El Centro Excursionista de Valencia ha sido el
referente del excursionismo y la protección del medio
ambiente en Valencia. Ahora, tras unos años duros por la crisis y la falta de socios, se ve en la necesidad de cerrar su sede.
El pasado día 28 de febrero la entidad decana del
excursionismo valenciano, el Centro Excursionista de Valencia (CEV),
cerró de forma definitiva por problemas económicos.
Una Entidad deportiva y cultural que nació en 1946 en Valencia y
que tenía como precedente a la Colla Excursionista el Sol, fundada
ahora casi 100 años por un grupo de entusiasta montañeros con diversas
ideologías basados en el culto al deporte, al aire libre y a la
pedagogía del tiempo libre.
Y es que la historia del CEV está ligada a los primeros montañeros que en Valencia se desplazaban a la sierra Calderona
a hacer sus primeras travesías, acampadas y escaladas allá por los años
40, siguiendo la tradición de grupos como la Colla el Sol, grupos
escultistas y de tipo cultural como la Sección de Excursiones de lo Rat
Penat de finales del S.XIX.
No es casual que la primera acampada fundacional del CEV en 1946 se
celebrara en la sierra Calderona y que desde entonces el CEV ha formado
generaciones de valencianos en este parque natural donde el CEV y otros
Clubs han creado senderos, refugios, equipado zonas de escalada,
topografiado cavidades y realizado numerosas actividades deportivas y
de voluntariado ambiental. Todo un conjunto de acciones que
hicieron que el CEV liderara con otras asociaciones en 1990 la
Coordinadora por la protección de la Calderona, que fue decisiva con sus
Marchas por la Calderona para la declaración en 2001 como parque por la
Generalitat Valenciana.
En los años 50 el CEV desarrolló una importante labor creando las
secciones de montaña, espeleo, acampadas, esquí, arqueología, etc.
desarrollando una importante tarea de primeras vías de escalada en Peñas
de Guaita u de exploraciones a cuevas con el grupo espeleológico
Vilanova y Piera de la Diputación. La expedición internacional a Ojo
Güareña a Burgos es el colofón del buen nivel de la espeleología
valenciana que mas tarde daría numerosos frutos deportivos con records
mundiales y expediciones científicas.
El CEV ayudó en el año 1964 a la creación de la Federación Valenciana de Montañismo,
formando parte de su junta directiva varios años y teniendo a
presidentes socios del CEV como al escritor de montaña José Soler
Carnicer. Ese mismo año el socio Miguel Gómez participó en la
expedición al hielo patagónico con Eric Shipton, para 20 años más tarde
liderar el primer ocho mil valenciano al Nanga Parbat.
La década de los 70 supuso la madurez de la escalada y el montañismo
con Pedro Notario como director de la ENAM-Valencia o las vías de
escalada al Espolón Walker por la vía Casin (Torres y Udasudoro) así
como primeras aperturas al Ponoig, peñón de Ifach,Puig Campana y
Montanejos entre otras. La expedición a Groenlandia recibe la medalla de la FEM
bautizando cumbres vírgenes por socios del CEV en colaboración con la
Federación. Amadeo Botella es nombrado presidente del GAME tras una
ascensión con un grupo de Sociso (Gómez, Tebar, Martí, Gracia y Faus) en
1972 a la cara sur del Aconcagua de gran dificultad (primero mundial
estilo alpino) que sería repetida en 1986 por Coque Pérez y Carlos
Tudela.
El año 1976 marca los primeros marcajes del sendero europeo GR7
de la mano del Dr. Enric Aguadé con veteranos del CEV que consiguen
llevar en 10 años el GR hasta el límite con Murcia gracias a un trabajo
colectivo de entidades excursionistas de Castellón, Valencia y Alicante.
La década de los 80 depara nuevos éxitos alpinísticos al
Club, con las ascensiones al Pico Lenin en 1981 y tras varios intentos
al Gasherbrun II se alcanzó el Nanga Parbat (primer ocho mil
valenciano) capitaneado por Miguel Gómez. Luego vendría el Shisha Pangma
y el Cho Oyu con el Dr. Javier Botella. El CEV ayudó a la creación de
la actual Federación Valenciana de Espeleología y a federaciones como la
de esquí, piragüismo, triatlón, submarinismo y siendo pionera en el
esquí de fondo en Valencia o en el cicloturismo interpretativo.
En los 80 el CEV cambia el rumbo en el modelo de gestión para crear
diversos organismos que serán de gran servicio a la sociedad valenciana:
la creación en 1985 del Centro de Documentación e Información de Montaña (CEDIM),
en 1986 de la Escola Valenciana d’Aire lliure (EVALL), marcaje del
sendero europeo GR10 sector Calderona y de Campañas de excursiones y
actividades de montaña con Guias profesionales por toda Europa.
La década de los 90 se abre con la ascensión al Everest en 1991 liderada por Juan Carlos Gómez donde hicieron cumbre dos valencianos
(Coque Pere y Rafa Vidaurre) con aragoneses de Peña Guara. Tras el
éxito alpinistico el CEV recibió la medalla de oro del deporte de la
Generalitat y la medalla de la ciudad de Valencia. Fue una década muy
importante en expediciones espeleológicas con el sector de Cembavieya en
Picos de Europa, Vietnam y Cuba.
Y fue la década donde se cumplió el deseo de generaciones de socios que habían deambulado por más de 12 locales hasta conseguir adquirir la Sede Social con una ayuda parcial del Plan de rehabilitación del Centro Histórico.
Un paso importante para consolidar la entidad, dar estabilidad y
garantizar la puesta en marcha de proyectos como el Archivo Histórico y
el Voluntariado Ambiental, así como la Fundación Centre Excursionista y
la gestión de refugios de montaña en Javalambre, Peñagolosa, Alto Turia y
Calderona. En 1993 se recupera el premio Cavanilles (antiguo trofeo en
1952) y se crea el Institut Valencià d’Excursionisme i Natura, encargado
de la promoción del excursionismo con otras entidades y de proyectos de
recuperación del patrimonio cultural y natural con otros Clubes y
entidades conservacionistas. Ya a finales de los 90 el CEV había publicado más de 40 libros de excursionismo y deportes de montaña,
a través de la editorial Papers de Muntanya y había recibido la Medalla
del Voluntariado ambiental por sus campañas de sensibilización
ambiental tras los trágicos incendios forestales de gran parte de los
montes valencianos.
A partir del 2000 el CEV sigue apostando por las Campañas con el
Ayuntamiento de Valencia y diferentes Consellerias (Cultura, medio
Ambiente, Agricultura, Turismo, deportes, etc…) y mueve a miles de
valencianos por las montañas con un mensaje de sensibilización ambiental
y de protección del mundo rural. El marcaje de senderos, la
formación en diferentes deportes y el cuidado del sector familiar,
escolar e infantil es una constante hasta que llega la crisis económica,
que supone una reducción drástica de las ayudas y Convenios por
prestación de servicios. La entidad por meritos propios entra a formar
parte del Consejo Asesor de Participación del Medio Ambiente con la
FEMECV y de diferentes Juntas rectores de parques como el de la sierra
Calderona, Chera-Sot de Chera uy el paisaje del Benicadell.
En los últimos cinco años el CEV ha tenido que vivir la entrada en un
Concurso de acreedores, donde las ayudas del Ayuntamiento y de la
Generalitat desaparecieron, quedando el CEV solo con los ingresos de las
cuotas de asociados y algún recurso puntual. Esta situación derivó
en la aprobación finalmente de un Plan de Viabilidad en 2016 que
condicionada dicho plan a que el CEV renovara el Convenio con el
Ayuntamiento, hecho que no se produjo y que llegó a tomar la decisión con los números en la mano de optar a la liquidación y disolución de la entidad.
Las causas son diversas, desde errores en la gestión en los últimos
años falta total de ayudas institucionales, perdida de socios por la
crisis económica y otras alternativas de entidades y empresas… Ahora los
socios del CEV deberán abandonar la sede social que pagaron durante 20
años a Bankia, y que esta entidad bancaria es la actual propietaria si
el Ayuntamiento no opta a una compra para dotar de edificio público al
barrio como se había comprometido todos los grupos políticos.
El CEV cierra como entidad decana del excursionismo de la CV, tras 70 años de existencia
aunque los socios que quedan quieren dar continuidad al proyecto
social, olvidando estos últimos años difíciles y esperando que se geste
una nueva Entidad excursionista que siga la senda de los valores de este
Club pero cambiando el modelo de gestión en un siglo XXI con numerosos
desafíos deportivos, sociales y culturales.
Agradecer la labor anónima de generaciones de socios y de todos los
presidentes del CEV (Alvaro Faubel, Vicente Penyafort, Vicente Ferris,
Rafa Navarro, Fernando Muñoz (que fue presidente de la FEM), Dionís
Roca, Vicent Martin, Vicent Garay, Gabriel Hernandis, Rafa Cebrián, Joan
Senent y Juan Manuel Ferris) y de sus Juntas Directivas y Secciones
deportivas ya que sin ellos no hubiera sido posible llegar tanto alto
en lo deportivo y lo social, dejando el camino preparado para nuevos
montañeros que tienen el reto de cambiar el rumbo y ofrecer de nuevo una
nueva Asociación adaptada a los nuevos tiempos.
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