La que será el 27º libro de Luis Gispert y 4ª novela, tendrá como protagonista a uno de los elementos patrimoniales y culturales ya desaperecidos de su amada ciudad de Segorbe: el Teatro Camarón.
La novela de Luis Gispert, prologada por el profesor Vicente Gómez Benedito y la portada ha sido realizada por Jorge Laffarga Gómez, toma como trasfondo histórico la construcción a mediados del siglo XIX en Segorbe de un teatro moderno, espacioso y elegante, el Camarón. Un proyecto ciudadano que coincide con un período de crecimiento económico de la ciudad de Segorbe y con la consolidación de una burguesía floreciente, con importantes relaciones políticas. Esta clase social dominante pronto precisará de un proyecto digno de su poder económico y de la ciudad en la que se desenvuelve, la edificación de un teatro.
En su intento por emular otros renombrados teatros, el Camarón siguió el modelo del Teatro Principal de Valencia. En los planos del arquitecto Carlos Spain, encargado del proyecto del Camarón, se pueden observar, en una escala menor, las principales líneas del teatro valenciano: platea en forma de herradura, para favorecer la acústica, amplio escenario y embocadura, facilitando la instalación de la tramoya, y varios pisos de palcos.
Pero en la historia del Camarón también se descubren innumerables luces, por encima de las mencionadas sombras. Fundamentalmente, su apropiación como el espacio referencial cultural y ciudadano de toda la sociedad segorbina. El Camarón surgió como el escaparate donde lucir la ostentación de la burguesía segorbina, pero desde el mismo día de su apertura pasó a ser patrimonio de todo el pueblo de Segorbe. Allí se celebraron representaciones teatrales clásicas y costumbristas, espectáculos de varietés, conciertos de música, mítines políticos, festejos para agasajar a importantes personajes de la época, actuaciones de las fiestas patronales,
El Camarón se convirtió, desde su construcción, en uno de los elementos icónicos de la ciudad. Las segorbinas y segorbinos siempre se sintieron orgullosos de su “bombonera”, parangonable, salvando las distancias, al Teatro Principal de Valencia. Su recia fachada, bien distinta de su delicado y coqueto interior, escoltó durante más de una centuria a su vecina Glorieta, creando un marco armonioso y sereno. Y entre sus paredes se escenificaron y se vivieron multitud de historias.
Sobre este marco histórico tan tentador Gispert hilvana un relato inspirada en hechos reales, una novela costumbrista donde describe escenas, lugares y costumbres de su amada y siempre presente en sus obras ciudad de Segorbe. El autor construye una atmósfera apropiada, a través de la descripción de una sucesión de detalles, para llevar al lector al centro de la escena. De esta forma discurren las huertas de Segorbe, su entramado urbano, la Albufera de Valencia, … Un escenario que se ve complementado por el lenguaje utilizado, sencillo y ágil, que acerca a la cotidianidad de la época. Y todo ello dispuesto en una historia perfectamente documentada.
Fuente: ICAP - Luis Gispert
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