Aprovechando los meses de frío, en que los árboles duermen, varios ayuntamiento y colectivos han llevado a cabo tareas de mantenimiento del patrimonio arbóreo de la comarca. Altura, talando los pinos que peligran y replantando nuevas especies; Chóvar, previniendo las plagas de la procesionaria; Bejís y Jérica, reforestando sus montes; y Castellnovo y Navajas, cuidando de sus olmos, los pocos urbanos que quedan en la comarca.
La brigada municipal del Ayuntamiento de Altura ha finalizado durante
estas pasadas semanas la tala de los ejemplares de pino calificados como
peligrosos en el estudio del arbolado de la glorieta y el camping
municipal que se realizó hace unos meses.
En dicho informe, el equipo técnico redactor informó al Ayuntamiento de la necesidad de retirar una serie de ejemplares que corrían peligro de caer, basándose en criterios técnicos como el peso y su distribución a lo largo del ejemplar, los síntomas de enfermedad o las posibles taras por motivos diversos.
El informe recoge, de igual modo, los lugares donde se deberán plantar otro tipo de árboles para que, en un futuro, podamos disfrutar de su sombra a lo largo de todo el parque.
Pese a haber eliminado los ejemplares marcados como peligrosos, el mismo informe recoge la necesidad de seguir estudiando una serie de ejemplares que, a medio plazo, seguramente deberán ser calificados como peligrosos y tendrán que ser retirados.
Mientras tanto, desde hace más de un año se inició el replantando de árboles cercanos a los mismos, para que cuando deban ser retirados por su riesgo ya haya un ejemplar con cierta edad cerca de los mismos. Ese replantado también se ha ido intensificando en estas semanas, plantado
de nuevo arbolado con unas dimensiones ya considerables, tratando así
de ir creando una nueva línea verde que sustituya poco a poco a los
ejemplares que sea necesario.
Entre este nuevo arbolado está el que se está plantando en el Camping Municipal, tras la eliminación de varios pinos. La plantación de estos nuevos
árboles contribuirá a mejorar el paisaje, la biodiversidad y la calidad
del aire en la zona, al mismo tiempo que proporciona un entorno más
agradable y seguro para los visitantes del Camping Municipal. Con
esta iniciativa, el municipio sigue apostando por la sostenibilidad y
la preservación de su entorno natural, comprometido con el bienestar de
la comunidad y la creación de espacios más verdes y saludables para
todos.


Otro
problema asociado a los pinos es el de la procesionaria. Por ello, en
Chóvar su ayuntamiento ya ha emitido una alerta sobre la presencia de la
oruga procesionaria en los parques y montes del municipio. Esta especie
se encuentra principalmente en los pinos, y su contacto puede provocar
irritaciones en la piel, alergias y problemas respiratorios tanto en
personas como en mascotas. Es importante que los vecinos tomen medidas
preventivas para evitar accidentes.
Las
autoridades locales recomiendan evitar tocar las orugas o sus nidos,
que suelen ser visibles en las ramas de los pinos. Asimismo, se aconseja
proteger a los niños y a los animales domésticos, ya que son los más
vulnerables a las consecuencias de su contacto. La oruga procesionaria
se desplaza en forma de procesión, lo que hace que su presencia sea
fácilmente identificable.
Si
algún vecino detecta la presencia de las orugas o sus nidos en áreas
cercanas, se les insta a avisar al Ayuntamiento para que se tomen las
medidas necesarias y se minimicen los riesgos. La colaboración de todos
es fundamental para garantizar la seguridad y el bienestar de la
comunidad durante esta temporada.
También se replantan árboles en Bejís, localidad que ha realizado unas jornadas con voluntarios para reforestar parte de los montes calcinados en 2022. En la primera jornada de reforestación realizada recientemente se plantaron casi
un centenar de árboles en una de las zonas más afectadas visualmente del
municipio. Los voluntarios plantaron ejemplares de diversas especies
como carrasca, almez, cornejo, madroño y sabina, los cuales fueron
acompañados de un sistema de riego para asegurar su crecimiento. La
actividad contó con la participación inicial de una veintena de
personas, que fueron el punto de partida de un proyecto con un fuerte
componente comunitario.

Durante el segundo día,
el número de voluntarios se incrementó a 40, lo que permitió ampliar el
alcance de la jornada. Los organizadores expresaron su satisfacción con
la respuesta de la comunidad y agradecieron el esfuerzo de los
participantes, destacando que el fin de semana en Bejís fue una
experiencia fantástica. La reforestación se llevó a cabo en el paraje de
San Cristóbal, un lugar que se está transformando gracias al compromiso
de los vecinos y los voluntarios.
A pesar de
los logros obtenidos, los organizadores de Oriwa, reconocen que aún
queda trabajo por hacer. En los próximos días, se llevará a cabo el
cuidado de los árboles plantados, la reparación de la senda y la
señalización de los lugares de interés para asegurar que el proyecto
siga avanzando. Además, en próximas fechas, las jornadas de
reforestación se expandirán a otras localidades cercanas como Torás y
Sacañet, continuando con el esfuerzo por recuperar y preservar el
entorno natural de la región.
Esta misma plataforma estuvo el 18 de febrero trabajando con los alumnos del Centro Ocupacional Alto Palancia de Segorbe, realizando un taller de bombas de semillas con el compromiso de recuperar el territorio afectado por el incendio de 2022 que afectó a poblaciones de la zona.

Con arcilla del terreno, materia orgánica y semillas de plantas autóctonas realizaron miles de bolas que lanzarán en primavera en las zonas afectadas. De esta forma, las personas usuarias y profesionales del Centro Ocupacional han querido participar en una actividad tan importante para la recuperación de las zonas vecinas gravemente afectadas.
Todos estos cuidados coinciden con la celebración del Día del Árbol, el pasado viernes 28 de febrero celebró el Aulario de Jérica, en
colaboración con el Ayuntamiento de la localidad, como actividad que promovió la concienciación ambiental entre
los más jóvenes. La jornada consistió en la plantación de árboles de
especies autóctonas, como carrascas, rebollos, arces y fresnos, entre
otras, en los parajes de la Vuelta de la Hoz y Trincheras de la
Vegatilla.
Cada niño y niña participante tuvo
la oportunidad de plantar un árbol, contribuyendo así al cuidado y la
conservación del entorno natural de la zona. La actividad contó con la
colaboración de la Sección Forestal del Servicio Provincial de Bomberos
de Castellón, la Brigada Municipal y personal del Emerge, quienes
proporcionaron su apoyo técnico y logístico, y mostraron la importancia de educar a
las futuras generaciones sobre el respeto al medio ambiente y el papel
crucial de los árboles en el ecosistema local. Con esta actividad, el
municipio refuerza su compromiso con la sostenibilidad y el bienestar de
la comunidad.
Por su parte, en Segorbe están realizando durante estos primeros meses del año el mantenimiento y poda de la totalidad de sus palmeras, que suman más de 300 en la ciudad. Estas labores se encuentran dentro del contrato del servicio de poda y de desbroce, mantenimiento y conservación de los árboles y vegetación de parques y espacios públicos de la ciudad.
El Consistorio comenzó esta actuación partiendo del palmeral del Manantial de La Esperanza, con 168 palmeras, y durante las últimas semanas se ha centrado en la poda de las palmeras municipales y va a proceder al mantenimiento de las especies vegetales de los parques de la Glorieta, la av. Constitución y el de calistenia.
Además de estas actuaciones, los trabajos de mantenimiento que se han estado efectuando contemplan las labores de desbroce en las zonas verdes de rotondas y taludes, suponiendo la eliminación de cualquier clase de vegetación espontánea y otros residuos depositados en la zona, además del correcto acabado del espacio tratado. Con ello se logra un resultado muy satisfactorio, que mejora el estado visual y general al pasear por cualquier zona de Segorbe.
Dejando de lado los pinos y palmeras, otros árboles muy estimados en los pueblos del Palancia son los olmos. Especialmente en Castellnovo y Navajas. En el primero, los hermanos Bernabé y José Moya ajustan sus tijeras de poda para realizar estas semanas atrás la revisión anual de estos árboles repartidos por el pueblo, plantados en 2016 para resistir a la grafiosis, el hongo que en 2012 arrebató al pueblo su olmo centenario.
Los ejemplares, ubicados en la Plaza del Olmo, la antigua escuela y el polideportivo, son supervivientes por diseño. Pertenecen a una variedad inmune al Ophiostoma novo-ulmi, el patógeno que secó sus raíces históricas. No obstante, necesitan de los cuidados que cada año, los hermanos Moya —referentes en arboricultura— les realizan, examinando ramas, cortezas y hojas. Buscan grietas por heladas, daños por viento o síntomas tempranos de la temida plaga.
El olmo de la plaza, testigo de fiestas y tertulias, encarna el símbolo municipal, junto al que crecieron generaciones de vecinos, y para que sigan teniendo uno -aunque no sea el de antaño-, habrá que velar por él y demostrar que cuidar un árbol no es solo cuestión de botánica. Es proteger la memoria colectiva.
Pero si hay un olmo emblemático en el Alto Palancia, es el de Navajas. Por desgracia, su avanzada edad y tamaño también requiere de cuidados constantes, y más ahora cuando se ha observado que se está doblando despacio con el peligro que esto supone para su existencia y para el vecindario.
Por este motivo, los técnicos lo han escaneado para evaluar la mejor manera de apuntalarlo y que continúe levantado y presidiendo la plaza del pueblo muchos años más. Son biólogos que aplican la última tecnología para salvar el ejemplar, estudiando las características de la madera y, así, poder aplicar la mejor solución, pues con esta evaluación se podrá saber por donde se está doblando más y ver cuáles son las posibilidades para mantenerlo en las mejores condiciones posibles.
El olmo tiene casi cuatro siglos de vida y diecisiete metros de altura, pero su interior está hueco y la pared de madera solo tiene tres centímetros, lo que le causa que se vaya doblando. Si la nueva colocación de puntales para sostenerlo funciona, no habrá que reducir la copa; una actuación de urgencia para asegurar este monumento natural y continuar disfrutando de él.
El olmo de Navajas es todo un símbolo para el pueblo: está ubicado en la plaza que le da nombre y es muy querido por el vecindario. Por eso, el objetivo es que el olmo más grande de la Comunidad Valenciana continúo haciendo sombra por muchos años.
Fuentes: EPDA - InfoPalancia - A Punt
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