Con ella se pretende buscar el reconocimiento y apoyo institucional a la cultura y habla churras desde las instituciones oficiales de la Comunidad Valenciana y Aragón. Este
manifiesto se produce cuando se cumplen 5 años de la página de facebook
"Lenguna Churra" en las redes sociales. Desde aquí, también queremos
darle nuestro apoyo y felicitarle la labor realizada en defensa de la
cultura churra.
Desde la página de Facebook
"Lengua Churra", se ha iniciado una nueva campaña de recogida de firmas a través de la plataforma "
Change.org", que van dirigidas a la Consellería de Cultura (C.V.) y al Departamento de Educación, Cultura y Deporte (Aragón), para buscar el
Reconocimiento y apoyo institucional a la cultura y habla churras
Con esta petición se reivindica la base valenciano-aragonesa del habla churra, la declaración como Bien de Interés Cultural por parte de las instituciones pertinentes y el inicio de unas líneas de actuación claras para su estudio, apoyo y recuperación en aquellas comarcas tanto de la Comunidad Valenciana como de Aragón en las que todavía tiene vigencia.
Se pretende, además, reivindicar la puesta en marcha de los mecanismos necesarios para la protección y ayuda a la cultura churra en nuestras comarcas.
Esta recogida de firmas es la primera parte de un proyecto mayor, que se presentará en las III Jornadas de las Hablas Churras que se celebrarán el 2, 4 y 5 de noviembre en la Universidad de València y en Villar del Arzobispo, auspiciadas por la Universidad de València y la Academia Valenciana de la Lengua, con la colaboración en la organización del Ayuntamiento de Villar del Arzobispo y la página de Facebook "Lengua Churra".
En dichas jornadas, el programa prevé la intervención de especialistas llegados de diversas universidades valencianas, catalanas y aragonesas. Entre otros expertos, estarán presentes
María Luisa Arnal, de la Universidad de Zaragoza;
Emili Casanova, de la Universidad de Valencia;
José Luís Doménech, de la Academia Valenciana de la Lengua; y
Vicente García Perales, de la Universidad Cardenal Herrera. También José Enrique Gargallo y
Maria Pilar Erea, de la Universidad de Barcelona.
El segundo proyecto va dirigido directamente a los ayuntamientos de las comarcas churras. Se trata de una campaña ya iniciada que consiste en promover la declaración de “Municipio churro” de estos pueblos. A los municipios que quieran adherirse a esta campaña de apoyo, se les manda, además del cartel de la campaña,
una petición para que si lo creen conveniente, rellenen una moción y la reenvíen como apoyo a la causa tras ser aprobada y debatida en el pleno de cada consistorio. De este modo se quiere conseguir una mayor implicación de todos y mayor fuerza a las pretensiones de este proyecto. La primera moción ya aprobada por un municipio churro, ha sido la del Ayuntamiento de Argelita (Alto Mijares).
Para sacar adelante este proyecto se necesita que todos y todas participeis para obtener el máximo apoyo institucional. No perdamos el tren. No dejemos que la cultura, las tradiciones y el habla de nuestros abuelos se pierda en el olvido.
Gracias a tod@s y no olvideis de compartir.
MANIFIESTO POR LA CULTURA CHURRA Y SU TERRITORIO
La cultura churra es patrimonio común nuestro, forma parte de la
identidad y dignidad de nosotros, de nuestras siete comarcas, tanto
valencianas como aragonesas; es un bien simbólico y un derecho; así como
un factor decisivo para el desarrollo integral y sostenible de nuestros
pueblos. La valorización de nuestra cultura es indispensable para que la tierra en que vivimos prospere económicamente.
Ese bien cultural tiene una importante dimensión pública y ciudadana.
Su desarrollo y puesta en valor deben ser una prioridad política, ya que
pueden ligarse a sectores como el turismo, la educación y el desarrollo
local, así como a conceptos tan sensibles y esenciales como el paisaje,
la memoria colectiva, el desarrollo personal o nuestra identidad.
La gestión prudente del territorio debe convertirse en el elemento
central de debate ciudadano. Un debate democrático en el que
participemos todos, especialmente aquellos que menos capacidad tienen
para hacer oír su voz. Es imprescindible que tomemos conciencia de que,
el mal uso o desgobierno acarrea grandes costes ambientales, económicos y
sociales. Sólo así aprovecharemos las grandes potencialidades de que
goza nuestro territorio. El buen gobierno de nuestros pueblos, es
responsabilidad de todos. Por ello debe convertirse en un tema político
de primer orden, entendiendo por político no únicamente la práctica
institucional o partidaria, sino también el compromiso del conjunto de
los ciudadanos. Cada una y cada uno de nosotros tenemos derecho a vivir
en un ámbito digno, sano y bello, herencia de nuestros antepasados, pero
también tenemos el deber de cuidarlo y de exigir que velen por él
quienes tienen la representación de la sociedad. En ese contexto debemos
de saludar con optimismo el incremento de las asociaciones y entidades
que pugnan por preservar determinados espacios. Pero debemos ser capaces
de dar a estos movimientos no sólo un carácter defensivo y “local”,
sino también propositivo y general, que haga prevalecer los valores de
la sostenibilidad ambiental, la gobernabilidad funcional y la
preservación de nuestra cultura.
La tierra churra debe ser entendida
como recurso, pero también como cultura, historia, memoria colectiva,
referente identitario, bien público, espacio de solidaridad y legado.
Debemos tener como primera preocupación encontrar la forma para que, en
cada pueblo, la colectividad pueda disfrutar de los recursos del
territorio y preservar sus valores para las generaciones presentes y
venideras. Nosotros mismos somos quienes vivimos aquí y los que
conocemos nuestra tierra, los que sabemos cómo preservarla y los que
tenemos conciencia de la realidad diaria.
Las actuaciones tales como urbanización, obras públicas, extracción de minerales, roturaciones, forestaciones, etc. tienen habitualmente consecuencias irreversibles. Por ello, deben realizarse con conciencia de dicha complejidad y evaluando previamente las múltiples repercusiones posibles. El valor ambiental y el potencial paisajístico de nuestras comarcas debemos preservarlo por encima de todo. Es parte de nuestra identidad y nuestra economía. Disponer de un entorno de calidad no sólo evita daños ambientales, sino que también confiere valor añadido a los servicios, en particular los turísticos, básicos para la economía churra. La gestión sostenible del territorio es ciertamente una obligación social y ambiental, exigible a nuestros gobernantes. Esta situación sólo será posible a través de una adecuada política de ordenación del territorio, que tienda a potenciar la repoblación y el antienvejecimiento de las comarcas churras y a fomentar nuestro desarrollo. Ese desarrollo económico y social tiene diferencias entre comarcas, pero por lo general, se caracteriza por un bajo nivel de infraestructuras, una actividad industrial y comercial más baja, y un sector primario en retroceso. A pesar de esto, la gran potencialidad que tenemos, bien encauzada, puede llevarnos, a medio plazo, a revitalizar nuestra preciosa tierra.
Las actividades agrícolas, ganaderas y forestales
contribuyen al mantenimiento de los ecosistemas naturales, que son la
base de la demanda turística, y se debe garantizar su viabilidad y
permanencia para asegurar el éxito de la oferta turística real.
Desgraciadamente, en los últimos 30 años, ha habido un grave incremento
tanto del número de incendios como de la superficie incendiada,
provocando importantes daños a nuestros bosques, en parte a la falta de
gestión y mantenimiento, en muchos casos, de nuestros montes.
Todos
tenemos una responsabilidad con nuestra cultura y nuestra tierra, la
tierra de nuestros padres y madres, de nuestros abuelos y abuelas.
Responsabilidad que implica participar activamente en defender lo
nuestro y en elegir a las personas más capaces para que nos representen.
Nuestra cultura es, en líneas generales, diferente a la dominante en
las comarcas que nos rodean. Debemos apoyarla, respetarla, potenciarla
para nosotros mismos y las generaciones futuras y exigir, con el máximo
respeto, ese reconocimiento cultural y lingüístico diferencial nuestro.
Debemos sentirnos orgullosos de nuestra cultura churra, de la manera tan
peculiar de hablar que nos ha mantenido viva esa identidad, de nuestros
montes, nuestro modo de vida y, sobre todo, de nosotros mismos.
EXPLANICÁ POR LA CULTURA CHURRA Y'EL TERRITORIO
La cultura churra es patremonio cumún nuestro, froma parte de la
edentidá y dinnidá de nusotros, de las siete rodalás nuestras, tanto
valencianas como aragonesas; es un bien simbolico y'un drecho; asina
como un lemento dicisivo pa la esporriná entegral y'aparable de los
lugares nuestros. La valorización de la cultura churra es indespensable
pa que la tierra'n la cuala vivimos esporrine colomicamente.
Ise
bien cultural tié una grandaria publica y ciudadana improtante. La
esporriná suya y ponía'n valor han de ser un acudidero pulitico, ya que
puén auni-se a setores como el torismo, la educación y la desembolicá
local, asina como a terminos tan sensibles y jundamentales como
l'anvista, la retentiva coletiva, la esporriná presonal u la edentidá
nuestra.
La espolzá prudente del territorio ha de converti-se n'el
lemento central del debate ciudadano. Un debate democratico n'el cualo
partecipemos tos, n'especial aquellos que menos capación tién por hacer
sintir la voz suya. Es imprescindible que prenemos concencia de que,
l'emplego malo u esgubierno carría grandes esabejeus ambientales,
colomicos y sociales. Namás asina engranaremos las potencialidades la
más de grandes de que goza'l territorio nuestro. El güen gubierno de los
monecipios nuestros, es risponsabilidá de tos. Puillo ha de
converti-se'n un tema pulitico d'ordin primer, antendiendo por pulitico
no nomás la platica estitucional u partidaria, sinós tamién el compromís
del conjunto los ciudadanos. Casguna y casguno de nusotros tenemos
drecho a vivir en un ambiente dinno, esporrinau y políu, hijuela de los
antempasaus nuestros, a fé que tamién tenemos el deber de cuidialo y de
desigir que vilen por él lus que tién la represientación de la sociedá.
N'ise contexto habemos de saludar con alcontentá l'aumento las
asociaciones y intidás que puldian por previnir siñalaus espacios. Pero
habemos de tener capación por dar a istos movimientos no namás un
carater esfensivo y “local”, sinós tamién propositivo y cheneral, c'haga
prevalecer las valores de l'aparabilidá ambiental, la gubernabilidad
fuincional y la preservación de la cultura nuestra.
La tierra churra
ha de ser compriendía como jarcia, pero tamién como cultura, estoria,
retentiva coletiva, referiente edentitario, bien publico, espacio de
solidaridá y dijau. Habemos de tener como amuinamiento primer alcuentrar
la froma pa que, en cada lugar, la coletividá pua esfrutar de las
jarcias del territorio y preservar las valores suyas pa las
cheneraciones presientes y'esvenideras. Nusotros mesmos semos lus cualos
vivimos aquí y lus que tenemos conocencia de la tierra nuestra, lus que
sabemos cómo preserva-la y lus que tenemos concencia de la ralidá
diaria.
Las atuaciones tar como urbanización, obras publicas,
estrayición de menerales, cotanaciones, forestaciones, ect., tién,
d'ordinario, consicuencias inreversibles. Por illo, han de raliza-se con
concencia de dita enredá y'avaluando enantes las multiples
repercusiones posibles. La valor ambiental y'el potencial anvistico de
las rodalás nuestras habemos de preserva-lo por anzima to. Es parte de
la edentidá y la colomía nuestras. Aviar d'unas redolás de calidá no
namás escusa males ambientales, sinós que tamién confere valor añidía a
los servicios, en particurar los toristicos, basicos pa la colomía
churra. La esporriná aparable del territorio es diciertamente una
empelecá social y'ambiental, desigible a los gubernantes nuestros. Iste
percal namás será posible a través d'una adecuá pulitica d'ordinación
del territorio, que tenda a potenciar la repueblación y'el
antireviejimiento de las rodalás churras y'a fomentar la esporriná
nuestra. Isa esporriná colomica y social tié diferiencias dentre
rodalás, pero fricuentemente, s'alcuentra caraterizá por una ran baja
d'infrastruturas, una espenta endustrial y comercial más baja, y'un
setor primarenco'n reblá. A pesar d'isto, la gran potencialidá que
tenemos, bien encalizá, puá lleva-nos, a midio plazo, a revitalizar la
rebonica tierra nuestra.
Las atividás agricolas, ganaderas y
forestales contribuyen a la mantenencia de los cosistemas naturales, que
son el jundamento de la demanda toristica, y s'ha de guarantizar la
viabilidá y premanencia suyas por asegurar l'éxito de la ufierta
toristica ral. Disgraciadamente, en los zagueros 30 años, ha habío un
grave aumento tanto del lumero de quemas forestales como de la
supreficie quemá, prevocando males improtantes a los bosques nuestros,
en parte a la manca de chestación y mantenencia, en munchos acomodos, de
los montes nuestros.
Tos tenemos una risponsabilidá con la cultura y
la tierra nuestra, la tierra de los pares y mares nuestras, de los
agüelos y'agüelas nuestras. Risponsabilidá de partecipar ativamente
n'esfender lo nuestro y n'estrigar a las presonas más capables pa que
nus represienten.
La cultura nuestra es, en linias chenerales,
deversa a la dominante'n las rodalás que nus arrodían. Habemos de
recolza-la, respeta-la y potencia-la pa nusotros mesmos y las
cheneraciones vinideras. Habemos de sinti-nos argullosos de la cultura
churra nuestra, de la maniera tan pecuriar de charrar que nus ha
mantenío viva isa edentidá, de los montes nuestros, del modo de vida
nuestro y, más que más, de nusotros mesmos.