«La
cambra», es una nueva colección lanzada por Lletra Impresa Edicions destinada a escritores que se expresan en
el castellano de las comarcas valencianas de interio. La novela de Amadeo Laborda "La Memoria de tu nombre" es la primera que lanza al mercado
Lletra Impresa Edicions acaba de poner en marcha una nueva
colección, «La cambra», que atenderá los autores y las autoras que escriben en el castellano particular de las comarcas del interior del País Valenciano. Es decir, de la Serranía, Hoya de Buñol, la Canal de Navarrés y Utiel-Requena, principalmente, pero también del interior de las de Castellón (Alto Palancia y Alto Mijares), sur
de Alicante y Villena.
Demomento, la colección se inicia con la novela La memoria de tu nombre de Amadeo Laborda, autor de Pedralba, prologada por el escritor y periodista de Gestalgar Alfons Cervera.
Una novela intimista, narrada con un juego de voces muy sugerente, que se recrea en pensamientos y rememora los recuerdos de infancia de un hombre de mediana edad. Contextualizada en un pueblo de la Serranía, La memoria de tu nombre es un ejercicio de virtuosismo estilístico y de dominio del lenguaje literario admirables, tratándose de la opera prima de un escritor.
La editorial de Gandía que regentan Mercè Climent y Juli Capilla, centrada mayoritariamente en las publicaciones en valenciano, ha decidido poner en marcha esta colección con el objetivo de dar a conocer una realidad lingüística y literaria específica: la de las comarcas valencianas de expresión castellana.
En palabras de Capilla, vinculado desde hace años a Pedralba y comarca, se trata «de una realidad olvidada, y a veces menospreciada, que, sin embargo, ofrece un hecho diferencial propio, específicamente valenciano y muy rico desde el punto de vista lingüístico y literario». Aunque la base de las obras que se publicarán en dicha colección será el castellano estándar, los libros de esta colección singular recogerán las particularidades léxicas del castellano que se habla en el interior de las comarcas de Valencia, Castellón y Alicante. Un castellano que, en palabras del editor, «está lleno de valencianismos, sobre todo, pero también de aragonesismos y de vocablos procedentes del castellano antiguo».
Demomento, la colección se inicia con la novela La memoria de tu nombre de Amadeo Laborda, autor de Pedralba, prologada por el escritor y periodista de Gestalgar Alfons Cervera.
Una novela intimista, narrada con un juego de voces muy sugerente, que se recrea en pensamientos y rememora los recuerdos de infancia de un hombre de mediana edad. Contextualizada en un pueblo de la Serranía, La memoria de tu nombre es un ejercicio de virtuosismo estilístico y de dominio del lenguaje literario admirables, tratándose de la opera prima de un escritor.
La editorial de Gandía que regentan Mercè Climent y Juli Capilla, centrada mayoritariamente en las publicaciones en valenciano, ha decidido poner en marcha esta colección con el objetivo de dar a conocer una realidad lingüística y literaria específica: la de las comarcas valencianas de expresión castellana.
En palabras de Capilla, vinculado desde hace años a Pedralba y comarca, se trata «de una realidad olvidada, y a veces menospreciada, que, sin embargo, ofrece un hecho diferencial propio, específicamente valenciano y muy rico desde el punto de vista lingüístico y literario». Aunque la base de las obras que se publicarán en dicha colección será el castellano estándar, los libros de esta colección singular recogerán las particularidades léxicas del castellano que se habla en el interior de las comarcas de Valencia, Castellón y Alicante. Un castellano que, en palabras del editor, «está lleno de valencianismos, sobre todo, pero también de aragonesismos y de vocablos procedentes del castellano antiguo».
Las especificidades léxicas, sintácticas e incluso
morfológicas de estas comarcas de interior son mayoritariamente y
sorprendentemente normativas. De aquí las potencialidades literarias
que ofrecen.
La
novela La memoria de tu nombre
de Amadeo Laborda, incluye un glosario de vocablos particulares de la
comarca de los Serranos, con una breve explicación filológica y si
están registradas o no en los diccionarios normativos del castellano
y/o del valenciano. Así, palabras como por ejemplo taca, espolsar, basquet. queferoso/a,
gemecar, pruna, rosegón, garrofera, gola, poma, baladre, sargantana, la misma cambra, que da nombre a la colección, etc., etc., son claramente coincidentes con el valenciano, mientras que del substrato aragonés encontramos rocha, malfatán o pernil, y ruin y galan del castellano antiguo.
Según Climent, «se trata de establecer puentes con una realidad identitaria específica que mantiene unos lazos muy firmes con el resto de valencianos, y de dar la oportunidad a los autores y las autoras de aquellas comarcas de publicar sus obras».
Amadeo Laborda (Valencia, 1969) vivió su infancia a medio camino entre la ciudad y Pedralba, un pueblo que se mantiene como una constante vital y un referente insoslayable en su novela. Cursó estudios de Filosofía y Letras y, tras su paso por diversos medios audiovisuales, se ha dedicado desde entonces a la restauración y recuperación de edificios antiguos. «Toda casa vieja tiene mucho de memoria atrapada entre sus paredes y un tanto de pasado escondido por cada habitación». En los últimos años ha compaginado su labor profesional con la investigación en el ámbito de la arqueología y en el de las lenguas prehispánicas, en especial en el estudio de inscripciones íberas sobre soportes de plomo. No en vano, ha colaborado con diversos especialistas de dicha materia. Ahora se adentra en un terreno que no le es nada ajeno, el de la literatura, con una novela de una solvencia narrativa y una madurez que nos sorprende y nos causa admiración a un tiempo.
Sinopsis:
¿Qué queda de los años cuando nos adentramos en la vida? ¿Qué acontece en la memoria al cabo del tiempo? ¿Qué recuerdo nos atrapa a pesar del olvido y la desgana? «Quedan las sombras, no queda otra cosa», dice la voz sigilosa de esta novela que se adentra con pasos vacilantes en una casa a la que no había vuelto en casi dos décadas. Quedan las sombras de los árboles talados esperando el vientre caliente de los perros. Las moscas, siempre y a todas horas, las avispas ebrias de las acequias, los caracoles engañados con sal y agua hirviendo, y una rata que se asoma cada tarde por la bocateja.
Perdura la memoria del pueblo, de sus casas y de sus gentes. La tierra de secano, fértil, los terrones bajo unos pies apenas protegidos por unas albarcas de labranza. El olor íntimo de la lluvia, una tormenta repentina de gotas gordas como puños. Los cohetes lanzados contra los nubarrones ruines para disipar el agua indómita. El corte de luz en medio de la nada. Los guijarros erosionados por las aguas del río y por el tiempo. El eco insondable de los hombres jugando a pelota a mano en el frontón, los críos encaramados a los lomos del remolque, las mulas mecánicas, la cooperativa de vino, el cine de verano bajo un cielo de estrellas infinito…
En esta novela hay una voz que habla de los desgarrones del olvido. De la muerte acechante y pertinaz: la que cae cerca y esas otras que suceden a trompicones. Una novela que se adentra en el territorio agreste del silencio y de las ausencias que se convierten en sombra, el abandono de los objetos contemplados con todos los sentidos, bajo la protección de los tejados enmohecidos de un pueblo de interior, las voces calladas de la Serranía. Escrita con un lenguaje preciso, culto y próximo a la vez, La memoria de tu nombre es la opera prima de un escritor, Amadeo Laborda, que apunta muy alto, desde los confines de un territorio fronterizo donde convergen el tiempo y el silencio, un recuerdo firme de resonancias antiguas en el que nos deslumbra la belleza.
Perdura la memoria del pueblo, de sus casas y de sus gentes. La tierra de secano, fértil, los terrones bajo unos pies apenas protegidos por unas albarcas de labranza. El olor íntimo de la lluvia, una tormenta repentina de gotas gordas como puños. Los cohetes lanzados contra los nubarrones ruines para disipar el agua indómita. El corte de luz en medio de la nada. Los guijarros erosionados por las aguas del río y por el tiempo. El eco insondable de los hombres jugando a pelota a mano en el frontón, los críos encaramados a los lomos del remolque, las mulas mecánicas, la cooperativa de vino, el cine de verano bajo un cielo de estrellas infinito…
En esta novela hay una voz que habla de los desgarrones del olvido. De la muerte acechante y pertinaz: la que cae cerca y esas otras que suceden a trompicones. Una novela que se adentra en el territorio agreste del silencio y de las ausencias que se convierten en sombra, el abandono de los objetos contemplados con todos los sentidos, bajo la protección de los tejados enmohecidos de un pueblo de interior, las voces calladas de la Serranía. Escrita con un lenguaje preciso, culto y próximo a la vez, La memoria de tu nombre es la opera prima de un escritor, Amadeo Laborda, que apunta muy alto, desde los confines de un territorio fronterizo donde convergen el tiempo y el silencio, un recuerdo firme de resonancias antiguas en el que nos deslumbra la belleza.
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