Submarinistas de Agró analizan por cuarto año consecutivo la salud de las algas de las playas del Camp de Morvedre
El colectivo comarcal de Acció
Ecologista-Agró Camp de Morvedre y el Club Buzos protagonizaron un nuevo trabajo de voluntariado submarino como parte del
seguimiento anual de la pradera de posidonia de Almardá.
Este estudio lleva en activo desde 2016 de mano del Instituto de Ecología Litoral, se basa en los datos recogidos para el programa Posimed. Los resultados han revelado que el estado de las algas se mantiene estable en cuanto a densidad de haces y cobertura de fondo marino, e incluso muestra una tendencia positiva en esta última característica.
Este estudio lleva en activo desde 2016 de mano del Instituto de Ecología Litoral, se basa en los datos recogidos para el programa Posimed. Los resultados han revelado que el estado de las algas se mantiene estable en cuanto a densidad de haces y cobertura de fondo marino, e incluso muestra una tendencia positiva en esta última característica.
Para AE-Agró, el abandono
agrícola y la consiguiente reducción de las aportaciones de aguas
cargadas de fertilizantes químicos en el mar, así como la mejora en la
depuración de aguas urbanas e industriales y el control y reducción de
la pesca de arrastre son factores que explican que esta pradera de
posidonia se mantenga estable.
No
obstante, a pesar de estos indicios tan favorables, hubo un par de
hechos alarmantes para la diversidad marina de Almardá durante la
investigación. En el año 2017 se detectó un colapso de población de
nácares debido a un parásito, y tan solo un año después la zona
experimentó la proliferación de un alga invasora procedente de Australia
que supone una amenaza para la posidonia.
Hasta la década de los años 70 del siglo pasado, una espectacular pradera marina de posidonia se extendía desde Canet d'en Berenguer hasta Almenara. Pero, debido al uso de fertilizantes químicos en la agricultura, la pesca de arrastre, la contaminación del emisario submarino de Canet y las modificaciones de la dinámica litoral por puertos y espigones, ahora solo queda un pequeño vestigio de la gran pradera de posidonia del Camp de Morvedre. Concretamente, frente a la playa de Almardá.
Para asegurar
la correcta conservación de la pradera de Almardá, que como el resto de
praderas de posidonia se encuentra amenazado por los efectos del cambio
climático, Agró proclama que sería necesario más inversiones en
saneamiento, pues este verano todavía hay sustancias fecales que llegan a
las playas valencianas. También apuntan la necesidad de promocionar la
agricultura ecológica y el ahorro de agua, así como instalar filtros
verdes en los humedales litorales para mejorar la calidad del agua que
los marjales derraman en el mar.
Fuente: LEvante EMV - Las Provincias
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