viernes, 28 de marzo de 2014

HALLADA LA PISTA SOBRE EL LIBRO DE FRANCESC VICENT,

Los investigadores creen que la búsqueda del libro puede «resolverse en el momento más inesperado» Seis siglos después, el cerco sobre el origen del ajedrez se estrecha, al hallar nuevas pistas de este incunable en Nueva York

Juan Antonio Garzón
El «Llibre dels jochs partits dels schachs en nombre de 100», escrito por el segorbino Francesc Vicent y convertido en uno de los incunables más buscados del mundo, parece estar más cerca que nunca de ser localizado. Este tratado medieval valenciano, en el que se asientan las bases del ajedrez moderno, fue publicado el 15 de mayo de 1495, pero todavía se desconoce cuál es su paradero actual. 

Encontrarlo conllevaría la demostración de que fue en Valencia, a finales del siglo XV, cuando se empezaron a fijar las reglas del juego tal como se conoce ahora. De hecho, la magnitud del pretendido hallazgo es tan relevante que, como ya se informó en este blog, se ha puesto en marcha un concurso Premio Von der Lasa que ofrece como recompensa 18.000 euros para quien encuentre la obra. Sin embargo, en los últimos meses ha habido nuevas pistas que han iluminado, un poco más, el camino. 

Juan Antonio Garzón, el investigador que capitanea la búsqueda del tratado de Vicent, ha hecho público en las jornadas que la Societat Bibliogràfica Valenciana está celebrando en la Universitat de València un nuevo y significativo avance en sus indagaciones. Al parecer, después de intensificar las pesquisas en Estados Unidos, se ha llegado a la conclusión de que es muy probable que la obra de Vicent cambiara de manos en Nueva York a mediados del siglo XX, posiblemente en la década de 1950. 

En el texto «La búsqueda del Santo Grial del ajedrez», que será publicado en breve, Garzón apunta que el librero catalán Salvador Babra vendió un ejemplar de Vicent en 1913 a un coleccionista americano con mucho dinero. Siguiendo el rastro de posibles compradores, Garzón y sus ayudantes encontraron en la Biblioteca Pública de Cleveland una referencia a la obra de Vicent junto a la de otro libro que tenía Babra, el manuscrito medieval Civis Bononiae, también sobre el ajedrez. En ese momento, la investigación se centró en este segundo libro, por si había seguido una «vida paralela» al tratado valenciano. 

De esta manera, Garzón y sus colaboradores norteamericanos descubrieron en la Biblioteca Pública de Nueva York el segundo manuscrito, entregado por Gustavus A. Pfeiffer (1872-1953). Este coleccionista y mecenas donó sus libros de ajedrez a la biblioteca en los años 50, pero allí no se ha encontrado el incunable de Vicent. En cambio, Garzón subraya ahora que «la opción de que Pfeiffer fuese el rico cliente americano de Babra se convierte en prioritaria, lo que plantea la existencia de un nuevo poseedor del libro a mediados del siglo XX. Esta nueva pista ha sido explorada, dando inesperados frutos. Estamos convencidos de que la búsqueda del incunable puede resolverse, ahora sí, en el momento más inesperado». Por tanto, se cree que Pfeiffer vendió la obra de Vicent antes de morir a otro comprador, que puede que aún disfrute del libro sobre el origen del ajedrez.
Fuente: Tribuna Popular Segorbe

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