En el Día Mundial del Libro, les ofrecemos este artículo que vaticina la desaparición de los libros como objeto físico a causa del auge de los e-books. Esperemos que se cumpla la última frase de su artículo.
Artículo de Henry Kamen publicado en el Diario El Mundo el 17/04/2014
Una cosa de la que podemos estar seguros es de que el libro, tal como
lo conocemos, va a desaparecer.
Los libros, como género, están de camino
a su descanso final, allí donde van todos los héroes muertos. La era de
Gutenberg está llegando a su fin. Después de siglos de triunfo en que
la palabra impresa cambió las civilizaciones, la combinación de tinta,
papel y la producción en masa está siendo reemplazada. Yo soy una de las
víctimas del proceso. Acabo de destruir 500 libros de la colección de
mi biblioteca, una colección que he construido a lo largo de los años y
cuya desaparición lamento profundamente. Ofrecí algunos de los libros a
una biblioteca pública local, pero me dijeron que no estaban
interesados.
¿Qué es este producto en el que nadie está interesado? ¿Y por qué ha
sucedido esto? Desde 1995, cuando en una reunión de la UNESCO en París
se decidió declarar la fecha del 23 de abril como Día Mundial del Libro,
ha sido costumbre en unos 100 países celebrar dos temas importantes: la
industria del libro y la importancia de la lectura. En Cataluña, una
costumbre que se originó hace muy poco tiempo, alrededor de 1930, el Día
del Libro se celebra regalando una rosa acompañada de un libro. Fue una
idea romántica de hace una generación; hoy en día no tiene sentido,
porque las rosas de invernadero perecen en un día y los libros pocas
veces o nunca se leen.
Esto ocurre en parte porque, según un estudio sobre los adultos
europeos realizado por la OCDE en 2013, España tiene una de las tasas
más bajas de capacidad de lectura y matemática básica en Europa. Una
baja tasa de lectura afecta a las ventas de libros. Los signos de la
enfermedad son evidentes. La desaparición hace dos años de una de las
mayores tiendas del mundo del libro, Borders, sacudió al público lector
en EEUU. Waterstones, la mayor cadena de venta de libros en Reino Unido,
está luchando para mantener las tiendas abiertas y ha anunciado el
cierre de 60 sucursales. Ahora, la única tienda de libros grande que
queda en EEUU, Barnes & Noble, también está amenazada por la
extinción. ¿Qué les ha pasado a todas las personas que leían libros en
papel? La librería más grande del mundo, Amazon, informó hace tres años
que por primera vez las ventas de libros digitales eran superiores a las
de los libros en papel. Los editores de todo el mundo consideran a
Amazon como la mayor amenaza a su mercado de libros, ya que los ofrece a
precios más bajos.
La verdadera amenaza que Amazon representa, sin embargo, no es la
cuestión del precio, sino la cuestión del mercado de la publicación
digital. En 2009 Barnes & Noble inventó una nueva ayuda con la que
esperaba salvar el comercio de libros: un lector electrónico llamado
Nook. Es significativo que el método para rescatar el libro en papel
tenga que ser digital, porque esa es la dirección en que la marea está
fluyendo. Nadie piensa que Barnes & Noble desaparezca de la noche a
la mañana. La preocupación es que podría marchitarse lentamente a medida
que más lectores abrazan los e-libros. Barnes & Noble logró
recuperar el terreno con el lanzamiento del Nook, pero la persistencia
del problema afloró en enero de este año, cuando la compañía anticipó
que perdería aún más dinero en 2014 de lo que Wall Street esperaba.
La amenaza para el libro en papel, como demuestra la evidencia de
Amazon, viene de la nueva tecnología. ¿Qué es lo que hace que el e-libro
y el lector electrónico sean destructivos para el libro impreso? Un
e-libro no pesa nada. No tiene existencia física, salvo como un archivo
digital en un aparato electrónico. Uno puede llevar cientos de ellos en
un pequeño e-tablet. Las tiendas que venden libros electrónicos no
requieren espacio en las estanterías y se puede comprar un e-libro en
cuestión de segundos desde la comodidad de tu sofá a través de internet.
La cuestión del espacio es crucial: ya, algunas bibliotecas han dejado
de comprar libros por falta de espacio, y están comprando digital en su
lugar. Y todo lo que se podía hacer antes con un libro de papel ahora se
puede hacer mucho más fácilmente con métodos digitales. Buscar,
subrayar, anotar y copiar de un libro electrónico es fácil de realizar
con un e-tablet. Notas electrónicas y citas de libros electrónicos son
fácilmente disponibles en un e-tablet.
¿Significa esto que el libro impreso queda de repente obsoleto? Por
supuesto que sí, pero eso no significa que vaya a dejar de existir.
Muchas de las mejores cosas de la vida siguen siendo valoradas a pesar
de que la tecnología las ha superado. Como saben los amantes de libros,
un libro ofrece un contacto individual, otorga mayor comodidad, se puede
leer en cualquier lugar sin la necesidad de baterías y se puede guardar
de forma personalizada, en tu mesita de noche o en las estanterías de
tu biblioteca.
Sin embargo, las ventajas de la tecnología son irresistibles. El
proceso revolucionario mediante el cual todos los libros, viejos y
nuevos, en todos los idiomas, pronto estarán disponibles en formato
digital, prácticamente sin costo para el almacenamiento y la entrega, es
irreversible. El sistema tecnológicamente obsoleto, en el que el
inventario material se almacena en los depósitos de las editoriales y se
transporta a los puntos de venta fijos, tarde o temprano será
reemplazado por la alternativa digital más eficiente. Las librerías no
desaparecerán, sino que harán uso de las tecnologías digitales para
aumentar sus inventarios materiales y virtuales. Incluso los archivos
están ofreciendo sus documentos a través de medios digitales, lo que
representa un ahorro inmenso de dinero y tiempo para los investigadores
que no tendrán que viajar por medio mundo para mirar un documento
antiguo. Ya en las ciencias, muchos científicos trabajan enteramente con
revistas electrónicas.
Irónicamente son los países que no leen libros los que seguirán
dando vida a los libros en papel. Tomemos como ejemplo el caso de
España, donde según las estadísticas oficiales, uno de cada dos adultos
nunca lee un libro, aun cuando haya una rosa para acompañarlo. La nueva
tecnología digital se basa enteramente en internet para su actividad,
pero España es el usuario que menos emplea la tecnología de internet en
la Europa Occidental. A pesar de que la existencia del turismo ha
alentado a algunas empresas a utilizar internet con el fin de conectar
con clientes extranjeros, la mayoría de los españoles lo utilizan
principalmente para comunicarse por teléfono, no para leer libros. En
muchas partes de España, como en los alrededores de Barcelona, no hay
internet o se ofrece a velocidades que son las más bajas y también las
más caras de Europa. En la mayor parte de Europa oriental, la situación
es aún peor. Por lo tanto, mientras la tecnología no esté disponible no
habrá futuro para el e-libro, y los editores seguirán utilizando el
papel para llegar a su público.
Todo el debate sobre el futuro del libro, sólo tiene sentido si
tenemos en cuenta la tecnología del país en cuestión. Lo que es cierto
para EEUU no puede ser cierto para España. Sin embargo, hay una
consideración importante que es fácil de olvidar. En los últimos tres
años, casi todo ha cambiado en el mercado digital, y los e-tablets de
hace tres años ya se encuentran totalmente caducados. Eso no se puede
decir del libro impreso, que se ha mantenido y ha mejorado su formato en
los últimos 400 años. El libro sigue siendo el mismo. Tengo un pequeño
libro que lleva la fecha de 1603 y que compré en Barcelona hace 30 años:
sigue siendo tan bello como lo era entonces, y no tengo que actualizar
sus dispositivos digitales para poder leerlo. Por el contrario, los
lectores electrónicos de hoy estarán caducados el año que viene.
La tecnología devorará a sus propios hijos. El libro impreso será obsoleto, pero nunca morirá.
Henry Kamen es historiador. En junio, Yale University Press publicará su nuevo libro sobre la Inquisicion española.
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