Los dos cuerpos en Abejuela se suman a los cuatro localizados en la Peña Juliana de Bejís.
Junto al corral de la Nava del Puerco, en Abejuela, descansaban los cadáveres de dos soldados combatientes en la Guerra Civil española. Allí han permanecido enterrados durante más de 70 años a la espera de que alguien los encontrara y, quizá, contara su historia.
Los antropólogos y arqueólogos del Grupo de Recuperación de la Memoria Histórica de Valencia (GRMHV) y de Arqueoantro han recuperado sus restos mortales en el marco de un curso organizado con el objetivo de excavar los aledaños de este corral, que pudo albergar un hospital de sangre durante la contienda.
Los dos cadáveres, enterrados boca arriba y con los pies de uno junto a la cabeza del otro, fueron encontrados en una fosa dentro del campo adherido al corral y pertenecen a dos varones: uno de ellos de en torno a 17 años y otro algo mayor que éste, aunque su edad es "difícil" de determinar, según explicó el antropólogo y codirector del curso, Javier Iglesias.
Los esqueletos, que estaban prácticamente completos, se encontraban a tan solo 30 centímetros de profundidad.
Precisamente este hecho, encontrarse en una zona tan superficial, ha sido lo que ha facilitado el hallazgo, dado que el equipo técnico ya había localizado algunos restos humanos y un botón de nácar en los alrededores.
El 'soldado desconocido' exhumado el pasado otoño en el Puntal de Magañá. |
Además, desde el GRMHV aseguraron que el fin último es devolver los restos mortales a sus familiares, para lo que pretenden crear una base de datos con el ADN de personas que sospechen que miembros de su familia pudieron perecer en las batallas del Levante, por la zona que discurre entre Abejuela (Teruel) y El Toro (Castellón).
El hallazgo de los cadáveres se produjo el pasado miércoles 05 de septiembre, tan solo un día antes de que el curso cerrara sus puertas sin haber encontrado la fosa que buscaban y que, en un principio, pensaban que se encontraría en la parte trasera del corral, tal y como había indicado su dueña, Aurora, que fue quien puso en conocimiento del equipo técnico que, durante la Guerra, les expropiaron este corral para transformarlo en un hospital de sangre.Éstos eran los lugares a los que llevaban a los soldados heridos para que recibieran las primeras curas.
Los trabajos se centraron en esta fosa que, para sorpresa del equipo, se encontraba vacía. "Solo encontramos una granada desactivada, por lo que decidimos buscar más exhaustivamente donde ya habíamos encontrado restos humanos en superficie", indicó Iglesias.
Además de en esta zona, los trabajos del curso también han tenido lugar en la Peña Juliana, en el término municipal de Bejís, donde han encontrado restos humanos que podrían corresponder a "al menos" cuatro individuos. Los huesos de éstos estaban guardados en bolsas y una de ellas contenía "prácticamente un esqueleto completo", detalló Iglesias. Por este motivo, aseguraron que se trata de esqueletos que ya alguien había encontrado y que había decidido dejar en ese lugar.
Tal y como puntualizó el antropólogo, la colaboración de personas mayores que vivieron la guerra y la posguerra, como Aurora, es clave a la hora de encontrar las fosas.
Tras el éxito del curso de este año, el antropólogo indicó que, para el del año que viene, barajan trabajar en otras dos posibles fosas que ha señalizado un pastor de Abejuela o en otra situada bajo una sabina que ha delimitado otra mujer.
En todos estos lugares entre Puntal Magaña y Peña Salada, en la Sierra del Toro, esperan encontrar a más soldados que podrían pertenecer a las brigadas mixtas 74 (47 División), 216 (67 División) y 32 (70 División).
Fuente: Lucía Agustín - Diario de Teruel
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