El lavadero de la Mirla de Soneja, la iglesia y campanario de Teresa y la Villa Romana de Viver aprovechan el verano para mejorar su aspecto.
El proyecto pretende dar solución a uno de los mayores problemas que aquejan al lavadero, afectado seriamente por la carcoma en la estructura de madera que soporta el tejado. Por este motivo, la cubierta será sustituido totalmente por una nueva conservando la estética tradicional del lavadero.
Los trabajos disponen de un plazo de ejecución de dos meses y están subvencionados por la Generalitat Valenciana.
En la misma línea, la de mejorar el patrimonio local, aunque sea para dar servicio al ciudadano, está Teresa, que está en fase de restarurar el templo de la localidad
El deterioro que sufre la torre campanario y la Iglesia parroquial de Teresa parece tener los días contados, ya que actualmente se trabaja en la reparación de goteras, grietas, desconchones y repintando de la misma. Y todo gracias al convenio de colaboración suscrito el pasado año entre el Ayuntamiento de Teresa y el Obispado Segorbe-Castellón, después de que el ecónomo de la diócesis se desplazara a Teresa para conocer y valorar in situ la actuación.
Los trabajos, que se prolongaran hasta finales de verano, han obligado a trasladar la celebración de los oficios religiosos a la casa de la cultura o antigua oficina de Correos.
Y a caballo entre ambas necesidades está Viver, que está volviendo a poner en valor un recurso que no termina de explotarse como recurso pese a su potencial, debido a que no está del todo estudiado. Se trata del yacimiento arqueológico de “El Prado” fue descubierto, y parcialmente excavado, en 2.007, durante el seguimiento arqueológico de la instalación de la línea eléctrica de evacuación del parque eólico de la zona 6 del Plan Eólico Valenciano. Desde ese momento se ha convertido en una prioridad del Ayuntamiento de Viver que busca su difusión puesta en valor.
El pasado 23 de junio comenzó la sexta campaña de excavaciones arqueológicas promovida y llevada a cabo en la Villa Romana del Padro, de Viver, por el Instituto Valenciano de la Juventud (IVAJ) en colaboración con el Ayuntamiento de Viver, y en donde trabajan 23 jóvenes de entre 15 y 17 años de edad.
Los trabajos, dirigidos por el arqueólogo municipal Manuel Molina Garel, tendrá dos fases: una primera con menores que durará dos semanas y una segunda, con otros 12 participantes con edades comprendidas entre los 18 y 30 años, que continuarán las excavaciones durante otras dos semanas más.
Con esta nueva campaña, se ampliará la superficie excavada y se conocerá mejor su historia y su desarrollo
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