Los regantes de Sagunt certifican la inexistencia de caudal ecológico en el Palancia para evitar más detenciones
El agua del río Palancia fue antaño motivo de fuertes disputas que, en su mayoría, quedaron enterradas hace años. Sin embargo, la defensa de un caudal ecológico por parte de sectores ambientalistas ha desencadenado desde hace años desde sabotajes anónimos hasta denuncias ante el Seprona de la Guardia Civil, a los que los regantes de la Sèquia Major de Sagunt y de Segorbe han hecho frente de forma conjunta.
La última denuncia llegó a los agentes hace escasas semanas y ha provocado que los regantes de la Sèquia Major hayan pedido un certificado a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) para acreditar que el río Palancia no tiene asignado ningún caudal ecológico. Con este documento en mano, lo mostraron a la Guardia Civil para intentar dejar clara cuál es la situación y evitar nuevos episodios como los ocurridos hace varios años. Entonces, unos agentes llegaron a detener a varios operarios de la Sèquia Major a los que descubrieron mientras colocaban una "compuerta" en el lugar de la discordia, es decir, un punto situado antes del paraje de "La Sartén", en el Alto Palancia, donde el agua puede desviarse hacia el río o continuar canalizada para usos agrícola.
"La Sarten" donde debía estar la portilla de la discordia |
Dispuestos a evitar nuevos episodios similares y con el certificado de la CHJ bajo el brazo, los regantes ya "9 ó 10 registrados" en la última década, en los que la portilla desaparecía. Y eso que aunque al principio eran metálicas, luego empezaron a ponerlas de madera porque algún gracioso se las llevaba, acabando por ponerlas de hormigón. Aun así, "cuando quieran fastidiar tendrán que destrozar la pared", comentaba Català.
Y aunque se resta importancia al montante
económico que ha supuesto la reposición de tantas compuertas, sí que se quiere destacar
la gran cantidad de agua que se ha perdido siempre que se han robado
las portillas. Además estos sabotajes nunca han
favorecido un caudal ecológico significativo, como pudiera llegar a
pensarse. "En realidad, el agua desaparece a unos 150 metros de
distancia y, superficialmente ya no se ve nada, porque toda se filtra.
Por tanto, es absurdo que las quiten por esto y, desde luego, por otra
razón no se nos ocurre", apuntaba.
Convencido
de que estos desvíos intencionados del agua del río no tienen sentido
ni se deben consentir, el presidente de la Sèquia Major admitía que su
intención de hacer la portilla de obra está más ligada a su ánimo
previsor para el futuro que a una necesidad imperiosa de agua
superficial para riego. "Ahora mismo, agua no nos falta porque al
pantano del Regajo entra más agua de la que sacamos para regar. No
obstante, queremos solucionar el tema de la portilla de una vez y
dejarla arreglada para que se pierda más agua porque sí", decía tras
recordar que, desde el 1 de septiembre, la capacidad del embalse se ha
reducido por orden de la Confederación a 3,5 millones de hectómetros
cúbicos, 500.000 más de los previstos en un principio tras las
peticiones realizadas por el presidente de la Sèquia Major.
Fuente: A. Valdearcos - Levante EMV
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