Un hito más en la IGP Vins de la Terra de Castelló
La profunda relación del septentrión valenciano con
la viticultura hunde sus raíces en la noche de los tiempos, pero la hecatombe
de la filoxera a principios del siglo XX la convirtió en un páramo vínicola. Solo
una tardía reacción por parte del agro viticultor de los castellonenses ha
llevado a la recuperación y consolidación de la producción de vinos de calidad
en la provincia de Castellón durante los últimos lustros. Para los viajeros del
vino, una visita a Segorbe puede ser sorprendente y esclarecedora, ya que en su término se ubica una de las bodegas más
características de la IGP Vins de la Terra de Castelló.
La Masía de la Hoya es un lugar peculiar, laderas y llanos que miran al norte
y encaramados en las estribaciones de la Sierra Calderona. En uno de sus
extremos se erige la masía, un conjunto arquitectónico construido de sólido
sillar del que está pendiente por estudiar su antigüedad.
Al menos, documentalmente, se le conocen más de
cuatrocientos años, y en ella todavía se pueden admirar los antiguos lagares y
trullos. La familia Orero posee esta heredad desde hace más de un siglo y en
ese tiempo estuvo dedicada a los más diversos cultivos frutales ignorando su
pasado vitivinícola. Fue Guzmán Orero el que pacientemente, y acudiendo a
diversos archivos, descubrió el pasado viticultor de aquella tierra y de su
relación con la Iglesia.
Probablemente fueron propiedades desamortizadas en
1836, cuando la de Mendizábal. En el año 2002 se llevaron los primeros
plantones de tempranillo a la finca, para más tarde introducir la merlot,
shyraz, cabernet y monastrell. Masía de la Hoya envasa 15.000 botellas en
cuatro referencias distintas destando el Orero Selección Roble.
La IGP Vins de la Terra de Castelló tiene su origen
cuando los viticultores de les Useres, Benlloch, Vilafamés, Canet lo Roig,
además de los Orero de Segorbe, deciden impulsar y aunar esfuerzos para
devolver las glorias pasadas a los vinos de la provincia. Su marcha ha sido
imparable, son muy variadas las referencias de éxito y las exportaciones
marchan a buen ritmo. La temporada pasada fue exitosa en cuanto a la calidad de
las uvas y esta la han calificado ellos mismos de magnífica, logrando vendimiar
más de tres millones de kilos de uva. En estos días de octubre se ultiman los
preparativos para la celebración de la primera feria de vinos propia de la IGP
Castellón, cosa que sucederá en la capital de la Plana el día 15 de noviembre.
Fuente: Las Provincias
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