagunto. Por supuesto a partir de ahora nos movemos en el ámbito de la especulación. Imaginemos un esclavo liberto, Publio Baebio Herma, que se siente especialmente agradecido con el Estandarte de los Dragones (¿tal vez perteneció a dicho Estandarte, o le salvaron la vida?), haciendo voto de esculpir un “ara votiva” en agradecimiento. El liberto encargaría el ara y mandaría cincelarla con la siguiente inscripción: “Draconibus / P-Baeb-Herma / vsla” (o lo que es lo mismo, “para los Dragones / Publio Baebio Herma / ha cumplido su voto de buen ánimo”).

    Insisto en que es sólo una hipótesis preliminar de trabajo, basada en la especulación, pero parece extraño que ese “Draconibus” fuera un dios (siquiera local) dado que no existe ninguna otra mención ni constancia alguna a dicha posible deidad.

    Una Fuente interesante:
    http://historiaparanodormiranhell.blogspot.com.es/2012/12/estandartes-de-la-legion-romana.html

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