Si lo único que lee últimamente son los subtítulos de las series o la pantalla del móvil, tome nota de estos consejos. El camino de la lectura y de las librerías le está esperando.
Fuente: Ana R. Carrasco - Zen Bienestar - Diaro El Mundo 18/12/2016
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El día toca a su fin: enciende la lámpara de la mesilla, coge un libro y se pierde durante unos minutos entre sus páginas mientras llega el sueño. Una escena otrora habitual que está siendo sustituida por "un capítulo más", sí, pero de su serie favorita, o por "un ratito más" en Instagram, Facebook, Twiter...
Según el último barómetro del CIS, al 42% de kis españoles no le gusta leer. Un dato desolador que mucho tiene que ver con la época esconlar en la que se nos obligaba a leer libros que no nos interesaban. Un error a ojos del escritór francés Daniel Pennac, quien comienza así su libro Como una novela: "El verbo leer no soporta el imperativo. Aversión que comparte con otros verbos: el verbo amar..., el vergo soñar..."
He aquí la premisa fundamental del autor para recuperar el hábito de la lectura: reivindique su derecho a no leer. "Estamos rodeados de personas totalmente respetables, a veces tituladas, e incluso eminentes (...) que no leen jamás". Ésta es la premisa para recuparar el hábito de lectura: hágalo sólo porque le apetece.
Ahora bien, aunque hay ciertas personas que muestran un interés innato por la lectura, lo cierto es que es un hábito que, en la mayoría de los casos, hay que entrenar. Si se ha dado cuenta de que lleva varios meses sin leer algo más que tuits y subtítulos de series y lo que quiere es volver a hacer hueco a la literatura en su día a día, tal vez el clásico Guerra y Paz de León Tolstoi con casi 1900 páginas, no sea la opción más recomendable, por mucho que antes de su sequía lectora se enfrentara sin mieda a obras así.
Sarah Manzano, editora de los blogs Escritores en acción y Papel en blanco, recomienda empezar por relatos, lecturas breves, muy habituales en el mundo anglosajón y que, poco a poco, son más populares en nuestro país. "Una buena opción son las antologías de cuentos: historias cortas en un solo volumen a las que recurrir siempre que se tenga un rato". La literatura es el trabajo y la afición de esta joven de Toledo afincada en Algecireas, que habitualmente lee "entre 15 y 20 libros al mes" (yo me leo unos 30-40 al año!!). Su primer consejo es de escoger un tema que nos interese: "empezar por nuestro género favorito y sólo cuando nos apetezca, comenzar con otros temas".
Un buen consejo es el de dejar de lado ese libro que, por lo que sea, se le ha hecho bola. "Hay 36.000 motivos para abandonar una novela antes del final: la sensación de ya leída, una historia que no nos engancha, nuestra desaprobación total a la tésis del autor, un aestino que nos pone los pelos de punta o, por el contrario, una ausencia de escritura queno es compensada por ninguna razón de seguir adelante... Inútil enumerar las 35.995 restantes" dice Pennac.
Un tema controvertido éste de abandonar un libro sin terminar. "Para mi antes era impensable", asegura la editora de Escritores en acción. "En cambio, ahora pienso en la cantidad de libros y de historias maravillosas que hay publicadas como para perder el tiempo con una que, por lo que sea, no me gusta. Más aún si lo que estamos intentando es reengancharnos a la lectura". El obcecarse en acabar una obra que no le está gustando provoca que la lectura sea lenta y tediosa. Por no hablar de esos días o semanas sin leer nada por la pereza que da volver a abrir ese libro que no le entusiasma en absoluto.
Yo soy de la opinión que hay que acabar los libros, por malos que sean. Creo que en mi periodo de lector, que ya se alarga varias décadas, he dejado sin terminar 3 o 4 libros, por peñazos infumables. ¡¡Y mira que me leo libros sesudos de Historia e intrahistoria!! Pero a veces, la lectura pesada recompensa con grandes conocimientos. Eso sí, coincido que ralentiza el ritmo lector y desmotiva el coger el libro.
Alfonso Tordesillas, Gonzalo Queipo y Francisco Llorca son tres compañeros de facultad y apasionados de la literatura que un buen día comenzaron a fantasear con la idea de crear la librería de sus sueños. "Ésa que tuviera todo aquello que nos gusta a nosotros. Con todo lo bueno y lo malo que eso supone". relata Tordesillas. El resultado es Tipos Infames, un local especializado en narrativa independiente situado en el número tres de la madrileña calle de San Joaquín. La librería se abrió en octubre de 2010 y, además de libros, obviamente, dispone de cafetería, enoteca y sala de exposiciones. "Un lugar donde puedas encontrar un buen libro y desperdiciar tu tiempo en el mejor sentido de la palabra", bromea su fundador. Para volver a la senda de la literatura, el librero recomienda tener más de un libro en la mesilla de noche. "Yo habitualmente tengo cuatro o cinco lecturas entre manos", asegura. Piénselo, no siempre se está de humor para un ensayo, hay días que apetece algo de ficción, un relato de aventuras o por qué no, una buena dosis de romanticismo. Tener varias opciones ofrece la posibilidad de no quedarse atascado en un libro que queremos terminar pero que ese día no se tienen ganas de abrir.
Lea cualquier cosa
El mundo literario adolece en ocasiones de cierto esnobismo y parece que sólo deben leerse las catalogadas como buenas novelas. "Para algunos no sólo estamos obligados a leer sino que, además, hay que leer sólo algunos títulos. Yo creo que ya el mero hecho de querer pasar un rato con un libro es maravilloso. Debemos dignificar la lectura sea la que sea. Hoy puede que te apetezca leer 50 sombras de Grey, qué más da, lo que importante es disfrutar de la literatura, el siguiente libro puede que sea de los buenos".
De la misma opinión es Pennac, quien asegura que existen "buenas y malas novelas" y que además, es más habitual encontrarse con las segundas. "Y, caramba, tengo la sensación de haberlo pasado formidáblemente bien cuando me tocó una de ellas. Tuve mucha suerte: nadie se burló de mí, ni pusieron los ojos en blanco, ni me trataron de cretino. Se limitaron a colocar a mi paso algunas buenas novelas cuidándose muy bien de prohibirme las demás".
¿Cuáles son los principales enemigos de la lectura hoy en día? Hay quien apunta al extendido gusto por las series de televisión. "La literatura, como todo aquello que conlleva cierta reflexión y concentración, siempre cuesta más que, por ejemplo, ver una película o una serie de televisión o escuchar un disco. Sin embargo, no creo que sean el enemigo. Una serie, una película, un disco y un libro se complementan. Todo es cultura" reflexiona el fundador de Tipos Infames. Sarah Manzano sí cree que las redes sociales le han robado cierto protagonismo a los libros. "Yo misma me he pasado horas viendo vídeos de gatitos en Facebook. No quiero decir que las redes sociales sean malas, pero es fácil entrar en ellas y cuando te quieres dar cuenta han pasado ya 20 minutos" ¡¡Coincido con ambas opiniones!!
Envolver la lectura
La infancia y la adolescencia son etapas cruciales para fomentar el gusto por la lectura. es importante leer a los bebés desde el nacimiento "igual que se les lleva a la piscina o se les pone música para estimularles", afirma Laura Chamorro, profesora de Lengua y Literatura del Colegio Ntra Sra del Pilar de Soria. Para evitar esa sensación de deberes u obligación que muchos adultos relacionan con la lectura, Chamorro propone "envolver la lectura: en el colegio no les obligamos a leer La Celestina, El Lazarillo...Yo tengo un montón de libros de los que hablo habitualmente en clase y muchos alumnos acaban picándose y pidiéndomelos prestados. Este año tenían que hacer un video sobre uno de los cuentos de El Conde Lucanor, pues bien, tuvieron que leer varios y lo hicieron voluntariamente."
Los padres son cada vez más conscientes de que inculcar el gusto por la literatura no es sólo cosa del colegio: es importante no castigar a los niños con leer, más bien disfrutar de una historia debe ser un premio, por lo que se debe proporcionar a los menores un rinconcito cómodo en el que puedan leer y guardar sus libros favoritos. Muy importante es predicar con el ejemplo, los niños actúan en muchas ocasiones por imitación, y si ven que sus padres dedican parte de su tiempo a la lectura, lo asumirán como algo divertido. "Dentro del plan de lectura del colegio hacemos que los chicos de la ESO lean a los más pequeños", explica la profesora. "De esta manera, los mayores descubren nuevos libros, mejoran su pronunciación y la expresión oral, mientras que los de infantil, además de disfrutar con las historias, ven a los niños mayores leyendo y piensan: puesto no debe ser tan malo".
Si tras estas líneas sigue siendo de ese 36% de españoles que no toca libros nunca o casi nunca no pasa nada. Si hay algo que queremos transmitir es que la lectura no es una oblicación, pero tal vez quiera darle otra oportunidad tras echarle un vistazo a esta reflexión del librero Tordesillas "Puede que cambie el formato, pero la lectura no se exigirá nunca. Leer genera una sensación que es muy difícil conseguir con cualquier otra actividad".
Quién sabe, puede ser su propósito de Año Nuevo. Volver a Leer
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