Varios representantes del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica se desplazaron a la localidad de Puebla de Valverde para localizar fosas comunes donde podrían haber castellonenses.
Coincidiendo con el ochenta aniversario de la sublevación de 400 guardias civiles contra la columna del diputado de IR por Castelló, Casas Sala, que partió de la capital de la Plana para liberar Teruel con 800 guardias y milicianos antifascistas, varios representantes del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica encabezados por Matías Alonso se desplazaron este fin de semana hasta las localidades de Barracas y de la Puebla de Valverde con el fin de marcar en el mapa de fosas comunes dos nuevos puntos en los que, según el testimonio de un vecino, estarían enterrados, por un lado dos guardia Civiles y por otro, un sinfín de milicianos que perdieron la vida durante la sublevación y la batalla o, posiblemente, durante toda la Guerra con posterioridad.
Así lo explicaba el propio Alonso quien comentó que «una vez recogido el testimonio y viendo los grandes tintes de verosimilitud que puede tener, desde la Asociación y en estos casos desde la prudencia porque nos basamos en un testimonio, vamos a iniciar los trámites para intentar realizar en un primer lugar, una labor de cooperación con el gobierno de Aragón para que tome cartas en el asunto y se implique en la posibilidad de exhumar la fosa y, sobre todo, intentar que desde aquí se financie alguna intervención puesto que, de haber allí una fosa, estarían enterrados milicianos castellonenses, saguntinos y valencianos».
Alonso destacó que se llevó a cabo la localización de dos fosas de gran valor y que además aportan novedades. Primero, puntualizó, «porque en una estarían supuestamente dos guardias civiles que se habrían sublevado contra el resto (que estarían enterrados en el cementerio del pueblo) y segundo porque la segunda fosa, de ser como dice el testimonio con el que contamos, sería de una gran envergadura y acogería a cientos de soldados, posiblemente de ambos bandos».
La ubicación estaría a las afueras del municipio y, apunta «según nos comentó nuestra fuente habrían trazado un camino adrede para llevar a los cadáveres en camiones».
En este sentido, comenta Alonso, «no sería una fosa al uso como lo que conocemos, tiene una envergadura mucho mayor».
Los pasos a seguir en los próximos días será preparar la documentación de la localización de estos dos puntos, realizar otra visita de verificación y «ya tramitar los papeles para ver si podemos conseguir que las instituciones de Aragón, Valencia y Castelló se impliquen en recuperar los cuerpos que perdieron su vida luchando en la columna de Casas Sala».
Cabe recordar La Columna Casas Sala recuperó Segorbe y allí se le agregó un contingente procedente de Cuenca con unos 200 guardias civiles (en realidad se trataba de una estratagema porque salieron de aquella ciudad al fracasar sus planes de sublevación). Así pues, unos 400 guardias civiles y otros tantos milicianos voluntarios mal armados llegaron a Sarrión y, a la salida, se dividieron, cayendo en la trampa al dirigirse casi todos a Mora de Rubielos, y dejando la mayoría de Guardia Civiles viajar hacia Puebla de Valverde, a un paso de Teruel.
Una vez en Puebla de Valverde, los guardias se sublevaron y mataron a los milicianos que asistieron con ellos.
Cuando regresaron los compañeros de Mora de Rubielos, los supervivientes del enfrentamiento fueron capturados y llevados presos a Teruel con los guardias ya pasados a las filas franquistas, y allí fueron fusilados, entre ellos el propio Casas Sala, y el Teniente Coronel de Carabineros Fernández Bujanda. Los sucesos vividos impactaron de tal forma en el jefe de los sublevados, Ríos Romeva, que tras las ejecuciones y formó la tropa y ante ella se suicidó.
Aquella traición fortaleció Teruel y dio origen al Frente que durante toda la guerra tragó las vidas de decenas de miles de valencianos; hasta tal punto que ha quedado grabada en la memoria del pueblo la expresión de "se lo llevaron al frente de Teruel" "va morir al front de Terol"...
Cuando regresaron los compañeros de Mora de Rubielos, los supervivientes del enfrentamiento fueron capturados y llevados presos a Teruel con los guardias ya pasados a las filas franquistas, y allí fueron fusilados, entre ellos el propio Casas Sala, y el Teniente Coronel de Carabineros Fernández Bujanda. Los sucesos vividos impactaron de tal forma en el jefe de los sublevados, Ríos Romeva, que tras las ejecuciones y formó la tropa y ante ella se suicidó.
Aquella traición fortaleció Teruel y dio origen al Frente que durante toda la guerra tragó las vidas de decenas de miles de valencianos; hasta tal punto que ha quedado grabada en la memoria del pueblo la expresión de "se lo llevaron al frente de Teruel" "va morir al front de Terol"...
Fuente: Levante de Castellón. Ana Monleón
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