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martes, 3 de diciembre de 2013

SE PRESENTAN LAS ACTAS DEL CONGRESO DE HISTORIA DE LA CORONA DE ARAGÓN CON EL COMPROMISO DE CASPE COMO MATERIA PRINCIPAL

La Obra Social de Ibercaja presenta "El Compromiso de Caspe (1492), cambios dinásticos y constitucionalismo en la Corona de Aragón"

Coordinadora: Isabel Falcón
Edición: Ibercaja Obra Social
Caract: Año , 924 p, 17 x 24 cms.
ISBN: 978-84-8380-315-8
El 600 aniversario de la firma de la Concordia de Alcañiz y del Compromiso de Caspe es sin duda una de las grandes efemérides que nos ha tocado celebrar en los últimos años. Se tuvo la ocasión de revivir uno de los grandes episodios de la historia de Aragón.

Un acontecimiento que sirve como punto de referencia en la programación de actos de esta efeméride ha sido la celebración del XIX Congreso de Historia de la Corona de Aragón, cuyas Actas se recogen en esta publicación coordinada por Isabel Falcón y editada por Ibercaja Obra Social, que lleva por título El Compromiso de Caspe (1492), cambios dinásticos y constitucionalismo en la Corona de Aragón

Encuentro muy participativo y de carácter internacional, por cuanto se dieron cita en Zaragoza, Alcañiz y Caspe expertos e investigadores de varias universidades de los antiguos territorios de la Corona. El día 28 de junio de 1412, don Fernando de Antequera, nieto de don Pedro IV el Ceremonioso, era proclamado en Caspe rey de Aragón.

Se ponía así fin a un período de incertidumbre iniciado el 31 de mayo de 1410 al fallecer el rey don Martín I el Humano sin descendencia legítima y sin nombrar sucesor al trono –su único hijo, el príncipe don Martín el Joven, había fallecido el 25 de julio de 1409–; un período que, de haber tomado otros derroteros, se hubiera saldado con cambios impredecibles en la historia de la Corona de Aragón, de España y Europa. 

Los delegados aragoneses, catalanes y valencianos reunidos en Caspe desde abril de ese mismo año, iban a decidir quién iba a ser el rey de territorios tan dispares e intereses contrapuestos, con monedas, lenguas e instituciones distintas, y esa tarea de armonizar todo ello, tenía que ser tarea de una persona: el rey de todos, sin el cual las Cortes no se podían reunir y aprobar leyes. 

Tras no pocas deliberaciones, finalmente una decisión unánime de los nueve hombres, (tres aragoneses, tres catalanes y tres valencianos «todos de conciencia proba, buena fama e idóneos», que no tenían que ser ni nobles ni poderosos, con sola una finalidad: decidir según su mejor saber y entender cuál de los aspirantes era en verdad el rey de Aragón y titular de la Corona) proclamaron a Don Fernando I Rey de Aragón y titular de la Corona de Aragón. 

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