Un libro que habla de grandes mujeres que han pasado desapercibidas, y que dedica dos capítulos a dos personajes femeninos de gran relevancia en las tierras palantinas: Teresa Gil de Vidaurre y la reina María de Luna
Editorial: La Esfera de los Libros Autor: María Jesús Fuentes ISBN: 84-9734-237-2 Publicación: Madrid, 2003. Páginas: 472 Medidas: 19 x 12 cm. Precio Aprox: 10 € |
En ocasiones, se encuentra uno con libros que además de disfrutar de su lectura, le aportan conocimientos históricos generales y le acercan a personajes de los que la Historia a veces apenas nos dice nada.
Este trabajo de María Jesús Fuente es uno de ellos, pues nos acerca a esas grandes mujeres, que por estar a la sombra del rey, apenas aparecen en la historia. Pero también nos cuenta nuevos datos sobre otras que sí son más conocidas, y que por su relevancia, son más conocidas.
Este es el caso de las dos mujeres que guardan relación con las tierras Palantinas, como son Teresa Gil de Vidaurre -esposa de Jaime I y Señora del Señorío de Jérica-; y María de Luna -Condesa de Luna, Señora de Segorbe y más tarde, Reina de la Corona de Aragón-.
Desde aquí hago esta reseña, para que los amantes de la Historia, de las grandes mujeres, y de estas dos en particular, puedan aprender un poco más sobre ellas.
Resumen:
Ser bella, de buen linaje, de buenas costumbres y buena salud, eran las cualidades esenciales de una reina medieval, tal como apuntaban Las Partidas del rey Alfonso X, el Sabio (1252-1284). Esas condiciones no siempre se cumplían, pues, aparte del buen linaje, las otras cualidades eran difíciles de conocer a la temprana edad a la que las princesas se convertían en esposas de reyes.
El papel de la reina se reducía a ser madre de los hijos del rey y asegurarle un heredero legítimo. Algunas de ellas no se limitaron a eso: Urraca de León y Castilla fue una reina poderosa, que accedió al trono al morir su padre sin heredero varón, a pesar de haber tenido siete mujeres. María de Molina fue regente de esos reinos al morir su marido y tener un hijo menor de edad, y pasados unos años al morir este hijo y dejarle un nieto muy pequeño. Juana Enríquez defendió los intereses de su hijo Fernando el Católico, y por ello ejerció el poder como lugarteniente general de los reinos de la Corona de Aragón, cuando su esposo se ausentaba, y en Cataluña, de forma permanente. No hace falta acudir a ejemplos extranjeros, como el tradicional de Leonor de Aquitania, para exponer el poder que en la Edad Media ejercieron las mujeres de la realeza, bien por ellas mismas, o bien como representantes o defensoras de algunos miembros de la familia.
No solo fueron las esposas, sino otras mujeres del rey, madres, hermanas o concubinas, las que jugaron en ocasiones papeles importantes. Todas ellas se consideran en esta obra, que contempla no solo el papel de las reinas, sino en cierto modo el de las mujeres de aquel tiempo, de las que en buena medida son espejo.
Ser bella, de buen linaje, de buenas costumbres y buena salud, eran las cualidades esenciales de una reina medieval, tal como apuntaban Las Partidas del rey Alfonso X, el Sabio (1252-1284). Esas condiciones no siempre se cumplían, pues, aparte del buen linaje, las otras cualidades eran difíciles de conocer a la temprana edad a la que las princesas se convertían en esposas de reyes.
El papel de la reina se reducía a ser madre de los hijos del rey y asegurarle un heredero legítimo. Algunas de ellas no se limitaron a eso: Urraca de León y Castilla fue una reina poderosa, que accedió al trono al morir su padre sin heredero varón, a pesar de haber tenido siete mujeres. María de Molina fue regente de esos reinos al morir su marido y tener un hijo menor de edad, y pasados unos años al morir este hijo y dejarle un nieto muy pequeño. Juana Enríquez defendió los intereses de su hijo Fernando el Católico, y por ello ejerció el poder como lugarteniente general de los reinos de la Corona de Aragón, cuando su esposo se ausentaba, y en Cataluña, de forma permanente. No hace falta acudir a ejemplos extranjeros, como el tradicional de Leonor de Aquitania, para exponer el poder que en la Edad Media ejercieron las mujeres de la realeza, bien por ellas mismas, o bien como representantes o defensoras de algunos miembros de la familia.
No solo fueron las esposas, sino otras mujeres del rey, madres, hermanas o concubinas, las que jugaron en ocasiones papeles importantes. Todas ellas se consideran en esta obra, que contempla no solo el papel de las reinas, sino en cierto modo el de las mujeres de aquel tiempo, de las que en buena medida son espejo.
En este libro, María Jesús Fuente explica que la Edad Media fue
una etapa que presenta un interés especial, porque fue entonces cuando
'la reina era un espejo de la sociedad de su época, espejo en el que se
miraban las mujeres de su tiempo, y espejo que reflejaba el mundo que la
rodeaba'. En definitiva, una visión amable y bien documentada del papel de
la mujer en nuestra historia medieval.
Índice:
Introducción: Reinas y mujeres
· Baddo: Iglesia y matrimonio en el reino visigodo
· Egilo: la reina como "bisagra"
· Ermesinda: "matriarca" del reino astur
· Andregoto Galíndez: condesa de Aragón y reina de Navarra
· Doña Sancha: hija, hermana, novia, esposa y madre de reyes
· Almodis de la Marca: una melusina de Cataluña
· Doña Urraca y doña Elvira: las infantas
· Urraca: el poder de la reina en el siglo XII
· Petronila: la creación de la Corona de Aragón
· Berenguela: la reina madre
· Teresa Gil de Vidaurre: el matrimonio morganático
En el capítulo dedicado a la que fué Señora de Jérica, nos habla de los amores de Jaime I, la relación que mantuvo con ella, y lo que sufrió esta mujer para lograr que se reconociese su unión con el monarca aragonés, pese a que no llegó a celebrarse una boda propiamente dicha.
En el capítulo dedicado a la que fué Señora de Jérica, nos habla de los amores de Jaime I, la relación que mantuvo con ella, y lo que sufrió esta mujer para lograr que se reconociese su unión con el monarca aragonés, pese a que no llegó a celebrarse una boda propiamente dicha.
· María de Molina: esposa, madre y abuela regente
· Leonor de Guzmán: el amor de un rey
· María de Luna: una reina humanista
El capítulo recoge de una manera breve la situación política del momento previo a la regencia de la que fue Señora de Segorbe, y cómo supo desenvolverse María de Luna para conseguir la corona de los reinos de Aragón, Valencia y Cataluña para su marido, luchando contra los otros pretendientes al trono, así como supo destacar en su papel de Lugarteniente de la Corona de Aragón durante la ausencia, y luego también en la regencia de Martín I.
También comenta los distintos asuntos en los que María de Luna puso su atención e intentó resolver, con peor más que mejor suerte, y el gran impulso que dió a la cultura de la época. En definitiva, un perfil bastante completo de una gran reina.
El capítulo recoge de una manera breve la situación política del momento previo a la regencia de la que fue Señora de Segorbe, y cómo supo desenvolverse María de Luna para conseguir la corona de los reinos de Aragón, Valencia y Cataluña para su marido, luchando contra los otros pretendientes al trono, así como supo destacar en su papel de Lugarteniente de la Corona de Aragón durante la ausencia, y luego también en la regencia de Martín I.
También comenta los distintos asuntos en los que María de Luna puso su atención e intentó resolver, con peor más que mejor suerte, y el gran impulso que dió a la cultura de la época. En definitiva, un perfil bastante completo de una gran reina.
· María de Castilla: lugarteniente modelo y despreciada mujer
· Juana de Portugal: una reina frívola
· Juana Enríquez: lugarteniente general de Aragón
· Conclusión. Mujeres que fueron reinas
· Notas
· Índice onomástico.
LA AUTORA
María Jesús Fuente es profesora de Historia Medieval de la Universidad
Carlos III de Madrid. Doctora en Historia por la Universidad Complutense
y Máster de Educación por la Universidad de Harvard, ha compaginado
docencia e investigación. Interesada en las ciudades de la Edad Media,
accedió al universo femenino al examinar el papel de las mujeres en la
sociedad urbana medieval: «Mujer, trabajo y familia en las ciudades
castellanas de la Baja Edad Media» y «Trabajo y género. La mujer en la
producción económica urbana bajomedieval» iniciaron una serie de
estudios que continuó en otros ensayos, como el recientemente publicado,
«La deconstrucción de Dulcinea. Bases medievales de los modelos
femeninos en el Quijote» y en dos libros: "Las mujeres en la Antigüedad y
la Edad Media" y "Reinas medievales en los reinos hispánicos", este
último publicado con gran éxito por La Esfera de los Libros, pues el libro que presentamos es la 3ª Edición.
Un buen libro para pasearse por la vida de estas importantes mujeres de la Edad Media, hace tiempo que lo lei y lo tengo como una de mis fuentes. Algún día hablaré de las mujeres de Jaime I y tocaré a Teresa Gil.
ResponderEliminarFeliz año nuevo: paz, salud y amor.
Ese día lo esperaremos con ganas.
ResponderEliminarÁnimo Magnolia, y te deseo lo mejor para el año que en breve empezamos.
Es un poco informativo, cansa leerlo si no tienes una base muy fuerte en historia, os invito a probarlo.
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