La Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio ha mejorado las poblaciones amenazadas de anfibios, como el gallipato, en el Parque Natural de Sierra Calderona, gracias a los trabajos de conservación de fauna que se llevan a cabo a través del Centro Acuícola de El Palmar (CAEP).
El director general de Medio Natural y Animal, Raúl Mérida, ha destacado el trabajo del servicio de conservación de especies amenazadas de fauna y flora acuática de la Comunitat, que se enmarca en el Plan de Mejora de las poblaciones de anfibios del Parque Natural de la Sierra Calderona.
En concreto, el personal del Parque Natural de la Sierra Calderona ha llevado a cabo el inventario de puntos de agua de su territorio, para seleccionar los enclaves en los que liberar a los anfibios, que se crían en las instalaciones del CAEP.
Un total de 374 ejemplares de gallipato u "ofegabous" (Pleurodeles waltl) y más 40 sapos de espuelas (Pelobates cultripes) se han liberado durante los últimos tres años en Sierra Calderona.
También desde el
IES Alto Palancia se colabora con los técnicos del Parque Natural de la
Sierra Calderona para la reintroducción del gallipato en este parque
natural. La iniciativa llegó de la mano de Belén García, profesora de Gestión de
Pesca Continental, del ciclo de Grado Superior de Gestión Forestal y
del Medio Natural de este centro educativo ubicado en Segorbe.
Los profesores y alumnos del IES Alto Palancia están criando varios ejemplares de gallipato. Ahora mismo tienen unos 3 meses, nacieron en el otoño. Ahora son pequeños y la forma que tendrán cuando sean adultos serán totalmente diferente. Será para final de curso, en junio, cuando los alumnos de este centro acompañarán a los técnicos el Parque Natural para realizar las sueltas de los ejemplares en el medio acuático junto a Montse Ripoll, profesora del Departamento Agroforestal del IES Alto Palancia.
De este modo los alumnos del IES Palancia tendrán la oportunidad de ver todo el proceso de crecimiento y la fase de metamorfosis del anfibio.
Además, la Fundación Oceanogràfic ha colaborado en este proyecto con el marcado con chip de muchos de los ejemplares liberados para comprobar cómo se adaptan estos animales a su nuevo hábitat y documentar su crecimiento y longevidad.
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