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martes, 6 de diciembre de 2016

ADECUACIÓN Y PUESTA EN VALOR DE LA ERMITA DEL SOCÓS DE CAUDIEL

Entre las actuaciones que se han llevado a cabo, destaca la adecuación, limpieza y pavimentación del camino de acceso a la Ermita, la colocación de mobiliario como bancos y papeleras, la señalización de la actuación y la mejora del alumbrado interior de la Ermita

El Ayuntamiento de Caudiel ha finalizado las obras de adecuación y puesta en valor de la Ermita del Socos. 

Estas obras han sido sufragadas por parte del Ayuntamiento de Caudiel y de la Agencia Valenciana de Turismo dentro del Programa Adecuación y Puesta en Valor Turístico de los recursos municipales con número de expediente PAC-295-16 

La adecuación y puesta en valor de la Ermita del Socos tiene por objeto fomentar el acceso a uno de lugares más emblemáticos del municipio creando un entorno de interés tanto para los vecinos del municipio como para sus visitantes. 

Entre las actuaciones que se han llevado a cabo, destaca la adecuación, limpieza y pavimentación del camino de acceso a la Ermita, la colocación de mobiliario como bancos y papeleras, la señalización de la actuación y la mejora del alumbrado interior de la Ermita

Fundada en 1496 por el fraile agustino fray Juan Exarch, en principio estuvo dedicada a los santos Abdón y Senén y posteriormente fue llamada Ermita del Socós al ponerse bajo la advocación de Nuestra Señora del Socorro.

A partir del siglo XVI, y buscando la protección contra las frecuentes epidemias de aquellos tiempos, pasó a dedicarse a San Roque, santo que sigue siendo el titular aunque siempre se ha seguido conociendo como Ermita del Socós.

El que fue un bello templo y ejemplo poco frecuente de la arquitectura gótica en estas tierras se hallaba en un lamentable estado de olvido y semirruina. Ocupado en 1616 por la Orden Agustina mientras se construía su convento, quedó después abandonado.

A principios del siglo XIX sirvió como depósito de cadáveres para el cementerio que aquí se hallaba, función que conservó hasta 1945, cuando entró en funcionamiento el nuevo camposanto. Desde esas fechas entró en rápido deterioro que se prolongó hasta hace muy poco, cuando finalmente y tras muchos aplazamientos se llevaron a cabo las labores de rehabilitación, trabajos que concluyeron en 2011 y que han permitido rehabilitar el edificio y salvarlo de caer en completa ruina.

La ermita es pequeña y austera, construida en mampostería con cubierta de tejas a dos aguas. A su lado se conservan las ruinas de algunos edificios relacionados con su época monacal. La puerta de acceso es adintelada pero pueden verse las dovelas de lo que debió ser su arco de medio punto original, con sendas ventanas cegadas a sus lados. No hay otros rastros de decoración, y en el hastial de la fachada sólo queda la base de la desaparecida espadaña.

El interior, desde ya antes de iniciarse la reforma, estaba vacío, desmantelado y lleno de escombros. Pueden verse los dos arcos que, arrancando desde pilastras embebidas en el muro, soportan la techumbre de madera. El primero de ellos es apuntado y el segundo de medio punto ligeramente rebajado; su diferente molduración hace pensar en dos diferentes fases constructivas.

También se conservan el púlpito con su escalera en el lado izquierdo, las tres pequeñas gradas que elevaban el presbiterio y vestigios del altar, así como el espacio que ocupaba un retablo de madera fechado en 1692, que en la actualidad se guarda en la iglesia parroquial.
Fuente: Crónicas del Palancia - ermitascomunidadvalenciana.com

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