La calidad de las aguas y alimentos del campo, del aire, el aceite de oliva y la tranquilidad, tal vez influyan en los factores que este estudio ha hecho público y hace de la comarca del Alto Palancia una de las mejores para vivir más años. Ahora nos falta trabajo y de calidad para fijar la población y no quedar despoblados
La comarca del Alto Palancia, en la provincia de Castellón, se convierte en una de las de mayor esperanza de vida en el conjunto de la Comunitat Valenciana, según los datos del Observatorio Valenciano de Salud de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública.
Las comarcas de la Comunitat Valenciana con mayor esperanza de vida al
nacer son, en hombres, la Marina Alta (80,91 años), el Bajo Segura
(80,71 años) y el Camp de Túria (80,55 años). En mujeres, el Camp de
Túria (85,7 años) el Alto Palancia (85,51 años) y el Bajo Segura (85,44
años).
Y es que, a tenor de los indicadores de la Conselleria de Sanidad, la esperanza de vida al nacer en la Comunitat ha aumentado en 3,8 años en hombres y 2,6 en mujeres, entre el 2000 y el 2015.
Respecto a la esperanza de vida a los 65 años y para ambos sexos, en España se sitúa en 21,5 años, en el conjunto de Europa en 20,7 años y en la Comunitat en 20,5 años. En concreto, la esperanza de vida en la edad de jubilación en 2000, entre los hombres, se situa para los valencianos en 18,5 años, y para las mujeres valencianas en 22,4 años. El estudio pone de manifiesto que el aspecto clave en la evolución de
las últimas décadas ha sido la mejora de las expectativas de vida en las
personas de edad madura y avanzada. La reducción sostenida de la tasa
de mortalidad en estas edades ha permitido que aumente el número de
estas personas en el conjunto de la población.
Las comarcas con mayor esperanza de vida a los 65 años en la Comunitat son, en hombres: la Marina Alta (19,7 años), el Bajo Segura (19,59 años) y el Alto Palancia (19,3 años). En las mujeres, el Camp de Túria (22,76 años), el Bajo Segura (22,71 años) y el Alto Palancia (22,64 años).
En el caso de la provincia de Castellón, esta esperanza de vida no toca techo y ya roza los 83 años. En 1975 esta expectativa se situaba en los 73,6 años y en 1990 llegaba a los 77. Una evolución que, según los estudios, puede llegar en el 2031 a los 85,4 años.
Sin embargo, hay una diferencia importante entre la esperanza de vida entre los hombres y las mujeres. Es lo que se llama la brecha de género. De esta forma, si bien la vida se ha alargado para todos, las mujeres siguen viviendo más años. Una brecha de género que refleja que las féminas llegan de media hasta los 85,1 años y los varones hasta los 79,5. Una combinación de causas sociales, hábitos de vida y, probablemente, factores biológicos, explican el porqué las mujeres tienen mayor expectativa de vida.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la esperanza de vida media en el mundo durante los últimos 15 años ha aumentado en cinco años, el mayor avance desde la década de los sesenta. Así, la media mundial en 2015 fue de 71,4 años y solo 29 países superaron los 80 años de media. España se encuentra entre las 12 naciones que superaron los 82 años, junto con Japón (83,7), Suiza (83,4), Singapur (83,1), Australia (82,8), Italia (82,7), Islandia (82,7), Israel (82,5), Francia (82,4), Suecia (82,4), Corea del Sur (82,3) y Canadá (82,2). En regiones como África, por desgracia, y pese a que la esperanza de vida se ha incrementado en 9,4 años, se encuentran los 22 países menos longevos del mundo -aquellos que no alcanzan los 60 años de media- en la parte subsahariana.
La esperanza de vida es el indicador más utilizado para realizar comparaciones sobre la incidencia de la mortalidad en distintas poblaciones y, atendiendo a ello, sobre las condiciones de salud y nivel de desarrollo de una población.
En los países occidentales, la esperanza de vida ha experimentado avances notables durante el último siglo, algo que se ha conseguido con disminuciones en la probabilidad de morir debido a la mejora en los niveles de condiciones materiales de vida y en la educación, así como al acceso de la población a los servicios sanitarios, los avances médicos y tecnológicos, la reducción en las tasas de mortalidad infantil y los cambios en los hábitos nutricionales y estilos de vida.
Fuentes: V. C - El Periódico Mediterráneo de Castellón / 20minutos.es
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