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jueves, 17 de enero de 2013

LAS COOPERATIVAS OLEÍCOLAS TRATAN DE REVALORIZAR EL ORO LIQUIDO

La cultura gastronómica, la salvación para el "oro líquido" de Castellón 

Los productores de aceite de oliva de la provincia de Castellón apelan a la educación en la cultura gastronómica propia y a potenciar un producto único en sabor y calidad para recuperar el precio del "oro líquido" y dignificar su trabajo. 

Las variedades autóctonas castellonenses como la serrana, la farga o la canetera hacen del aceite que se produce en la provincia un producto con un sabor diferenciado y particular. Sin embargo, las grandes superficies de la Comunitat Valenciana, que suponen el lugar mayoritario de compra del aceite de oliva para las familias valencianas, ponen a la venta aceites de otros lugares de España, mayoritariamente de Andalucía, o de fuera del país, principalmente de países del Magreb. 

El secretario general de La Unió de Llauradors i Ramaders, Ramón Mampel, ha explicado a EFE que la venta de proximidad es la mejor vía para vender los aceites producidos en Castellón. 

Las dos grandes zonas de producción oleícola de Castellón, el Alto Palancia y el Maestrat, trabajan para que sus productos puedan llegar a los consumidores más cercanos, porque así se ahorra en costes y se obtiene una alta calidad a mejor precio. La colaboración entre las cooperativas valencianas, las tiendas "gourmet" y los establecimientos de barrio son los principales canales de venta de los aceites de Castellón. 

El director de la Cooperativa Oleícola Serrana del Palancia en Viver, Fernando Marco, ha afirmado que el consumidor valenciano "puede entender mejor la cultura y la tradición" y la "conservación del paisaje" del olivo de Castellón. Además, cooperativas como la Oleícola Serrana del Palancia trabajan en productos con alto valor añadido, como su aceite de Lágrima, que se está empezando a vender en países europeos por su alta calidad y su sabor suave. La cooperativa de Viver también ha diversificado su línea de negocio y fabrica patés de oliva y una línea de cosmética, productos que se pueden adquirir a través de su página web. 

Los caldos de las cooperativas del norte tienen gran aceptación en establecimientos de Castellón, Vila-real o Burriana, ha asegurado Mampel, y los de Alto Palancia están presentes tanto en el Camp de Morvedre como en Valencia. Sin embargo, las ventas en las grandes superficies se siguen imponiendo, aunque según el representante de La Unió los aceites se exponen a la luz y a unas condiciones que los degradan y les quitan calidad, y además se compra un producto que no se produce en la Comunitat Valenciana. 

La falta de lluvias del verano pasado han mermado la producción de aceite en toda España, de forma que en la provincia de Castellón la producción de esta campaña finalizará en torno a las 6.000-7.000 toneladas, cuando hace dos años se alcanzaron las 10.000, según La Unió. En consecuencia, el precio de la oliva a granel se situó en 1,5 euros en la campaña anterior, mientras que en esta se espera que se pague en torno a los 2,3 euros. Sin embargo, apunta Mampel, el coste de la producción de secano, que es el cultivo de oliva valenciano, es de unos 2,5 euros por kilo, por lo que los agricultores todavía trabajan para poder cubrir costes. El aceite de oliva virgen extra tuvo un precio en torno a los 4 euros el litro en la campaña anterior, mientras que se espera que este año llegue a los 4,4 euros. 
Fuente: Crónicas del Palancia

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