Hace unos tres años, desde el periodico EL ECONOMICO, denunciaba el abandono en el que se encontraban la torre y el baluarte ubicados en el Grau Vell; en verdad, no se esperaba que se hiciera mucho caso, más bien, poco o ninguno, como, en efecto, así ha sido; aunque seguro que hay otros interesados en estas cuestiones, con más autoridad en la materia que el citado periódico.
Pero dado el abandono en que se encuentra el dicho monumento histórico
, continúa su progresivo deterioro, como puede apreciarse visiblemente por las fotos que ilustran este información, sin que a nuestras autoridades municipales, hasta donde sabemos, hagan los esfuerzos suficientes por preservar este bien histórico y cultural. Sea como fuere, en la práctica no se han puesto los mínimos medios adecuados, ni tan siquiera para, al menos, eliminar el pino que ha crecido en la plataforma superior del baluarte, que está levantando las grandes piedras de sillar utilizadas en su construcción.
, continúa su progresivo deterioro, como puede apreciarse visiblemente por las fotos que ilustran este información, sin que a nuestras autoridades municipales, hasta donde sabemos, hagan los esfuerzos suficientes por preservar este bien histórico y cultural. Sea como fuere, en la práctica no se han puesto los mínimos medios adecuados, ni tan siquiera para, al menos, eliminar el pino que ha crecido en la plataforma superior del baluarte, que está levantando las grandes piedras de sillar utilizadas en su construcción.
Obviamente, que no es sólo esta parte del monumento, sino que también la torre está afectada de forma importante, con la aparición de nuevas grietas en su estructura y por el desprendimiento de materiales, como nos hizo observar uno de los vecinos que viven allá, con el consiguiente peligro para las personas que habitan en sus inmediaciones y para los posibles habitantes que se acercan al lugar; sin olvidar que también para los escolares de alguno de los centros docentes de nuestra ciudad, que han realizado en ese entorno actividades lúdica y culturales. 
A esta lamentable situación de abandono «tercermundista» se añade el espacio arqueológico, de la época romana, acotado unos metros más allá, cubierto totalmente por la maleza, borrados los caracteres del cartel que informan sobre el mismo, etc., así como el área de las viejas baterías de la costa, de la época de nuestra Guerra Civil, rodeadas de un auténtico estercolero, etc.; con un camino bimilenario hecho un pedregal, modificado por un muro y una valla, con riesgo de que alguna empresa interesada en el asunto ponga una puerta de hierro, en el lugar que ya está convenientemente preparado, y cierre el camino a cualquier persona que desee recorrerlo.
FUENTE: Joaquín Garcia Casares - El Economico
