El paraje natural posee uno de los ecosistemas más singulares y exclusivos del territorio valenciano por su riqueza y belleza. La laguna endorreica sorprende al visitante.
La Dehesa de Soneja constituye uno de los parques naturales de mayor valor medioambiental de la Comunidad Valenciana, tanto por su singularidad como por su belleza. Un bello ecosistema de origen agro pastoril, declarado paraje natural en 2002 y de nuevo en 2008, formado a partir del bosque mediterráneo primitivo, que se encuentra en el extremo oriental del término municipal de Soneja, en la comarca del Alto Palancia.
Un espacio marcado por su gran singularidad geomorfológica y la presencia de una laguna endorreica en zona de montaña, que lo convierte en un paraje único con estas peculiaridades en toda la Comunidad. Y es que, se trata de un humedal de agua dulce, usado en antaño para abrevadero de ganado, donde encontrar abundante fauna y flora de gran valor medioambiental y catalogada como protegida.
Aunque se puede llegar hasta el paraje caminando, partiendo del centro de interpretación en el que se pone en valor las cualidades de la Dehesa (Ctra. CV-230 Km 1) en una ruta de más de 4 horas y media de duración, la mayor parte se acerca hasta este paraje en coche (preferible utilizar vehículos todoterreno debido a que la parte final
del acceso, se encuentra afectada por la escorrentía de las aguas), dejando el vehículo en la zona habilitada como aparcamiento.
Para acceder en vehículo, hay dos recorridos. En el primero, se parte
de Soneja dirección Azúebar por la CV-230, y tras pasar Azuébar, a 1700
metros, se toma el camino asfaltado de la derecha denominado de Almaróz.
Por él se sigue durante 2.200 metros, observando a la izquierda una
amplia pista forestal que se obviará para continuar por el camino y,
tras 500 metros, se llega al parking donde se aparcará el vehículo,
cerca de la balsa.
En el segundo caso, el acceso en vehículo discurre todo por el término de Soneja. Se toma la CV-230 dirección Azuébar, y a 2.200 metros se coge el desvío situado a la derecha, que indica «Explomed». Se continúa por ese camino y, a 600 metros, se pasa el desvío de la derecha que conduce al polvorín. Continuando recto otros 5300 metros hasta llegar a un cruce con camino asfaltado, por el que se girará a la izquierda. En 1300 metros está a la derecha el inicio de la pista forestal que lleva a la Rocha de las Muelas y una zona de aparcamiento y ocio con área recreativa. Un kilómetro después se pueden dejar los vehículos para continuar a pie la marcha por el camino de la izquierda, caminano durante unos 20 minutos.
A partir de entonces, ya toca disfrutar del trazado didáctico del que el usuario puede además ilustrarse para conocer el origen y la singularidad del espacio gracias a la señalización del paraje con paneles explicativos.
Como puntos más destacables está la Balsa de la Dehesa, única laguna de montaña de la Comunidad Valenciana, originada por la acumulación de aguas pluviales sobre una depresión surgida en un terreno silíceo.
Su singular microclima alrededor de la balsa ha permitido conservar numerosas especies animales y vegetales que forman una microrreserva de flora con elevado interés botánico destinada a la conservación y manejo de especies vegetales endémicos, raros o amenazados en la Comunidad.
En cuanto a especies prioritarias cuentan con Lavandula pedunculata, alcornoques, Crassula campestris u otras plantas acuáticas y como unidades de vegetación estanques, brezales, alcornocales, pastizales terofíticos de sustratos silíceos y matorrales termófilos.
Asimismo, destaca la singularidad de la fauna, con numerosas especies incluidas en el Catálogo de Especies Protegidas y de Interés Especial (como son el lagarto ocelado, el erizo común, el sapo partero, el sapo de espuelas, el águila azor perdicera), aunque la presencia más visible es la del jabalí. También aquí se encontró una babosa única en el mundo, la Babosa de Espadán.
Tras disfrutar del mirador de la Balsa, cabe continuar el recorrido visitando lo que fue conocido como el Arenal, antigua balsa completamente desecada y colmatada de fina arena blanca, producto de la erosión de rocas colindantes de rodeno que fue hasta hace pocos años usada para la extracción de arenas y grava de construcción.
Marcado con tótems, el camino lleva a buscar la antigua cantera de piedras de molinos hidráulicos y de tracción animal donde poder conocer cómo, hasta bien entrado el siglo XX, se estuvo trabajando todavía en la elaboración de estos ruejos.
Se pueden divisar también antiguos corrales que daban cobijo al ganado o roquedos que ofrecen una magnífica vista del valle medio del Palancia, entre las sierras de la Calderona y Espadán, en uno de los miradores, el «Mirador de la Cagá».
En la Dehesa se han hallado además restos de ocupación humana que datan del Paleolítico en los numerosos yacimientos arqueológicos que abarcan la época Paleolítica, Epipaleolítica, Edad del Bronce y época ibérica.
El Paraje Natural Municipal de La Dehesa cuenta con un Centro de
Interpretación ubicado en una antigua casa de peones camineros
construida a principios del siglo XX y recuperada por el Ayuntamiento de
Soneja (tlf. 964 135 004).
Fuente: Levante de Castellón. Ana Monleón
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