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viernes, 3 de abril de 2015

NOVALICHES RECUPERA LAS HUELLAS DE LA BATALLA DE LEVANTE

El Ayuntamiento de Jérica recupera los impactos de metralla de la Guerra Civil de la fachada del antiguo colegio de Novaliches

Exterior de la antigua escuela de Novaliches, actual consultorio médico
El Ayuntamiento de Jérica ha recuperado las marcas que dejaron los impactos de la metralla de proyectiles de mortero o artillería durante los últimos días de la Batalla de Levante, en la pared del actual consultorio médico de Novaliches.

La puesta en valor de los impactos ha venido precedida de unas obras de adecuación y mejora del antiguo colegio, que han consistido en la renovación de la instalación eléctrica, rampa para personas con discapacidad, adecuación de falsos techos y el cambio del alicatado.

De hecho, durante el transcurso de las obras se llegaron a cubrir por error las huellas de los impactos de la fachada exterior. El Concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Jérica, Jesús Monleón, ha manifestado que “aunque en el proyecto no ponía nada al respecto, por desconocimiento procedió a taparlas pensando que eran desconchados normales en el lucido”.

Desde el Ayuntamiento, continua Monleón, “cuando se tuvo conocimiento se dio aviso para que se devolviera la fachada a su estado inicial, además se ha dado una capa de pintura que mejora el aspecto de la fachada”.










IMAGENES. Aspecto actual de la fachada tras las obras de mejora, en la que pueden observarse en perfecto estado los impactos de metralla de los proyectiles. Desde la histórica fachada parte el sendero circular que recorre la línea Muela-Aceitenebro. (A.M.Tenas).

Al conocer lo sucedido la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica del Alto Palancia (AMHAP), solicitó al Ayuntamiento de Jérica que se restituyera el estado en que se encontraba la fachada, tal y como quedó tras la paralización de la ofensiva rebelde sobre Valencia.

Desde el Ayuntamiento se ha mostrado un gran interés por devolver la fachada a su estado anterior, lo que pone de manifiesto la creciente revalorización que está experimentando el patrimonio de la Guerra Civil española en la mayoría de las poblaciones de la comarca del Alto Palancia.

La fachada del consultorio es un legado histórico de un excepcional valor patrimonial, una de las pocas edificaciones en la comarca que conservan impactos de metralla de la Batalla de Levante.

Investigaciones llevadas a cabo por la AMHAP desde 2008 pusieron de manifiesto que la población de Novaliches, desde mediados de julio de 1938, se convertiría en una posición gubernamental defensiva crucial. Las casas quedarían a escasos metros de la línea de contacto del frente de guerra, una vez que las tropas del general italiano Mario Berti, jefe del C.T.V. (Cuerpo de Tropas Voluntarias) italiano, ocuparan Benafer y Caudiel con las unidades “Littorio”, “Flechas Negras” y la 5ª Division de Navarra, superando así la línea defensiva X-Y-Z republicana y rompiendo la defensa gubernamental por Jérica en dirección a Segorbe, con la intención de proseguir su avance por la carretera general hacia Sagunto así como alcanzar las principales poblaciones del Camp de Turia superando las alturas de la Sierra del Toro y de la Sierra Calderona.

Detalle de una figura conservada en el interior de un nido de ametralladora
La orden de trazar esta segunda línea se daría paradójicamente la madrugada del día 23 al 24 de julio de 1938, víspera del inicio de la Batalla del Ebro, maniobra republicana con la que el Jefe del Estado Mayor del Gobierno de la República, el general Vicente Rojo, pretendía distraer de nuevo unidades rebeldes hacia este otro teatro de operaciones, logrando así paralizar la ofensiva de los generales sublevados sobre Valencia y poniendo fin a la Batalla de Levante.

La misión de construcción de la línea Muela-Aceitenebro sería encomendada a las Brigadas 211, 222 y 87 de la 40 División republicana, perteneciente al XVII Cuerpo de Ejército del teniente coronel Carlos García Vallejo, que tuvieron que levantar de la nada toda una nueva línea defensiva que taponara la brecha que los rebeldes habían abierto en la línea X-Y-Z, entre las sierras de Espadán y Calderona. De esta forma, se constituiría toda una compleja red de fortificaciones que, desde las alturas de Aceitenebro (al noroeste de Gaibiel) hasta la imponente Muela (en Jérica), impedirían el avance de los generales rebeldes, defendiendo la ciudad de Valencia hasta el final de la guerra.
Texto e imágenes: Antonio M. Tenas

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