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miércoles, 22 de junio de 2022

"EL TEATRO", LA NUEVA NOVELA DE LUIS GISPERT QUE YA ESTÁ EN LAS LIBRERÍAS

La que será el 27º libro de Luis Gispert y 4ª novela, tendrá como protagonista a uno de los elementos patrimoniales y culturales ya desaperecidos de su amada ciudad de Segorbe: el Teatro Camarón.

Luis Gispert Macián
, el más prolífico de los escritores del Alto Palancia, acaba de publicar un nuevo libro, el que hace el número 27 de su fecunda trayectoria literaria. Su nueva obra se títula “El Teatro. Una novela corta inspirada en hecho reales”, publicada por el sello Sar Alejandría y que desde la tarde del vieres 17 de junio se podrá encontrar en las librerías.

La novela de Luis Gispert, prologada por el profesor Vicente Gómez Benedito y la portada ha sido realizada por Jorge Laffarga Gómez, toma como trasfondo histórico la construcción a mediados del siglo XIX en Segorbe de un teatro moderno, espacioso y elegante, el Camarón. Un proyecto ciudadano que coincide con un período de crecimiento económico de la ciudad de Segorbe y con la consolidación de una burguesía floreciente, con importantes relaciones políticas. Esta clase social dominante pronto precisará de un proyecto digno de su poder económico y de la ciudad en la que se desenvuelve, la edificación de un teatro.

En su intento por emular otros renombrados teatros, el Camarón siguió el modelo del Teatro Principal de Valencia. En los planos del arquitecto Carlos Spain, encargado del proyecto del Camarón, se pueden observar, en una escala menor, las principales líneas del teatro valenciano: platea en forma de herradura, para favorecer la acústica, amplio escenario y embocadura, facilitando la instalación de la tramoya, y varios pisos de palcos.

La vida del teatro Camarón tuvo episodios indiscutiblemente tormentosos. La perenne falta de financiación hizo que su edificación se ralentizara en no pocas ocasiones, llegando, incluso, a poner en peligro su conclusión. Por otra parte, el suceso del “desastre del Teatro”, nombre con el que se recuerda al hundimiento de una parte del edificio, el día 24 de agosto de 1864, cuando todavía se encontraba en construcción, significó un importante escollo en su alumbramiento. Pero el Camarón siguió adelante, a pesar del grave accidente, que se cobró tres víctimas, y de los acuciantes problemas económicos que arrastraba. Y tampoco consiguió clausurarlo una gestión que, al menos hasta los inicios del siglo XX, podemos considerar de poco enérgica y competente, impidiendo una programación estable y sólida.

Pero en la historia del Camarón también se descubren innumerables luces, por encima de las mencionadas sombras. Fundamentalmente, su apropiación como el espacio referencial cultural y ciudadano de toda la sociedad segorbina. El Camarón surgió como el escaparate donde lucir la ostentación de la burguesía segorbina, pero desde el mismo día de su apertura pasó a ser patrimonio de todo el pueblo de Segorbe. Allí se celebraron representaciones teatrales clásicas y costumbristas, espectáculos de varietés, conciertos de música, mítines políticos, festejos para agasajar a importantes personajes de la época, actuaciones de las fiestas patronales,

El Camarón se convirtió, desde su construcción, en uno de los elementos icónicos de la ciudad. Las segorbinas y segorbinos siempre se sintieron orgullosos de su “bombonera”, parangonable, salvando las distancias, al Teatro Principal de Valencia. Su recia fachada, bien distinta de su delicado y coqueto interior, escoltó durante más de una centuria a su vecina Glorieta, creando un marco armonioso y sereno. Y entre sus paredes se escenificaron y se vivieron multitud de historias.

Sobre este marco histórico tan tentador Gispert hilvana un relato inspirada en hechos reales, una novela costumbrista donde describe escenas, lugares y costumbres de su amada y siempre presente en sus obras ciudad de Segorbe. El autor construye una atmósfera apropiada, a través de la descripción de una sucesión de detalles, para llevar al lector al centro de la escena. De esta forma discurren las huertas de Segorbe, su entramado urbano, la Albufera de Valencia, … Un escenario que se ve complementado por el lenguaje utilizado, sencillo y ágil, que acerca a la cotidianidad de la época. Y todo ello dispuesto en una historia perfectamente documentada.

Fuente: ICAP - Luis Gispert

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