La pequeña localidad del Alto Palancia pone en marcha un recurso pionero en la comarca con el objetivo de aprovechar su excepcional orografía
Pina de Montalgrao activa su observatorio astrofísico de la mano de Cosmofísica y la Diputación de Castellón, logrando que pese a ser un pueblo pequeño, sus vecinos y visitante se lo pasen en grande. Y es que con poco más de un centenar de habitantes, esta localidad de la parte alta de la comarca del Alto Palancia, este fin de semana han procedido a inaugurar por todo lo grande su observatorio astrofísico.
La clave de este hito es la orografía excepcional que poseen, lo que les animó a solicitar la instalación en la cumbre del monte Calvario, de un observatorio para la observación del firmamento. Y para la jornada inicial, se preparó el pasado 13 de junio, una charla en el salón sociocultural y una posterior observación que no fue todo lo buena que deseaban -puesto que había un fondo muy nuboso que amenazaba incluso lluvia- pero que sirvió para dar el pistoletazo de salida a este proyecto que por fin ve la luz.
El observatorio, situado a poco más de medio kilómetro de la población, es una iniciativa que ha sido posible gracias a la implicación del consistorio, la financiación de la Diputación Provincial de Castellón y el empeño y compromiso de la Escuela de Ciencias Cosmofísica. Ellos serán quienes ayudarán a los pinochos a saber un poco más del techo cargado de estrellas que Pina de Montalgrao posee, ya que la localidad está exenta de la carga de contaminación lumínica que sí sufren otros puntos del territorio y que, unido a los 1.100 metros sobre el nivel del mar en el que se encuentra el municipio, les convierte en un lugar excepcional para visionar la cúpula celestial.
La expectación que ha suscitado la inauguración del observatorio fue muy buena, y a partir de ahora se irá informando puntualmente de las próximas actividades para poder realizar estas observaciones telescópicas de la mano de Cosmofísica, que supondrán una buena oportunidad para de paso conocer un municipio no exento de recursos significativos.
Fuente: El Mundo
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