Las cooperativas oleícolas de Altura y Torás obtienen el reconocimiento de un rabino de Barcelona para etiquetar sus aceites con el sello Kosher
Que España es el mayor productor mundial de Aceite de Oliva Virgen Extra, con sus más de 200 variedades cultivadas, y donde se produce el mejor Aceite de Oliva Virgen Extra del mundo, como queda constatado año tras año en todos los concursos nacionales e internacionales de aceite de oliva, no es un secreto. Y el que la variedad Serrana-Espadán destaque por sus propiedades tanto organolépticas como nutricionales, lleva a que entre las distintas variedades de aceite, se encuentre entre los mejor reconocidos.
Esto no ha pasado desapercibido para el mercado hebreo, que han buscado un aceite de calidad para poderlo introducir entre sus fieles y que disfruten de uno de los mejores productos de Castellón. Por ese motivo, tras estudiar diferentes productos, contactaron con las cooperativas de Altura y Torás para comenzar el proceso de obtención del Sello Kosher.Así, a lo largo del mes de diciembre, el rabino de una sinagoga de Barcelona ha estado visitando ambas cooperativas para llevar el control de todos los procesos realizados para la elaboración del aceite, desde la selección de ingredientes hasta el envasado final, verificando que todos los ingredientes elaborados son aptos según la ley judía y que los equipos utilizados en la producción no han entrado en contacto con productos no kosher. La certificación presta especial atención a la limpieza de la maquinaria y los procesos para evitar la contaminación cruzada.
Y así, tras ajustar y adecuar algunos aspectos para adaptarse a lo demandado, finalmente ambas han logrado el visto bueno y se les ha expedido el correspondiente certificado por la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), que es quien gestiona las certificaciones y colabora con agencias rabínicas internacionales como la OU (Organización de la Unión), y otorga el contrato de certificación y la autorización para usar el sello en las etiquetas del producto, además de estipular las visitas de supervisión periódicas para asegurar el cumplimiento continuo de los requisitos.
El Sello Kosher es una certificación que garantiza que un producto alimentario ha sido preparado de acuerdo con las normas y leyes dietéticas de la religión judía (kashrut). Un producto con el sello Kosher, como son ahora los aceites de oliva virgen extra de estas dos almazaras, indica que estos productos se adaptan a estas leyes recogidas en la Torá, e implica que ha seguido un estricto control de calidad que afecta tanto a los componentes de dichos alimentos como al modo de elaboración, pasando por la higiene en las instalaciones.
Este certificado Kosher es complementario a los certificados ISO que puede tener cualquier empresa, pero con las ventajas que brinda una garantía en la cadena de suministro, y respalda que ha sido evaluado y certificado por entidades independientes que dan fe de una preparación responsable tanto de este alimento, como de todos sus ingredientes.
Así pues, la obtención de la certificación Kosher para los aceites de oliva virgen extra de Altura y Torás los convierte en alimentos “puros” y “aptos para el consumo”, según las tradiciones y las leyes judías, y les da , un reconocimiento internacional que genera un buen posicionando en el mercado y se mantiene en constante crecimiento..
Ahora que la Cooperativa Oleícola Oliespal de Altura, y la Cooperativa Santísimo Cristo de la Misericordia de Torás ya han conseguido la máxima certificación Kosher para sus aceites de Oliva Virgen Extra tempranos y convencionales, los responsables de las mismas, Luís Velazquez y Carlos del Rio, quieren realizar un reconocimiento a los esfuerzos que realizan todas las personas que hacen posible que sus aceites de oliva sean de la máxima calidad y accesibles a todos los mercados. Con esta certificación Kosher se impulsa la apertura de nuevos mercados -ahora más necesario que nunca, dada la buena cosecha de este año-, se refuerza el compromiso con la calidad y se obtiene un nuevo aval al producto que tanto se mima.
Y es que dicho sello, además de acreditarlo como apto para el consumo de la comunidad judía, también goza de buena reputación entre otros consumidores de distintas confesiones, pues les proporciona un signo de tranquilidad sobre la seguridad y los procesos de fabricación, pues garantiza que el producto ha sido revisado de forma independiente por una organización de prestigio y reconocida, y les asegura que está realizado por una compañía honesta con respecto a los ingredientes y procesos que utilizan en los productos.
En definitiva, una nueva muestra de orgullo a los campos, su gente y su trabajo, y un impulso a la cultura, tradición y valores de esta tierra.






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