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viernes, 10 de marzo de 2017

DESAPARECE EL CENTRE EXCURSIONISTA DE VALENCIA

El Centro Excursionista de Valencia ha sido el referente del excursionismo y la protección del medio ambiente en Valencia. Ahora, tras unos años duros por la crisis y la falta de socios, se ve en la necesidad de cerrar su sede.

El pasado día 28 de febrero la entidad decana del excursionismo valenciano, el Centro Excursionista de Valencia (CEV), cerró de forma definitiva por problemas económicos.

Una Entidad deportiva y cultural  que nació en 1946 en Valencia y que  tenía como precedente a la Colla Excursionista el Sol, fundada ahora casi 100 años por un grupo de entusiasta montañeros con diversas ideologías basados en el culto al deporte, al aire libre y a la pedagogía del tiempo libre.

Y es que la historia del CEV está ligada a los primeros montañeros que en Valencia se desplazaban a la sierra Calderona a hacer sus primeras travesías, acampadas y escaladas allá por los años 40, siguiendo la tradición de grupos como la Colla el Sol, grupos escultistas y de tipo cultural como la Sección de Excursiones de lo Rat Penat de finales del S.XIX.

No es casual que la primera acampada fundacional del CEV en 1946 se celebrara en la sierra Calderona y que desde entonces el CEV ha formado generaciones de valencianos en este parque natural donde el CEV y otros Clubs han creado senderos, refugios, equipado zonas de escalada, topografiado cavidades y realizado numerosas actividades deportivas y de voluntariado ambiental. Todo un conjunto de acciones que hicieron que el CEV liderara con otras asociaciones en 1990 la Coordinadora por la protección de la Calderona, que fue decisiva con sus Marchas por la Calderona para la declaración en 2001 como parque por la Generalitat Valenciana.

En los años 50 el CEV desarrolló una importante labor creando las secciones de montaña, espeleo, acampadas, esquí, arqueología, etc. desarrollando una importante tarea de primeras vías de escalada en Peñas de Guaita u de exploraciones a cuevas  con el grupo espeleológico Vilanova y Piera de la Diputación. La expedición internacional a Ojo Güareña a Burgos es el colofón del buen nivel de la espeleología valenciana que mas tarde daría numerosos frutos deportivos con records mundiales y expediciones científicas.

El CEV ayudó en el año 1964 a la creación de la Federación Valenciana de Montañismo, formando parte de su junta directiva varios años y teniendo a presidentes socios del CEV como al escritor de montaña José Soler Carnicer. Ese mismo año el socio Miguel Gómez  participó en la expedición al hielo patagónico con Eric Shipton, para 20 años más tarde liderar el primer ocho mil valenciano al Nanga Parbat.

La década de los 70 supuso la  madurez de la escalada y el montañismo con Pedro Notario como director de la ENAM-Valencia o las vías de escalada al Espolón Walker por la vía Casin (Torres y Udasudoro) así como primeras  aperturas al Ponoig, peñón de Ifach,Puig Campana y Montanejos entre otras. La expedición a Groenlandia recibe la medalla de la FEM bautizando cumbres vírgenes por socios del CEV en colaboración con la Federación. Amadeo Botella es nombrado presidente del GAME tras una ascensión con un grupo de Sociso (Gómez, Tebar, Martí, Gracia y Faus) en 1972 a la cara sur del Aconcagua de gran dificultad (primero mundial estilo alpino) que sería repetida  en 1986 por Coque Pérez y Carlos Tudela.

El año 1976 marca los primeros marcajes del sendero europeo GR7 de la mano del Dr. Enric Aguadé con veteranos del CEV que consiguen llevar en 10 años el GR hasta el límite con Murcia gracias a un trabajo colectivo de entidades excursionistas de Castellón, Valencia y Alicante.

La década de los 80 depara nuevos éxitos alpinísticos al Club, con las ascensiones al Pico Lenin en 1981 y tras varios intentos al Gasherbrun II se alcanzó el Nanga Parbat (primer ocho mil valenciano) capitaneado por Miguel Gómez. Luego vendría el Shisha Pangma y el Cho Oyu con el Dr. Javier Botella. El CEV ayudó a la creación de la actual Federación Valenciana de Espeleología y a federaciones como la de esquí, piragüismo, triatlón, submarinismo y siendo pionera en el esquí de fondo en Valencia o en el cicloturismo interpretativo.

En los 80 el CEV cambia el rumbo en el modelo de gestión  para crear diversos organismos que serán de gran servicio a la sociedad valenciana: la creación  en 1985 del Centro de Documentación e Información de Montaña (CEDIM), en 1986 de la Escola Valenciana d’Aire lliure (EVALL), marcaje del sendero europeo GR10 sector Calderona y de Campañas de excursiones y actividades de montaña con Guias profesionales por toda Europa.

La década de los 90 se abre con la ascensión al Everest en 1991 liderada por Juan Carlos Gómez donde hicieron cumbre dos valencianos (Coque Pere y Rafa Vidaurre) con aragoneses de Peña Guara. Tras el éxito alpinistico el CEV recibió la  medalla de oro del deporte de la Generalitat y la medalla de la ciudad de Valencia. Fue una década muy importante en expediciones espeleológicas con el sector de Cembavieya en Picos de Europa, Vietnam  y Cuba.

Y fue la década donde se cumplió el deseo de generaciones de socios que habían deambulado por más de 12 locales hasta conseguir adquirir la Sede Social con una ayuda parcial del Plan de rehabilitación del Centro Histórico. Un paso importante para consolidar la entidad, dar estabilidad y garantizar la puesta en marcha de proyectos como el Archivo Histórico y el Voluntariado Ambiental, así como la Fundación Centre Excursionista y la gestión de refugios de montaña en Javalambre, Peñagolosa, Alto Turia y Calderona. En 1993 se recupera el premio Cavanilles (antiguo trofeo en 1952) y se crea el Institut Valencià d’Excursionisme i Natura, encargado de la promoción del excursionismo con otras entidades y de proyectos de recuperación del patrimonio cultural y natural con otros Clubes y entidades conservacionistas. Ya a finales de los 90 el CEV había publicado más de 40 libros de excursionismo y deportes de montaña, a través de la editorial Papers de Muntanya y había recibido la Medalla del Voluntariado ambiental por sus campañas de sensibilización ambiental tras los trágicos incendios forestales de gran parte de los montes valencianos.

A partir del 2000 el CEV sigue apostando por las Campañas con el Ayuntamiento de Valencia y diferentes Consellerias (Cultura, medio Ambiente, Agricultura,  Turismo, deportes, etc…) y mueve a miles de valencianos por las montañas con un mensaje de sensibilización ambiental y de protección del mundo rural. El marcaje de senderos, la formación en diferentes deportes y el cuidado del sector familiar, escolar e infantil es una constante hasta que llega la crisis económica, que supone una reducción drástica de las ayudas y Convenios por prestación de servicios. La entidad por meritos propios entra a formar parte del Consejo Asesor de Participación del Medio Ambiente con la FEMECV y de diferentes Juntas rectores de parques como el de la sierra Calderona, Chera-Sot de Chera uy el paisaje del Benicadell.

En los últimos cinco años el CEV ha tenido que vivir la entrada en un Concurso de acreedores, donde las ayudas del Ayuntamiento y de la  Generalitat desaparecieron, quedando el CEV solo con los ingresos de las cuotas de asociados y algún recurso puntual. Esta situación derivó en la aprobación finalmente de un Plan de Viabilidad en 2016 que condicionada dicho plan a que el CEV renovara el Convenio con el Ayuntamiento, hecho que no se produjo y que llegó a tomar la decisión con los números en la mano de optar a la liquidación y disolución de la entidad.

Las causas son diversas, desde errores en la gestión en los últimos años falta total de ayudas institucionales, perdida de socios por la crisis económica y otras alternativas de entidades y empresas… Ahora los socios del CEV deberán abandonar la sede social que pagaron durante 20 años a Bankia, y que esta entidad bancaria es la actual propietaria si el Ayuntamiento no opta a una compra para dotar de edificio público al barrio como se había comprometido todos los grupos políticos.

El CEV cierra como entidad decana del excursionismo de la CV, tras 70 años de existencia aunque los socios que quedan quieren dar continuidad al proyecto social, olvidando estos últimos años difíciles y esperando que se geste una nueva Entidad excursionista que siga la senda de los valores de este Club pero cambiando el modelo de gestión en un siglo XXI con numerosos desafíos deportivos, sociales y culturales.

Agradecer la labor anónima de generaciones de socios y  de todos los presidentes del CEV (Alvaro Faubel, Vicente Penyafort, Vicente Ferris, Rafa Navarro, Fernando Muñoz (que fue presidente de la FEM), Dionís Roca, Vicent Martin, Vicent Garay, Gabriel Hernandis, Rafa Cebrián, Joan Senent Juan Manuel Ferris) y de sus Juntas Directivas y Secciones deportivas ya que sin ellos no hubiera sido posible llegar tanto alto en lo deportivo y lo social, dejando el camino preparado para nuevos montañeros que tienen el reto de cambiar el rumbo y ofrecer de nuevo una nueva Asociación adaptada a los nuevos tiempos. 

Fuente: Carles Ferris - revista Desnivel

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