Un circuito ferroviario y un audiovisual servirán para recrear el traslado de las vagonetas desde las naves hasta el horno
CIFRAS
Grupos de turistas y visitantes serán los que realicen, a partir de este otoño, el mismo itinerario en vertical para conocer los secretos de la última torre industrial que queda en pie y disfrutar de un mirador que los obreros de fábrica contemplaban desde su particular oficina, entre colada y colada de hierro. Será el primer monumento de estas características visitable de España y el segundo de Europa, después del de Alemania.
Los 65 metros de este gigantesca mole de metal se convertirán en un paseo turístico diferente y ascendente que arrancará en su base con un audiovisual tras un circuito ferroviario que recreará los traslados de las antiguas vagonetas, en una locomotora a vapor, desde las naves hasta el Alto Horno.
La rehabilitación de este emblema industrial de la ciudad, que comenzó a echar humo en 1926 cuando produjo su primera colada de hierro, está a punto de terminar tras una década de obras intermitentes y 1.200.000 euros de inversión.
Se trata de una apuesta para la divulgación del patrimonio industrial única que se convertirá, según recalcó ayer el alcalde de Sagunto, Alfredo Castelló, en un «atractivo turístico de primer orden. Sólo estar aquí arriba ya es una impresión importante. Ver el Alto Horno desde abajo es fantástico pero subir y que te vayan explicando cómo funcionaba este horno en sus tiempos, es para nosotros doblemente bonito».
El Alto Horno número 2 ya está incluido en la primera fase del Catálogo Municipal de Bienes y Espacios Protegidos, realizado a través del Plan de Dinamización del Producto Turístico de Sagunto, que destinó a la rehabilitación un total de 400.000 euros.
A partir de verano
El Ayuntamiento otorgó los 800.000 restantes para cerrar un proyecto «que arrancó hace diez años, durante el gobierno del tripartito quedó paralizado, y ahora ha tenido el respaldo que necesitaba para convertirse en realidad», según apuntó la concejala Leonor Murciano.
Y el proyecto se materializará este verano cuando concluyan los trabajos de rescate del monumento. Su montaje comenzó en 1922 y terminó en 1926. Fue objeto de varias reconstrucciones hasta que en 1961 fue parcialmente derruido. Se reconstruyó en 1963 y volvió a entrar en funcionamiento dos años después hasta que su actividad se apagó, definitivamente, en 1984 con el cierre de la factoría.
Ahora se volverá a levantar «un plano inclinado con una plataforma de subida que ascenderá a 45 metros de altura, debajo del primer puente grúa, que era donde se descargaba el mineral en la entrada del horno. La única diferencia es que antes existían dos ascensores, uno de subida y otro de bajada y ahora funcionará uno. Podrán subir grupos de un máximo de diez personas por motivos de seguridad», apuntó el presidente de la Fundación para la Protección del Patrimonio, Juan Vicente Beltrán.
Junto a la boca del horno los visitantes conocerán cómo se fundía el metal que llegaba desde la mina de Ojos Negros (Teruel) hasta esta fuente de producción que compartió producción junto a otros dos hornos actualmente desaparecidos. Este recorrido se completará con el futuro Museo Industrial que se instalará en la antigua nave de efectos y repuestos, también en rehabilitación.
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