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viernes, 19 de enero de 2024

CAUDIEL Y LES ALQUERIES HERMANADOS POR LA VIRGEN DEL NIÑO PERDIDO

Los ayuntamientos de las dos localidades de La Plana Baixa y el Alto Palancia ya lo han aprobado en los respectivos plenos municipales, uniendo de nuevo unos lazos 340 años después de que los frailes agustinos del Palancia instalaran la imagen de Nuestra Señora del Niño Perdido en el Replà .

Les Alqueries y Caudiel han decidido hermanarse en honor al pasado en común que comparten estas dos pequeñas localidad de la provincia de Castellón, por la que uno de los municipios debe el nombre al otro. 
 
No es frecuente que dos poblaciones tan cercanas se hermanen pero, en este caso, el enlace cuenta con una importante carga simbólica y nostálgica. Es el recuerdo de los frailes agustinos de Caudiel que, dedicados al cultivo de algunas tierras de lo que son ahora Las Alquerías (por aquél entonces, tres núcleos diseminados con diferentes nombres) instalaron un lienzo de Nuestra Señora del Niño Perdido, patrona de Caudiel.

Una imagen que, en 1684, inició la actual devoción de los vecinos de la Plana Baixa por la virgen –que da también nombre a la principal iglesia y parroquia de la localidad– y una imagen que todavía preside el altar de la emblemática iglesia del Replà.

El miércoles 17 de enero, el pleno de Les Alqueries presidido por Antonio Gil, aprobó la solicitud de hermanamiento por parte del consistorio de Caudiel. Un trámite que ya ha realizado el ayuntamiento de Antonio Martínez, en el Alto Palancia, por lo que la unión concluye así sobre el papel y se materializará, por el momento, con la participación de representantes devotos de la virgen de ambos municipios en los actos religiosos de la otra población, pues a pesar del largo pasado en común, que se remonta a 1619 cuando un señor de Bejís, Pedro Miralles, hace entrega de una alquería con su correspondiente porción del suelo para el cultivo a los frailes agustinos de Caudiel, la idea del hermanamiento no había surgido hasta esta misma legislatura.

El origen de Nuestra Señora del Niño Perdido de Caudiel, que más tarde daría su nombre a Las Alquerías del Niño Perdido (hoy el topónimo es Les Alqueries), se remonta hasta las obras apostólicas que fundó San Vicente Ferrer en la ciudad de Valencia y entre las que más destacó fuer la recogido de niños huérfanos para ponerlos bajo la congregación religiosa de laicos conocidos como los ‘Beguins’.

Dos siglos después aproximadamente, Pedro Miralles, natural de Bejís pero formado en Valencia, dejó en su testamento a los Agustinos Descalzos de Caudiel la imagen que terminaría en les Alqueries.

Por su parte, la historia de esta pequeña localidad de la Plana Baixa, con algo más de 4.500 habitantes, está también estrechamente relacionada con las poblaciones vecinas de Burriana y Vila-real. En su origen, el actual término municipal estaba compuesto por tres pequeños núcleos poblacionales: Bonretorn, Bellaguarda y Bonastre. Estos tres pequeños poblados quedaron sometidos al reino valenciano cuando, en el siglo XIII, el rey Jaime I reconquistó el territorio.

Más tarde, cuando el monarca segregó parte de Burriana para fundar Vila-real, las tres alquerías musulmanas quedaron agregadas al término vila-realense, del que a su vez no se consiguieron segregar hasta el 25 de junio de 1985, una de las fechas más importantes en la historia reciente de la localidad.
Fuente: Marina Ronda

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