El depósito de agua de este barrio obrero del Puerto de Sagunto, construido en los años 50 del siglo XX por la compañía minera, será ahora derribado por su estado de ruina y la dejadez de sus vecinos, que no se han puesto de acuerdo ni han encontrado los documentos que debían salvarlo.
Al final, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Sagunto celebrada a finales de julio, ha decidido poner fin a uno de los símbolos identitarios de uno de los barrios del Puerto de Sagunto: El depósito de agua del grupo Churruca Papa Inocencio III.
La demolición del depósito de Churruca la ejecutará la empresa Crisol Obras y Servicios, S.L. por un presupuesto de 88.959,23 euros. a lo largo de este mes de agosto, salvo que la intervención se pueda ver aplazada hasta septiembre por el periodo vacacional.
Como se recordará, en septiembre de 2021 los vecinos que residen en el barrio de Churruca empezaron a recibir cartas del Departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de Sagunto en las que se les comunicaba de forma oficial la «Resolución declaración ruina legal depósito agua grupo Churruca Papa Inocencio III». En el oficio se indicaba que el acto era definitivo en vía administrativa, aunque los afectados podían interponer recurso de reposición en el plazo de un mes ante el mismo órgano. Ni que decir tiene que nadie ejerció ninguna de esas acciones.
Sobre este asunto, el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Sagunto durante la pasada legislatura, Francesc Fernández Carrasco ya aclaró que este no era un depósito municipal, sino que era propiedad de la comunidad vecinal, por lo que eran los propios vecinos quienes, como propietarios, debían resolver este problema. Pero como parece no se ponían de acuerdo, se iniciaron los trámites para una orden de ejecución que, si no se realizaba una reparación, lo haría el Ayuntamiento de Sagunto, evidentemente, a costa de los propietarios.
Ante estos avisos, se intentó que Aguas de Sagunto asumiera los costes de reparación o derribo del depósito, sin embargo, la cesión de esta instalación se estancó al no poder acreditar los vecinos la propiedad.
Así pues, ante las dificultades de su conservación, se va a poner fin a una construcción que en su día se intentó proteger por su valor histórico, pues cabe recordar que el barrio de Churruca fue construido entre finales de los 50 y principios de los 60 del siglo pasado por Altos Hornos del Mediterráneo, como parte de la norma vigente que exigía a las empresas públicas de gran tamaño ofrecer al 3% de su plantilla pisos en alquiler.
El pozo se levantó al mismo tiempo que el barrio, para poder abastecer la demanda de agua, y ello le confería un alto valor histórico, ya que ha prestado servicio a todo un barrio obrero, desde el inicio de la siderúrgica hasta la actualidad, perteneciendo por ello a la memoria de todos los vecinos de barrio como del resto del pueblo y debía permanecer en el recuerdo.
Pero los procesos administrativos, la desidia de los propios vecinos y el abandono al que ha estado sometido, ante los elevados costes de su conservación, lo han condenado a su derribo y desaparición de la silueta del barrio, como otros tantos edificios del núcleo porteño vinculados a los Altos Hornos.
Fuente: El Económico
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