El próximo jueves 12 de junio, se cumplen doscientos dos años del ajusticiamiento y muerte del saguntino José Romeu y Parras, a manos de las tropas francesas lideradas por el Mariscal Suchet.
Para recordar su memoria, un grupo de voluntarios se reunirán a las 19 horas bajo la escultura que este ilustre hijo saguntino tiene en la Plaza Cronista Chabret y repasarán la vida de este improvisado militar que nació en Sagunto en 1778 en el seno de una familia dedicada primeramente a la exportación de vinos y más tarde al suministro de bebidas y licores. Vivió en la casa familiar de la antigua calle de Tintoreros, 5 (actual calle Romeu). Aunque no estaba vinculado a la política, con la invasión napoleónica se enroló y sufragó los uniformes de las milicias urbanas saguntinas, de las que se convirtió en comandante de las tropas voluntarias en 1808. Desde ese año hasta el 1812 vivió una vida muy intensa dedicada exclusivamente a luchar contra los franceses. Participó de varias campañas en Chiva, Cheste, Madrid, Alicante y varias localidades de las comarcas del sur. Su fama fue en aumento y los generales franceses estaban deseosos de capturarlo.
El 6 de junio, al ser delatado, las tropas francesas consiguen hacerse con él en Sot de Chera y lo trasladaron a Llíria. De allí lo trasladaron a Valencia dónde en un juicio sumarísimo celebrado el 11 de junio se le declaró culpable y estuvo condenado a morir en la horca al no retractarse de sus convicciones. Y eso porque reconociendo su valía y coraje, trataron de ganárselo a su causa si se retractaba y aclamaba a Jose I como rey. Fue entonces cuando Romeu pronunció la frase que luce en el monumento conmemorativo de su ciudad, y que ha pasado a la Historia:
Finalmente, el 12 de junio de 1812 era ahorcado en la plaza del Mercado de la ciudad de Valencia junto a su criado José Lino Antón de Manzanera y Gabriel Ximénez de Monover. Así acabó la vida de un patricio que pasó de tener una vida acomodada a la de guerrillero, y nacía la leyenda de un hombre que cómo tantos otros dio la vida por una causa
Aunque no está confirmada, se va a tratar de que al acto asistan miembros de la Asociación de Amigos del Museo Histórico Militar de Valencia, para que con sus uniformes de época realicen una salva de fusilería en su honor.
El 6 de junio, al ser delatado, las tropas francesas consiguen hacerse con él en Sot de Chera y lo trasladaron a Llíria. De allí lo trasladaron a Valencia dónde en un juicio sumarísimo celebrado el 11 de junio se le declaró culpable y estuvo condenado a morir en la horca al no retractarse de sus convicciones. Y eso porque reconociendo su valía y coraje, trataron de ganárselo a su causa si se retractaba y aclamaba a Jose I como rey. Fue entonces cuando Romeu pronunció la frase que luce en el monumento conmemorativo de su ciudad, y que ha pasado a la Historia:
"Dígale a su general, que Romeu es un español, y un español que nació en Sagunto"
Aunque no está confirmada, se va a tratar de que al acto asistan miembros de la Asociación de Amigos del Museo Histórico Militar de Valencia, para que con sus uniformes de época realicen una salva de fusilería en su honor.
Con este tipo de actos se pretende que las autoridades institucionalicen un evento que perpetúe la memoria de uno de los muchos hijos ilustres de la ciudad, al que hasta Blasco Ibáñez le dedicó la novela "¡Por la patria! (Romeu el guerrillero)", una narración escrita en 1888 cuando sólo tenia 19 años, centrada en la guerra de la Independencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario