El Ayuntamiento de Jérica recupera los impactos de metralla de la Guerra Civil de la fachada del antiguo colegio de Novaliches
Exterior de la antigua escuela de Novaliches, actual consultorio médico |
De hecho, durante el transcurso de las obras se llegaron a cubrir
por error las huellas de los impactos de la fachada exterior. El Concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Jérica, Jesús
Monleón, ha manifestado que “aunque en el proyecto no ponía nada al respecto, por desconocimiento procedió a taparlas pensando que eran desconchados
normales en el lucido”.
IMAGENES.
Aspecto actual de la fachada tras las obras de mejora, en la que pueden
observarse en perfecto estado los impactos de metralla de los
proyectiles. Desde la histórica fachada parte
el sendero circular que recorre la línea Muela-Aceitenebro. (A.M.Tenas).
Al conocer lo sucedido la Asociación para la Recuperación de
la Memoria Histórica del Alto Palancia (AMHAP), solicitó al Ayuntamiento de
Jérica que se restituyera el estado en que se encontraba la fachada, tal y como quedó tras la
paralización de la ofensiva rebelde sobre Valencia.
Desde el Ayuntamiento se ha mostrado un gran interés por devolver la fachada a su
estado anterior, lo que pone de manifiesto la creciente revalorización
que está experimentando el patrimonio de la Guerra Civil española en la mayoría
de las poblaciones de la comarca del Alto Palancia.
La fachada del consultorio es un legado histórico de un
excepcional valor patrimonial, una de las pocas edificaciones en la comarca que
conservan impactos de metralla de la Batalla de Levante.
Investigaciones llevadas a cabo por la AMHAP desde 2008 pusieron de manifiesto que la población de Novaliches, desde mediados de julio de 1938, se convertiría en una
posición gubernamental defensiva crucial. Las casas quedarían a escasos metros de la línea de contacto del frente de guerra, una
vez que las tropas del general italiano Mario Berti, jefe del C.T.V. (Cuerpo de
Tropas Voluntarias) italiano, ocuparan Benafer y Caudiel con las unidades
“Littorio”, “Flechas Negras” y la 5ª Division de Navarra, superando así la línea
defensiva X-Y-Z republicana y rompiendo la defensa gubernamental por Jérica en dirección a Segorbe, con
la intención de proseguir su avance por la carretera general hacia Sagunto así como alcanzar
las principales poblaciones del Camp de Turia superando las alturas de la
Sierra del Toro y de la Sierra Calderona.
Detalle de una figura conservada en el interior de un nido de ametralladora |
La misión de construcción de la línea Muela-Aceitenebro sería
encomendada a las Brigadas 211, 222 y 87 de la 40 División republicana,
perteneciente al XVII Cuerpo de Ejército del teniente coronel Carlos García
Vallejo, que tuvieron que levantar de la nada toda una nueva línea defensiva
que taponara la brecha que los rebeldes habían abierto en la línea X-Y-Z, entre
las sierras de Espadán y Calderona.
De esta forma, se constituiría toda una
compleja red de fortificaciones que, desde las alturas de Aceitenebro (al
noroeste de Gaibiel) hasta la imponente Muela (en Jérica), impedirían el avance
de los generales rebeldes, defendiendo la ciudad de Valencia hasta el final de
la guerra.
Texto e imágenes: Antonio M. Tenas
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